Federico García Lorca: un breve recorrido por su obra


Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana

Federico García Lorca (1898 - 1936) es uno de los artistas españoles con mayor proyección internacional. Se destacó como poeta y dramaturgo, además de ser un importante miembro de la famosa generación del 27.

Su vida fue truncada durante la Guerra Civil Española al ser fusilado al comienzo del conflicto y se convirtió en un símbolo de la intolerancia.

Con los años, se ha transformado en una figura clave, ya que fue capaz de aunar el mundo popular y el vanguardismo. Asimismo, hasta hoy, se siguen representando sus obras dramáticas alrededor de todo el mundo.

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Sobre su obra

Los primeros intereses artísticos de García Lorca fueron hacia la música. Sin embargo, gracias a los viajes de estudios realizados por un curso, comenzó a escribir notas sobre temas políticos, religiosos y estéticos. Así, apareció su primer libro escrito en prosa Impresiones y Paisajes (1918).

El periodo en que vivió en la Residencia de Estudiantes de Madrid fue bastante prolífico. Allí se rodeó de artistas de diversa índole y conoció las nuevas tendencias como el ultraísmo. De este modo, en 1921 publicó Libro de poemas. Fue una obra de juventud en la que predominan temas como la religión, la nostalgia por la niñez y la naturaleza como espacio sagrado. Por ejemplo, en Canción primaveral pueden notarse algunos de estos tópicos:

I
Salen los niños alegres
de la escuela,
poniendo en el aire tibio
del abril canciones tiernas.
¡Qué alegría tiene el hondo
silencio de la calleja!
Un silencio hecho pedazos
por risas de plata nueva.

II
Voy camino de la tarde,
entre flores de la huerta,
dejando sobre el camino
el agua de mi tristeza.
En el monte solitario,
un cementerio de aldea
parece un campo sembrado
con granos de calaveras.
Y han florecido cipreses
como gigantes cabezas
que con órbitas vacías
y verdosas cabelleras
pensativos y dolientes
el horizonte contemplan.

¡Abril divino, que vienes
cargado de sol y esencias,
llena con nidos de oro
las floridas calaveras!

Entre 1920 y 1923 escribió los poemas de Suites, un texto que recién logró publicarse de forma autónoma en 1981. Este libro obedece un esquema de composición melodiosa, siguiendo el estilo de la suite musical de los siglos XVII y XVIII. De este modo, se trata de versos breves que adoptan el ritmo de una danza, como puede verse en "Initium":

Adán y Eva.
La serpiente
partió el espejo
en mil pedazos,
y la manzana
fue la piedra.

Cuando regresó a Granada comenzó a diversificar sus intereses hacia la música, los títeres y el cante jondo. Todo ello gracias a la influencia de su amigo, el compositor Manuel de Falla. De esta época proviene Poema del cante jondo que no se publicó hasta 1931. Aquí intentó explorar las posibilidades que otorga la brevedad a las secuencias de poemas, tal como en "Paisaje":

El campo
de olivos
se abre y se cierra
como un abanico.
Sobre el olivar
hay un cielo hundido
y una lluvia oscura
de luceros fríos.
Tiembla junco y penumbra
a la orilla del río.
Se riza el aire gris.
Los olivos,
están cargados
de gritos.
Una bandada
de pájaros cautivos,
que mueven sus larguísimas
colas en lo sombrío.

En 1926 el escritor publicó Canciones, poemas en los que abunda la dinámica del juego y que siguen el estilo de las canciones populares, como en "Canción del jinete":

En la luna negra
de los bandoleros,
cantan las espuelas.

Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

...Las duras espuelas
del bandido inmóvil
que perdió las riendas.

Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!

En la luna negra,
sangraba el costado
de Sierra Morena.

Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

La noche espolea
sus negros ijares
clavándose estrellas.

Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!

En la luna negra,
¡un grito! y el cuerno
largo de la hoguera.

Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

Fue con la publicación de Romancero gitano (1928) que García Lorca logró establecer su éxito como poeta. En este libro predomina lo popular y el folclore andaluz. Uno de los poemas más famosos de la colección es "Romance de la luna":

La luna vino a la fragua
Con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña lúbrica y pura,
sus senos de puro estaño.
–Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos
harían de tu corazón
collares y anillos blancos.
–Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
–Huye luna, luna, luna,
Que ya siento sus caballos.
–Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua, el niño
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
¡Cómo canta la zumaya,
ay cómo canta el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela vela.
El aire la está velando.

Aunque fue un libro que logró establecer su figura como escritor reconocido por el público, también lo encasilló en un estilo que resultó muy criticado por algunos de sus amigos y otros miembros de la generación del 27. Por ello, decidió emprender un viaje que fue sumamente significativo para su formación.

Así, en 1929 se dirigió a Nueva York, donde permaneció durante nueve meses. Fue una temporada que le sirvió para enfrentarse a lo distinto: las masas urbanas, la diversidad racial y el ritmo de una ciudad moderna, completamente diferente a todo lo que conocía.

De este modo, aparecieron los textos que componen Poeta en Nueva York, publicado póstumamente en 1940. En este libro se presenta un sujeto en crisis debido a la soledad y angustia que provoca la realidad mecanizada. En "La aurora" puede notarse la crítica hacia la pérdida de humanidad:

La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencias sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidos de un naufragio de sangre

En 1934 publicó Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Esta es una elegía de cuatro partes en las que decidió homenajear al amigo torero que perdió la vida. En "La cogida y la muerte" se puede ver la musicalidad y dramatismo de las imágenes poéticas:

A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones de bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en Punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

Entre 1931 y 1934 redactó varios poemas que fueron más tardes publicados con el título Diván del Tamarit (1940). Son textos en los que utilizó las "gacelas" y "casidas", formas poéticas de origen árabe que aluden a temas románticos y eróticos. En el poema "Casida I: Del amor imprevisto" se pueden notar estos tópicos:

Nadie comprendía el perfume
de la oscura magnolia de tu vientre.
Nadie sabía que martirizabas
un colibrí de amor entre los dientes.

Mil caballitos persas se dormían
en la plaza con luna de tu frente,
mientras que yo enlazaba cuatro noches
tu cintura, enemiga de la nieve.

Entre yeso y jazmines, tu mirada
era un pálido ramo de simientes.
Yo busqué, para darte, por mi pecho
las letras de marfil que dicen siempre,

siempre, siempre: jardín de mi agonía,
tu cuerpo fugitivo para siempre,
la sangre de tus venas en mi boca,
tu boca ya sin luz para mi muerte.

Luego, en 1935, publicó Seis poemas gallegos, en los que se encuentran versos en esa lengua que tratan temáticas relacionadas con aquella zona.

Finalmente, cabe destacar Sonetos del amor oscuro, libro que no alcanzó a publicar en vida debido al carácter homoerótico de los textos. Durante muchos años se mantuvieron escondidos, hasta que aparecieron como un conjunto homogéneo en 1984. Uno de los más destacados es el "Soneto de la dulce queja":

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.

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Su labor como dramaturgo

Cuando se trasladó a Madrid entró en contacto con varios dramaturgos destacados, por lo que escribió y estrenó su primera obra El maleficio de la mariposa (1920). Aunque fue un fracaso, este primer intento sirvió como impulso para la experimentación. Así, decidió explorar las múltiples posibilidades del teatro moderno en su trabajo con muñecos como lo hizo en Títeres de Cachiporra (1922) y La zapatera prodigiosa (1923).

Su siguiente producción María Pineda (1927) siguió el estilo del teatro poético modernista. Más tarde, la tragedia Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (1933), se debatió entre lo lírico y lo grotesco.

Luego de su experiencia en Nueva York, escribió dos obras de corte vanguardista, El público y Así que pasen cinco años, que no llegaron a ser representadas durante su vida.

Durante la II República colaboró activamente en la creación del grupo de teatro universitario La Barraca, donde pudo adquirir experiencia como director de escena y aprendió a conocer a todo tipo de público. Ya no se trataba de obras dirigidas para elites intelectuales, sino que piezas que pudieran conmover en ambientes populares.

Con esto se dio pie a Bodas de sangre, una de las obras más famosas del autor en la que se cruzan el amor y la muerte. Se estrenó por primera vez en España en 1934 y luego llegó a Argentina, donde llegó a ser representada más de 150 veces en Buenos Aires. Este éxito inédito llevó al autor a viajar allí y permanecer durante seis meses presentando otras obras.

Le siguieron Yerma, drama sobre la maternidad estrenado en 1934 y Doña Rosita la soltera (1935) en donde se mezclan la comedia y el drama.

Finalmente es La casa de Bernanda Alba la que ha alcanzado mayor resonancia. Fue escrita en 1936, pero no llegó a estrenarse hasta 1945. Es un drama sobre las mujeres en donde pesa la tradición y el ambiente.

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Biografía

Federico García Lorca

Nació el 5 de junio de 1898 en un pequeño pueblo llamado Fuente Vaqueros, al sur de España. Su padre poseía terrenos en los que plantaba remolacha y tabaco. Por ello, su infancia estuvo estrechamente ligada al campo, factor decisivo en su obra. En una entrevista declaró:

Amo a la tierra. Me siento ligado a ella en todas mis emociones. Mis más lejanos recuerdos de niño tienen sabor de tierra. Los bichos de la tierra, los animales, las gentes campesinas, tienen sugestiones que llegan a muy pocos. Yo las capto ahora con el mismo espíritu de mis años infantiles.

En 1909 la familia se trasladó a vivir a Granada, lugar en el que partió su interés por la música y donde comenzó a tomar clases de piano.

Más tarde realizó sus estudios superiores en la Universidad de Granada, donde se especializó en Filosofía y Letras, para luego licenciarse en Derecho. En esta época comenzó a asistir a la Tertulia "El rinconcillo" en el café Alameda, donde se reunían varios jóvenes para discutir sobre nuevas tendencias artísticas.

También resultó de vital importancia el curso "Teoría de la Literatura y de las Artes", dictado por el profesor Martín Domínguez Berrueta, debido a que realizaron varios viajes de estudios. Fueron a varios sectores de España como Córdoba, Castilla, León y Galicia, entre otros. Estas expediciones no sólo le sirvieron para conocer otras regiones, sino que despertaron su interés por la literatura.

En 1919 se trasladó a vivir a Madrid a la Residencia de Estudiantes. Esta experiencia resultó clave para su formación, pues entró en contacto con diversos artistas y su obra logró despegar. Allí entabló amistad con Luis Buñuel, Salvador Dalí y Rafael Alberti, entre otros.

De hecho, su amistad con Dalí fue tan profunda que ha servido como material para obras de teatro y películas. Aunque no se sabe con certeza si fue una relación amorosa o no, establecieron un vínculo que enriqueció ambas obras. García Lorca pasó un verano con él en Cadaqués y le dedicó "Oda a Dalí", que escribió en 1926.

Al regresar a Granada conoció al famoso compositor Manuel de Falla, lo que generó un reencuentro con la música y desarrolló su interés por los títeres y el cante jondo. Ambos factores fueron una influencia decisiva para sus producciones posteriores.

En diciembre de 1927 participó en la celebración realizada por el centenario de Luis de Góngora (1561-1627) en Sevilla. Las veladas literarias y el banquete ofrecido en su honor se convirtieron en el germen de la que más tarde sería llamada la generación del 27. Aunque fue un grupo bastante heterogéneo, sus miembros buscaban asimilar la tradición literaria e integrarla con los movimientos de vanguardia que surgieron en aquella época.

Luego del éxito que significó Romancero gitano y cansado de ser encasillado como poeta popular, García Lorca decidió emprender un viaje a Nueva York en 1929. Allí estuvo durante nueve meses y fue una experiencia esencial para su visión de mundo, así como para su obra.

Después estuvo unos meses en Cuba en 1930, hasta que regresó a España para colaborar con el proyecto cultural de la II República. Así, a partir de 1931 dictó conferencias en varias ciudades de España y participó en la creación del grupo de teatro universitario La Barraca. Su trabajo como dramaturgo se intensificó en este periodo y en 1933 viajó a Buenos Aires, donde participó activamente en la puesta en escena de sus obras.

En 1934 regresó a España. Allí publicó algunos textos y se dedicó nuevamente al mundo del teatro. En esta época se convirtió en una figura pública con ideas bastante claras sobre su labor como artista. En su visión, el dramaturgo tenía un importante rol social:

El teatro es uno de los más expresivos y útiles instrumentos para la educación de un país y el barómetro que marca su grandeza o su descenso. Un teatro sensible y bien orientado en todas sus ramas, desde la tragedia al vodevil, puede cambiar en pocos años la sensibilidad de un pueblo.

Lamentablemente su carrera se vio truncada con el comienzo de la Guerra Civil Española en 1936. No sólo era un reconocido liberal, sino que apoyó y colaboró con el proyecto de la II República. En este momento, ya era un personaje famoso que daba entrevistas y declaraciones que amenazaban la mirada conservadora. Asimismo, su homosexualidad resultaba problemática para el nuevo poder.

Intentando huir del caos de Madrid, se instaló en Granada en la casa familiar. Debido al peligro, más tarde se ocultó en la casa de un amigo, donde fue detenido el 16 de agosto de 1936. Fue trasladado al pueblo de Viznar donde, junto a otros detenidos, fue fusilado.

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Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.