Canción Gracias a la vida de Violeta Parra: letra, análisis y significado


Andrea Imaginario
Andrea Imaginario
Especialista en artes, literatura e historia cultural

"Gracias a la vida" es una canción que ha entrado en el corazón de muchos para quedarse. Compuesta y grabada originalmente por Violeta Parra, e incluida en su álbum Las últimas composiciones de 1966, esta canción se ha convertido en una referencia no solo para América Latina, sino para el mundo entero.

La canción no está exenta de misterio. Las especulaciones en torno al mensaje que quería trasmitir Violeta Parra no han cesado desde que se suicidó en 1967, a pocos meses de haber publicado el que fue, en sus propias palabras, su disco más maduro y más esmerado. Después de todo -se preguntan-, ¿por qué alguien agradecido con la vida se iría de ella de esta manera?

Letra

Violeta Parra
Madalena Lobao-Tello: Gracias a la vida (Serie Homenaje a Violeta Parra). 2013. Óleo sobre lienzo. Medidas 100 x 90 cm.

Gracias a la vida, que me ha dado tanto
Me dio dos luceros, que cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco,
y en el alto cielo, su fondo estrellado,
y en las multitudes, el hombre que yo amo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el oído que en todo su ancho
Graba noche y día grillos y canarios
Martillos, turbinas, ladridos, chubascos
Y la voz tan tierna de mi bien amado

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el sonido y el abecedario
Con él, las palabras que pienso y declaro
Madre, amigo, hermano, y luz alumbrando
La ruta del alma del que estoy amando

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la marcha de mis pies cansados
Con ellos anduve ciudades y charcos
Playas y desiertos, montañas y llanos
Y la casa tuya, tu calle y tu patio

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazón que agita su marco
Cuando miro el fruto del cerebro humano
Cuando miro el bueno tan lejos del malo
Cuando miro el fondo de tus ojos claros

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto
Así yo distingo dicha de quebranto
Los dos materiales que forman mi canto
Y el canto de ustedes que es el mismo canto
Y el canto de todos que es mi propio canto

Gracias a la vida, gracias a la vida

Análisis

portada
Potada del disco Las últimas composiciones de Violeta Parra. Editado por la RCA.

"Gracias a la vida" es el tema con el que se abre el disco llamado Las últimas composiciones de Violeta Parra. Desdel el punto de vista formal, podemos describir una serie de elementos. La música está compuesta en un tono menor que, junto al acompañamiento de charango y percusión, subrayan un carácter intimista y melancólico.

Con una voz casi desnuda, Violeta Parra introduce el motivo principal de la pieza: la frase del texto "Gracias a la vida que me ha dado tanto". El texto está estructurado en un total de seis estrofas, cada una de las cuales contiene cinco versos dodecasílabos, a excepción de la última, que tiene seis versos. Al final, añade un verso suelto en el que repite "gracias a la vida, gracias a la vida". Cada estrofa vuelve sobre la misma línea melódica y estructura armónica.

Aquellas cosas que la autora repasa como el sumario de sus tesoros, son aquellas que pasan inadvertidas por nuestro pensamiento o nuestra cultura. Lo que la vida le ha dado, se lo ha dado desde el principio: ojos, oídos, sonidos y palabras, pies (la marcha, el camino), corazón, la risa y el llanto, estos dos últimos "material" de su canto.

Todo este itinerario es el don mismo de la vida desde el nacimiento, es la vida misma, es lo único que "poseemos" y que tiene algún valor. Violeta no ha agradecido por los logros de su carrera. Tampoco ha agradecido por la colección de atributos que la cultura dominante establece para determinar si una vida es exitosa. Ha agradecido, en cambio, el don de percibir, registrar y sentir, el don de vivir.

En el subtexto del tema, agradece a todo aquello que le ha permitido conocer el amor, vivir el amor. Este se vuelve la experiencia por la cual los sentidos adquieren sentido. La voz cantante afirma descubrir el mundo y relacionarse con él a través de aquello que ha recibido. Esa es su bendición: poder sentir al otro, poder acogerlo en su seno.

Se trata al mismo tiempo de un amor concreto, su hombre, su amado, y de un amor universal, que abraza todo lo humano, la vida cotidiana en todas sus formas, los pequeños detalles, la carga de la historia. Por eso, al final del texto, Violeta Parra rompe la ilusión del soliloquio y se dirige a su oyente: un oyente plural, colectivo.

De un "ustedes" se camina hacia un "nosotros", "todos". Todos hechos canto, todos hechos del material de la risa y del llanto. Parece que la identidad de quien habla se diluye en una masa universal, en la memoria ancestral a la que representa en lugar de a sí misma.

La voz, para Violeta, es el punto de encuentro donde toda la gracia coincide y fecunda, es el ritual donde todos se encuentran, con sus penas y alegrías. Ella da gracias por todo lo que le ha permitido esa voz, que hereda a la Tierra en forma de plegaria y de canto.

Al menos para mí, que escribo estas líneas, hay en el fondo de aquellas frases una tristeza que traspasa, como quien pretende recoger agua de un río usando un paño. Aquellas tramas de los hilos, por tupidas que sean, no pueden evitar las gotas que, como llanto, abren canales. Será cuestión de segundos para que aquella agua retenida desaparezca.

Así parece que fue Violeta, como agua de un río eterno retenida artificialmente en estas pieles porosas de lo humano, pero que, inasible, halló su camino para volver al cauce infinito de la memoria ancestral, integrada a nuestro cielo de inspiraciones vitales.

Quizá Violeta preparaba su despedida, repasaba el inventario de lo vivido, sacaba sus cuentas. Quizá pensaba que le faltaba encontrar algo o, quizá, que ya lo había vivido todo, que todo lo que la vida le podía dar, ya se lo había dado.

El debate podría tornarse discusión bizantina. Ciertamente, en el arte siempre hay un rastro de la vida del artista, pero también mucho de invención. ¿Hablaría de sí misma? ¿Hablaría en nombre de otro al que prestó sus palabras y su voz, como si apenas recibiera el dictado de un ente exterior a ella? ¿Sería acaso una despedida?

Eso no lo podremos saber. Sabemos, sí, que Violeta hubiera querido para el mundo la esperanza, el agradecimiento, la vida. Sabemos que Violeta tenía muchos motivos para agradecer, y sabemos también que la historia cultural de nuestra Latinoamérica no sería la misma sin la voz y las palabras de Violeta Parra, que nos ha dado tanto.

Versiones

Mercedes Sosa

La cantante argentina Mercedes Sosa grabó en 1971 un disco en homenaje a Violeta Parra, en el que dejó su emblemática versión, hoy conocida a lo ancho y largo del mundo.

Joan Baez

El mundo anglosajón no se quedó al margen de la fascinación por este tema y el trabajo de Violeta Parra. En efecto, la cantante Joan Baez grabó "Gracias a la vida" en el año 1974. Aquí te dejamos una versión más reciente, en vivo.

Omara Portuondo

En el año 2001, la cubana Omara Portuondo, graba en en el disco Dos gardenias una versión llena de movimiento y belleza. Un acompañamiento de guitarra magistral nos envuelve. El arreglo juega con el ritmo al que introduce importantes variaciones, y propone una estructura que va subiendo de tono y de intensidad, lo que le da originalidad.

Breve biografía de Violeta Parra

Violeta Parra nació el 04 de octubre de 1917 en Chile, aunque no está del todo claro en qué lugar exactamente. Algunos sostienen que fue en San Carlos, mientras otros sostienen que fue en San Fabián de Alico, pero el cualquiera de los casos, fue en la provincia de Ñuble.

Se inicia junto con sus hermanos en la guitarra a partir de los diez años de edad. A partir de 1934, tras abandonar la escuela formal, Violeta y sus hermanos se dedican a trabajar en la música, lo que le permite a la cantante ganar experiencia en la interpretación de diferentes géneros populares latinoamericanos.

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Violeta Parra: Contra la guerra. 1963, tela de yute con lanigrafía, 141,5 x 193 cm, Museo Violeta Parra, Chile.

Poco a poco, su obra poética comienza a destacar y, en 1938, gana la mención honorífica de un concurso de poesía. Ese mismo año, contrae nupcias con Luis Alfonso Cereceda Arenas, con quien tiene sus hijos Isabel y Ángel.

En 1948 se separa de su marido y, un año después, vuelve a casarse con Luis Arce, carpintero de profesión, unión de la que nace un año más tarde su hija Carmen Luisa. Antes de eso, Violeta graba por primera vez junto con su hermana Hilda para el sello RCA Víctor.

Violeta Parra trabajó a lo largo de 1952 en circos populares, y poco a poco, animada por su hermano Nicanor, comenzó a investigar sobre la música popular chilena, lo que la llevaría finalmente a dejar atrás el repertorio al que estaba acostumbrada. En medio de ese ciclo de vida, dio a luz a su hija Rosita Clara, que morirá poco después en 1954. Esto trajo como consecuencia la disolución de su matrimonio.

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Violeta Parra: Velorio de angelito, 1964, óleo sobre lienzo, 27 x 41 cm, Museo Violeta Parra, Chile.

Será a partir de 1953 cuando componga canciones basadas en aquellas investigaciones y estudios sesudos sobre el folclore chileno, cuyas primeras muestras graba bajo el sello EMI-ODEÓN, con un gran éxito.

En 1958 funda el Museo Nacional de Arte Folclórico Chileno, de la Universidad de Concepción. En este año comienza a explorar la carrera de artista plástico con técnicas como la pintura al óleo, la cerámica, el tejidos y otras. Violeta Parra acaba por desarrollar una carrera multifacética, que abarca la investigación, la composición, la escritura y las artes plásticas.

Tras un período de depresión en el que estaba sumida, el 5 de febrero de 1967, Violeta Parra se quitó la vida en su carpa llamada "carpa de La Reina", en Chile.

Discografía

  • Cantos de Chile (Presente/Ausente) (1956)
  • El folklore de Chile, vol. I – Violeta Parra, canto y guitarra (1957)
  • El folklore de Chile, vol. II – Violeta Parra acompañándose en guitarra (1958)
  • El folklore de Chile, vol. III – La cueca presentada por Violeta Parra (1959)
  • El folklore de Chile, vol. IV – La tonada presentada por Violeta Parra (1959)
  • El folklore de Chile, vol. VIII – Toda Violeta Parra (1961)
  • Violeta Parra en Argentina (1962)
  • Au Chili avec los Parra de Chillán (con Isabel y Ángel Parra) (1963)
  • Recordando a Chile (una chilena en París) (1965)
  • Carpa de La Reina (varios intérpretes)(1965)
  • Las últimas composiciones (1966)

Ver también:

Andrea Imaginario
Andrea Imaginario
Profesora universitaria, cantante, licenciada en Artes (mención Promoción Cultural), con maestría en Literatura Comparada por la Universidad Central de Venezuela, y doctoranda en Historia en la Universidad Autónoma de Lisboa.