Los 25 poemas más famosos de la lengua española

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
Tiempo de lectura: 34 min.

La poesía destaca por su capacidad de transmitir sensaciones y emociones a través de un lenguaje que permite embellecer la experiencia del mundo.

A continuación, seleccionamos los 25 poemas más famosos en lengua española. Se trata de versos que invitan al lector a reflexionar sobre la vida, la muerte, el amor y la identidad.

1. Copla N° 1 – Jorge Manrique

Tras la muerte de su padre, Jorge Manrique (España, 1440 – 1479) escribió sus famosas Coplas con las que se convirtió en un autor imprescindible en lengua española.

En esta elegía el poeta se lamenta por lo perdido, pero también realiza un canto a la vida. Por ello, recurre al tópico Carpe Diem, que hace alusión a aprovechar el tiempo.

Recuerde el alma dormida
Avive el seso y despierte
Contemplando
Cómo se pasa la vida,
Cómo se viene la muerte,
Tan callando,
Cuán presto se va el placer,
Cómo, después de acordado
Da dolor,
Cómo, a nuestro parecer,
Cualquier tiempo pasado
Fue mejor.

2. Soneto XXIII - Garcilaso de la Vega

Garcilaso de la Vega (1501 - 1536) es uno de los máximos representantes de la lírica del Siglo de Oro Español, época en que la poesía se renovó a través del ritmo y la estructura.

En estos versos se describe la belleza de una dama, tema que sirve para recordar la fugacidad de la vida. Por ello, se hace alusión al motivo Carpe Diem, llamando a disfrutar de los placeres de la juventud antes de que sea muy tarde.

En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende el corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.

3. A una rosa - Luis de Góngora

Luis de Góngora (1561 - 1627) es otro de los grandes exponentes de la poesía del Siglo de Oro español. Tal como sus predecesores, realiza un análisis sobre la fugacidad de la vida humana y lo inminente de la muerte.

En este soneto se dirige a una rosa, una delicada creación cuya belleza cautiva, pero es tan efímera que debe aprovecharse mientras dura.

Ayer naciste, y morirás mañana.
Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
¿Para vivir tan poco estás lúcida,
y para no ser nada estás lozana?

Si te engañó tu hermosura vana,
bien presto la verás desvanecida,
porque en tu hermosura está escondida
la ocasión de morir muerte temprana.

Cuando te corte la robusta mano,
ley de la agricultura permitida,
grosero aliento acabará tu suerte.

No salgas, que te aguarda algún tirano;
dilata tu nacer para tu vida,
que anticipas tu ser para tu muerte.

4. Soneto de repente - Lope de Vega

Lope de Vega (1562 - 1635) fue el gran renovador del teatro español. También se destacó en la poesía, ya que se alejó de la rigidez de sus contemporáneos y decidió explorar juegos de ingenio en algunas de sus obras.

En este poema analiza con mucho humor la estricta construcción de un soneto, composición de moda en el periodo. Así, detalla de forma irónica el proceso, en el que deben existir catorce versos divididos en dos cuartetos y dos tercetos.

Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto,
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.

Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.

Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.

Ya estoy en el segundo, y aún sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.

5. Hombres necios que acusáis - Sor Juana Inés de la Cruz

Sor Juana Inés de la Cruz (México, 1648 - 1695) fue de las pocas escritoras mujeres que destacaron en el siglo XVI. Como religiosa, tuvo acceso a una importante biblioteca y a una educación autodidacta, por lo que tuvo los medios para cultivar una obra en la que se encuentra presente la crítica social.

En estos famosos versos sigue la tradición de la poesía cortés, pero le da un giro al confrontar a los hombres, aludiendo a la inconsecuencia masculina, que en las mujeres acusan lo que causan.

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana;
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?

Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejáos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

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6. Volverán las oscuras golondrinas - Gustavo Adolfo Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer (1836 - 1870) es el principal exponente de la poesía posromántica española y en sus famosas Rimas exploró el amor desde diferentes aristas. Este poema es uno de los más recordados del autor, en el que refleja el dolor y la fatalidad ante la pérdida del ser amado.

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres…
¡esas… no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día…
¡esas… no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…; desengáñate,
¡así… no te querrán!

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7. Lo fatal - Rubén Darío

Ruben Darío (Nicaragua, 1867 - 1916) es el padre del Modernismo, movimiento literario que se dio con particular ímpetu en América Latina.

En este poema, el hablante lírico se lamenta de la conciencia que posee el ser humano, pues lo convierte en alguien que constantemente está analizando y sufriendo por la dureza de la existencia.

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...

8. En paz - Amado Nervo

Amado Nervo (México, 1870 - 1919) fue uno de los grandes representantes de la literatura modernista latinoamericana. Este es uno de sus poemas más famosos y corresponde a su producción madura. Funciona como una suerte de epitafio, ya que lo escribió algunos años antes de morir.

Aquí reflexiona sobre su existencia y agradece a la vida por todo lo experimentado, ya fuese bueno o malo. Hay una actitud bastante positiva hacia la idea de enfrentarse a la muerte, pues ya vivió todo lo que necesitaba para sentirse pleno.

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

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9. Caminante no hay camino - Antonio Machado

Antonio Machado (1875 - 1939) fue un destacado escritor español, perteneciente a la generación del 98. Aunque fue narrador y dramaturgo, dentro de su producción destaca la poesía.

Aquí se alude al viaje como alegoría de la vida y del proceso de autoconocimiento del individuo. De este modo, el hombre debe ir creando su camino paso a paso, es un recorrido que no puede planificarse, porque "se hace camino al andar". Se trata de una aventura que promete alegrías y descubrimientos, así como también encierra peligros y sucesos inesperados.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

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10. Lo inefable - Delmira Agustini

Delmira Agustini (1886 - 1914), fue una destacada poeta uruguaya y parte importante del movimiento modernista latinoamericano. En su obra trabajó el erotismo y la sensualidad femenina. Con ello, logró subvertir la visión encasillada de lo que una mujer debía escribir, apropiándose de los mismos tópicos que sus contemporáneos masculinos.

El siguiente poema analiza la sensación que generan aquellas emociones que no se pueden expresar con palabras. Se trata de la ansiedad que provoca la imposibilidad de comunicar.

Yo muero extrañamente... No me mata la Vida,
No me mata la Muerte, no me mata el Amor;
Muero de un pensamiento mudo como una herida...
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor

De un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida
Devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?
¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida
Que os abrasaba enteros y no daba un fulgor?...

Cumbre de los Martirios!... Llevar eternamente,
Desgarradora y árida, la trágica simiente
Clavada en las entrañas como un diente feroz!...

Pero arrancarla un día en una flor que abriera
Milagrosa, inviolable!... Ah, más grande no fuera
Tener entre las manos la cabeza de Dios!

11. Balada - Gabriela Mistral

La escritora chilena Gabriela Mistral (1889 - 1957) es una de las figuras más importantes de la literatura del siglo XX y fue la primera latinoamericana en recibir el Premio Nobel en 1945.

Su obra abarca varios registros, desde las rondas para niños hasta ensayos sobre la educación y los derechos de la mujer. Este poema es uno de los más famosos de la autora y recoge el dolor que se siente al observar al ser amado con otro.

El pasó con otra;
yo le vi pasar.
Siempre dulce el viento
y el camino en paz.
¡Y estos ojos míseros
le vieron pasar!

El va amando a otra
por la tierra en flor.
Ha abierto el espino;
pasa una canción.
¡Y él va amando a otra
por la tierra en flor!

El besó a la otra
a orillas del mar;
resbaló en las olas
la luna de azahar.
¡Y no untó mi sangre
la extensión del mar!

El irá con otra
por la eternidad.
Habrá cielos dulces.
(Dios quiere callar)
¡Y él irá con otra
por la eternidad!

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12. Poema 12 - Oliverio Girondo

Oliverio Girondo (1891 - 1967) fue uno de los poetas más innovadores del siglo XX y una figura muy importante en su natal Argentina. Su obra se caracteriza por el uso del surrealismo, con un tono irónico y lúdico.

“Poema 12”, también conocido como “Amantes”, revoluciona los límites de la poesía, ya que sólo a través de verbos describe el acto amoroso en relación a las acciones y sensaciones que provoca.

Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, se despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.

13. Los heraldos negros - César Vallejo

El autor peruano César Vallejo (1892 - 1938) fue uno de los grandes renovadores de la poesía moderna. En su obra se dedicó a experimentar con las capacidades estéticas y plásticas del lenguaje, sumándose a las corrientes vanguardistas del periodo.

Este poema es uno de los más recordados del autor. En él analiza la desazón del ser humano ante los infortunios de la existencia.

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre… Pobre… ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!

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14. Tú me quieres blanca - Alfonsina Storni

La escritora argentina Alfonsina Storni (1892 - 1938) fue una figura importante en el panorama literario de América Latina de comienzos de siglo, ya que su obra representa la visión femenina de la realidad.

En este poema recrimina la pretensión social de que el hombre puede vivir su vida como le parezca, mientras la mujer debe cumplir con ciertas exigencias para ser bien considerada. Así, apela al lector masculino, expresando que sólo puede exigirse aquello que se respeta en su propia persona.

Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.

Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
las copas a mano,
de frutos y mieles
los labios morados.
Tú que en el banquete
cubierto de pámpanos
dejaste las carnes
festejando a Baco.
Tú que en los jardines
negros del Engaño
vestido de rojo
corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,
vete a la montaña;
límpiate la boca;
vive en las cabañas;
toca con las manos
la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga;
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tejidos
con salitre y agua:

Habla con los pájaros
y lévate al alba.
Y cuando las carnes
te sean tornadas,
y cuando hayas puesto
en ellas el alma
que por las alcobas
se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.

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15. Arte poética - Vicente Huidobro

El chileno Vicente Huidobro (1893 - 1948) fue el propulsor del creacionismo, primer movimiento vanguardista latinoamericano. Su obra postula la independencia de la obra literaria frente a cualquier referente, pues crea realidad a través del lenguaje.

En este poema hace una declaración de principios, dando las pautas de lo que será su obra.

Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata,

Estamos en el ciclo de los nervios,
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.

Por qué cantáis la rosa, ¡oh, Poetas!
Hacedla florecer en el poema;

Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.

El Poeta es un pequeño Dios.

16. El poeta pide a su amor que le escriba - Federico García Lorca

Sin duda, Federico García Lorca (1898 - 1936) es uno de los poetas españoles con más proyección internacional. Perteneciente a la generación del 27, trabajó una amplitud de temas en su obra, desde la asimilación de lo popular hasta la experimentación vanguardista.

Los Sonetos del amor oscuro fueron sus últimos escritos y no alcanzó a publicarlos en vida. Recién en 1984 aparecieron como un conjunto homogéneo y la razón principal tenía que ver con el carácter homoerótico de los textos.

El presente poema presenta el dolor que siente el hablante lírico ante la pérdida del ser amado.

Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena pues de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.

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17. Ajedrez II - Jorge Luis Borges

Borges (1899 - 1986) es uno de los escritores más destacados de Argentina y una figura clave para la literatura del siglo XX. En su obra experimentó con los conceptos de tiempo y espacio, planteando el carácter múltiple e infinito del universo.

En sus escritos prima lo lúdico y la estructura del laberinto, tal como puede verse en este poema. Aquí muestra el “juego de la vida”, ya que a través del ajedrez plantea una realidad superior que desconocemos.

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonía?

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18. Poema 20 - Pablo Neruda

Pablo Neruda (1904 - 1973) es uno de los poetas más importantes del siglo XX. Su obra marcó la literatura hispanoamericana, pues exploró diversos temas y registros.

Aquí se encuentra presente la reflexión en torno al amor y su pérdida. El hablante lírico se alimenta de sus recuerdos y de la necesidad de la presencia física de la amada, a la que idealiza y transforma en su imaginación.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

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19. Dos cuerpos - Octavio Paz

Octavio Paz (1914 - 1998) es uno de los escritores mexicanos más reconocidos a nivel mundial. Su obra es bastante amplia y destacó como ensayista y poeta. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1981 por su aporte a la renovación literaria en el continente.

En estos versos se puede ver cómo el cariz de las relaciones humanas varían, a través de la comparación que efectúa con los elementos naturales.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.

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20. Qué se ama cuando se ama - Gonzalo Rojas

Gonzalo Rojas (1916 - 2011) fue un poeta chileno que destacó por una obra centrada en el compromiso social, el erotismo y las capacidades sonoras del lenguaje.

Este es uno de sus poemas más famosos y en él incursiona en la naturaleza del amor. A través de los versos cuestiona si lo que se ama es al otro o a uno mismo en esa relación, así como también se pregunta si lo que realmente amamos es retornar a la unidad perdida.

Hacia el final, postula el ideal del alma gemela, nuestra eterna búsqueda por un ser que nos complete.

¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en particular fugaces
de eternidad visible?

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.

21. Ya no será - Idea Vilariño

La poeta uruguaya Idea Vilariño (1920 - 2009) destacó con una extensa obra en la que explora la intimidad, el amor y el deseo.

“Ya no será” es uno de los poemas más simples, bellos y desgarradores frente al reconocimiento de la imposibilidad del amor. Fue escrito para su amante, el escritor Juan Carlos Onetti, con quien mantuvo una relación intermitente a través de los años.

Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.

No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.

Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.

No volveré a tocarte.

No te veré morir.

22. Oración por Marylin Monroe - Ernesto Cardenal

Ernesto Cardenal (1925 - 2020) fue una figura controversial. El poeta nicaragüense era sacerdote, pero comenzó a defender la Teología de la Liberación y creó una comunidad religiosa-revolucionaria en el Archipiélago de Solentiname. Sus críticas a la Iglesia Católica y su apoyo a la Revolución Sandinista lo llevaron a ser excomulgado y se dedicó por completo al activismo político y a la poesía.

En este poema se puede ver la crítica a la sociedad de consumo que convirtió a una figura icónica como Marilyn Monroe en un objeto y terminó destruyéndola. De esta manera, apela a una poesía en que prima el lenguaje sencillo, la cultura popular y la crítica social.

Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con el nombre de Marilyn Monroe,
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.

Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta el Times)ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.

Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.

Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también algo más que eso…

Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).

Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.

El templo —de mármol y oro— es el templo de su cuerpo
en el que está el hijo de Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones

Señor
en este mundo contaminado de pecados y de radiactividad,
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda
que como toda empleadita de tienda soñó con ser estrella de cine
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).

Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos,
el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo.
Perdónala, Señor, y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esa Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.

Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.

Para la tristeza de no ser santos
se le recomendó el Psicoanálisis.

Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse en cada escena
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.

Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.

Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.
Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores
¡y se apagan los reflectores!

Y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta
porque la escena ya fue tomada.

O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río
la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.

La película terminó sin el beso final.

La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.

Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.

Fue como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan solo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER.
O como alguien que herido por los gángsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.

Señor:
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de los Ángeles)
¡contesta Tú al teléfono!

23. Sólo un nombre - Alejandra Pizarnik

Alejandra Pizarnik (1936 - 1972) fue una destacada escritora argentina que revolucionó la poesía al postular la simpleza en la versificación, al estilo de los haikús japoneses.

En este poema - que parece no decir nada - está cuestionando la referencialidad del lenguaje, es decir, la capacidad de las palabras de crear realidad. Asimismo, existe un análisis sobre la identidad, ¿quién soy yo?, ¿mi definición parte con mi nombre? ¿algo que no elegí y me fue dado?

alejandra alejandra
debajo estoy yo
alejandra

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24. De aquí a la eternidad - Cristina Peri Rossi

La uruguaya Cristina Peri Rossi (1941) se ha hecho reconocida por una poesía en la que predomina la retórica del cuerpo y del deseo. Su obra es bastante rupturista, ya que pasa a llevar todas las categorías del deber ser. Primero, al mostrar abiertamente las relaciones de amor lésbico y, luego, al mezclar lo sagrado y lo profano, como este poema en que se compara el acto sexual con el rito religioso.

Descubrir a Dios entre las sábanas
-no en el templo fariseo
ni en la altiva mezquita-
sábanas blancas
sudario del amor que te cubría
manto sagrado
inicial la bienaventurada ascensión
de tu piel a la eternidad
de tu vientre al círculo celestial
sentir a Dios en tus húmedas cavidades
en el grito vertiginoso
de la jauría de tus vísceras

Saber
que Dios está escondido entre las sábanas
sudoroso
consagrando tu sangre menstrual
elevando el cáliz de tu vientre.

Descubrir, de pronto, que Dios
era una Diosa,
última ascesis,
de aquí a la eternidad.

25. Mujer irredenta - Gioconda Belli

La nicaragüense Gioconda Belli (1948) es una de las figuras más relevantes de América Latina. Su obra se ha centrado en el compromiso político y la exploración del deseo femenino.

Durante su juventud militó en el Frente Sandinista de Liberación Nacional contra la dictadura de Somoza y sus escritos se centraron en la crítica hacia el régimen, abogando por la libertad.

Además de su faceta política, incursionó en la poesía erótica, tal como se ve en este poema en el que hace una defensa a la libertad de la sexualidad femenina, sin importar edad o condición.

Hay quienes piensan
que he celebrado en exceso
los misterios del cuerpo
la piel y su aroma de fruta.

¡Calla, mujer! –me ordenan–
No nos aburras más con tu lujuria
Vete a la habitación
Desnúdate
Haz lo que quieras
Pero calla
No lo pregones a los cuatro vientos.

Una mujer es frágil, leve, maternal;
en sus ojos los velos del pudor
la erigen en eterna vestal de todas las virtudes.
Una mujer que goza es un mar agitado
donde sólo es posible el naufragio.

Cállate. No hables más de vientres y humedades.
Era quizás aceptable que lo hicieras en la juventud.
Después de todo, en esa época, siempre hay lugar para el desenfreno.
Pero ahora, cállate.

Ya pronto tendrás nietos. Ya no te sientan las pasiones.
No bien pierde la carne su solidez
debes doblar el alma
ir a la Iglesia
tejer escarpines
y apagar la mirada con el forzado decoro de la menopausia.

...Me instalo hoy a escribir
para los Sumos Sacerdotes de la decencia
para los que, agotados los sucesivos argumentos,
nos recetan a las mujeres la vejez prematura
la solitaria tristeza
el espanto precoz a las arrugas.

¡Ah! Señores; no saben ustedes
cuánta delicia esconden los cuerpos otoñales
cuánta humedad, cuánto humus
cuánto fulgor de oro oculta el follaje del bosque
donde la tierra fértil
se ha nutrido de tiempo

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Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.