7 poemas de autores mexicanos que debes conocer


Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
Publicado en

México le ha regalado al mundo las creaciones de importantes figuras que fueron capaces de describir, iluminar y embellecer la realidad con su obra.

En el siguiente listado se pueden encontrar poemas de 7 autores clave dentro de la literatura mexicana que lograron conquistar con su ideas y estilo.

1. Decir, hacer - Octavio Paz

A Roman Jakobson

Entre lo que veo y digo,
Entre lo que digo y callo,
Entre lo que callo y sueño,
Entre lo que sueño y olvido
La poesía.
Se desliza entre el sí y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
¿Así es más real?
Idea palpable,
palabra
impalpable:
la poesía
va y viene
entre lo que es
y lo que no es.
Teje reflejos
y los desteje.
La poesía
siembra ojos en las páginas
siembra palabras en los ojos.
Los ojos hablan
las palabras miran,
las miradas piensan.
Oír
los pensamientos,
ver
lo que decimos
tocar
el cuerpo
de la idea.
Los ojos
se cierran
Las palabras se abren.

Octavio Paz (México, 1914 - 1998) es uno de los intelectuales latinoamericanos más destacados del siglo XX, tanto por su obra ensayística como por su poesía.

Aquí se explora la relación que existe entre el lenguaje y la realidad. El autor dedica el texto a Roman Jakobson, reconocido lingüista que estudió el proceso de comunicación humano.

De esta manera, estos versos buscan rendir homenaje a la poesía como una creadora de universos que, aunque asemejan a la realidad, son capaces de adquirir vida propia.

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2. En perseguirme mundo, ¿qué interesas? - Sor Juana Inés de la Cruz

En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?

Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.

Y no estimo hermosura que, vencida,
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,

teniendo por mejor, en mis verdades,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.

Sor Juana Inés de la Cruz (1648 - 1695) es una de las autoras más interesantes de la poesía del Siglo de Oro. Desde joven, tuvo inquietudes intelectuales, por lo que el camino religioso le abrió las puertas hacia la posibilidad de leer y cultivarse. En su obra, discutió el lugar que ocupaba la mujer en la sociedad, adelantándose muchísimo a su época.

En este soneto se refiere a la pretensión social de que la mujer sólo puede ser admirada por su belleza física. En forma de pregunta, cuestiona a quién puede molestar el deseo de enriquecer su mente por sobre la capacidad de resultar deseable para el sexo opuesto.

Para ella, no importan los halagos o los bienes, la verdadera hermosura se encuentra en la belleza del pensamiento, por sobre cualquier otra vanidad que el mundo imponga al género femenino.

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3. En Paz - Amado Nervo

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

Amado Nervo (México, 1870 - 1919) fue uno de los grandes representantes de la literatura modernista latinoamericana. Este es uno de sus poemas más famosos. Corresponde a su producción madura y funciona como una suerte de epitafio, ya que lo escribió algunos años antes de morir.

Aquí reflexiona sobre su existencia y agradece a la vida por todo lo experimentado, ya fuese bueno o malo. Hay una actitud bastante positiva hacia la idea de enfrentarse a la muerte, pues ya vivió todo lo que necesitaba para sentirse pleno.

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4. Me tienes en tus manos - Jaime Sabines

Me tienes en tus manos
y me lees lo mismo que un libro.
Sabes lo que yo ignoro
y me dices las cosas que no me digo.
Me aprendo en ti más que en mi mismo.
Eres como un milagro de todas horas,
como un dolor sin sitio.
Si no fueras mujer fueras mi amigo.
A veces quiero hablarte de mujeres
que a un lado tuyo persigo.
Eres como el perdón
y yo soy como tu hijo.
¿Qué buenos ojos tienes cuando estás conmigo?
¡Qué distante te haces y qué ausente
cuando a la soledad te sacrifico!
Dulce como tu nombre, como un higo,
me esperas en tu amor hasta que arribo.
Tú eres como mi casa,
eres como mi muerte, amor mío.

Jaime Sabines (1926 - 1999) fue un destacado poeta mexicano que trabajó temas como el amor, la soledad y la muerte en un estilo directo y sencillo.

El título de este poema hace referencia a que la amada ha logrado conquistar por completo al hombre. Por ello, está dispuesto a entregarse a esta relación que lo ha hecho aprender, conocerse mejor a sí mismo y mirar las cosas de otra manera.

Asimismo, plantea la idea de un romance pleno, en que puedan ser amantes, amigos y confidentes. Es por esto que finaliza con el concepto de la mujer como su casa, pues quiere que se convierta en su familia.

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5. Nostalgia - Rosario Castellanos

Ahora estoy de regreso.
Llevé lo que la ola, para romperse, lleva
—sal, espuma y estruendo—,
y toqué con mis manos una criatura viva;
el silencio.

Heme aquí suspirando
como el que ama y se acuerda y está lejos.

Rosario Castellanos (1925 - 1974) es una de las figuras más importantes de la literatura mexicana. En su obra, realizó un registro del tiempo y del contexto social en el que vivió, otorgándole voz a quienes no la tenían en aquellos años como los indígenas y las mujeres.

En este poema intenta describir la nostalgia a través de la imagen del mar, que con su movimiento constante, refleja la manera en que el ser humano transita incansablemente entre el pasado, el presente y el futuro.

6. Nocturno miedo - Xavier Villaurrutia

Todo en la noche vive una duda secreta:
el silencio y el ruido, el tiempo y el lugar.
Inmóviles dormidos o despiertos sonámbulos
nada podemos contra la secreta ansiedad.

Y no basta cerrar los ojos en la sombra
ni hundirlos en el sueño para ya no mirar,
porque en la dura sombra y en la gruta del sueño
la misma luz nocturna nos vuelve a desvelar.

Entonces, con el paso de un dormido despierto,
sin rumbo y sin objeto nos echamos a andar.
La noche vierte sobre nosotros su misterio,
y algo nos dice que morir es despertar.

¿Y quién entre las sombras de una calle desierta,
en el muro, lívido espejo de soledad,
no se ha visto pasar o venir a su encuentro
y no ha sentido miedo, angustia, duda mortal?

El miedo de no ser sino un cuerpo vacío
que alguien, yo mismo o cualquier otro, puede ocupar,
y la angustia de verse fuera de sí, viviendo,
y la duda de ser o no ser realidad.

Xavier Villaurrutia (1903 - 1950) fue uno de los intelectuales más destacados de México en la primera mitad del siglo XX. Cultivó varios géneros, entre los que destaca la poesía, la narrativa y la dramaturgia.

Octavio Paz declaró que "su poesía es una poesía solitaria y para solitarios", pues decidió reflexionar sobre la existencia humana, la soledad y la muerte.

Aquí utiliza la noche como espacio idóneo para explorar la angustia existencial. Así, el hablante lírico indaga en cómo la oscuridad resulta propicia para la introspección y para que afloren sus fantasmas personales.

7. Ciudad maya comida por la selva - José Emilio Pacheco

De la gran ciudad maya sobreviven
arcos
desmanteladas construcciones
vencidas
por la ferocidad de la maleza

En lo alto el cielo en que se ahogaron sus dioses
Las ruinas tienen
el color de la arena
Parecen cuevas
ahondadas en montañas
que ya no existen

De tanta vida que hubo aquí
de tanta
grandeza derrumbada
sólo perduran
las pasajeras flores que no cambian

José Emilio Pacheco (1939 - 2014) es un destacado escritor que desarrolló una obra con un importante compromiso social.

En este poema, hace alusión al pasado ancestral de México y se refiere a una de las grandes civilizaciones prehispánicas. Así, aunque los mayas realizaron grandes avances en materia de arquitectura, astronomía, matemáticas y desarrollaron su propia escritura, de toda su grandeza sólo permanecen vestigios y ruinas.

Con ello, el autor pretende hacer reflexionar al lector sobre la existencia humana y cuáles son las cosas realmente imperecederas, como la naturaleza. Al mencionar las flores, analiza cómo en un mundo en constante cambio, sólo el medio ambiente es capaz de sobrevivir.

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Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.