4 poemas de gatos que todo amante de los felinos debe conocer
Desde tiempos antiguos, el gato ha acompañado al ser humano tanto como animal doméstico y como figura cargada de simbolismo.
En el antiguo Egipto fue venerado como criatura sagrada asociada a la diosa Bastet, símbolo de protección y fertilidad. Luego, en la Edad Media, su imagen cambió y se le relacionó con la brujería, lo oculto y lo demoníaco.
Esta dualidad - entre lo divino y lo misterioso - lo ha convertido en un personaje recurrente en la literatura, donde se le retrata como independiente, enigmático, sabio o incluso sobrenatural.
1. Oda al gato - Pablo Neruda
Los animales fueron
imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco se fueron
componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.No hay unidad
como él,
no tienen
la luna ni la flor
tal contextura:
es una sola cosa
como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno
firme y sutil es como
la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos
dejaron una sola
ranura
para echar las monedas de la noche.Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón, nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas
cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando
de todo lo terrestre,
porque todo
es inmundo
para el inmaculado pie del gato.Oh fiera independiente
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico
y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un
desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma
en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y perteneces
al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos
de su gato.Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago,
el mar y la ciudad incalculable,
la botánica,
el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo,
la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.
Pablo Neruda (Chile, 1904 - 1973) es uno de los poetas más destacados del siglo XX. Su obra recoge varios registros, desde el desgarro amoroso hasta el compromiso social.
Este poema se encuentra en Odas elementales, donde el escritor intentó representar el mundo a través de las cosas simples y, en apariencia, intrascendentes. Con ello,buscó romper con la tradición y explorar temas que se salen de lo clásico en la poesía.
Así, el texto es una exaltación del misterio, la independencia y la perfección del gato como criatura única entre los animales. Desde el inicio, el hablante establece que mientras otros animales fueron perfeccionándose con el tiempo, los felinos nacieron ya completos, soberanos, enigmáticos e impenetrables.
De este modo, se contrapone la naturaleza cambiante y aspiracional del ser humano con la plenitud serena del gato, que no quiere ser otra cosa más que sí mismo.
Aun con todo el conocimiento que la voz poética dice tener, el gato se le escapa como símbolo de lo que no puede ser racionalizado.
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2. Como se quiere a un gato - Javier Salvago
Amar a las personas
como se quiere a un gato:
con su carácter y su independencia,
sin intentar domarlo,
sin intentar cambiarlo,
dejando que se acerque cuando quiera,
siendo feliz
con su felicidad.
Javier Salvago (1950) es un destacado escritor español. Fue parte de la llamada Generación de los ochenta y es conocido por un estilo directo, reflexivo y existencial.
Este poema breve y aforístico presenta una visión madura y respetuosa del amor. Se utiliza la metáfora del gato para representar una forma de querer que no sea posesiva.
El animal es conocido por su independencia y carácter impredecible. Por ello, se sugiere que amar a alguien verdaderamente es aceptar su individualidad sin tratar de modificarlo o forzarlo a responder a las propias expectativas.
La imagen del felino que se acerca “cuando quiere” encierra la idea de que el afecto genuino respeta los ritmos del otro. La felicidad compartida no nace del control, sino del gozo por la felicidad del ser amado.
3. Mis gatos - Charles Bukowski
Ya sé, ya sé.
son limitados, tienen necesidades
y preocupaciones
distintas.pero los observo y aprendo de ellos.
me gusta lo poco que saben,
que es
tantísimo.se quejan pero nunca se
preocupan.
caminan con una dignidad sorprendente.
duermen con una simplicidad directa que
los seres humanos sencillamente no podemos
comprender.sus ojos son más
hermosos que los nuestros.
y pueden dormir 20 horas
al día
sin vacilar ni sentir
remordimientos.cuando me siento
bajo de ánimos
me basta con
observar a mis gatos
y me
vuelve
la valentía.estudio a estas
criaturasson mis
maestros.
Charles Bukowski (1920 - 1994) fue un autor estadounidense, conocido por su estilo crudo, directo y autobiográfico. Escribió sobre los márgenes de la sociedad, los bares, la soledad, el alcohol, el sexo, el desencanto urbano y el tedio existencial.
En un estilo narrativo y coloquial, Bukowski logra una de sus marcas más características: tomar algo simple y cotidiano para transformarlo en una meditación sobre la existencia.
Aquí el hablante lírico presenta a sus gatos como modelos de sabiduría instintiva y como fuente de consuelo frente al abatimiento. Aunque comienza con una afirmación que parece restarle importancia (“Ya sé, ya sé. / son limitados…”), en realidad se trata de un elogio.
De este modo, los observa con admiración. Valora su falta de remordimientos, su dignidad, su modo de dormir, su forma de estar en el mundo sin preocuparse inútilmente.
Esa actitud felina se convierte en una enseñanza vital frente al malestar humano. Son “maestros” que muestran cómo vivir con su ejemplo.
4. A un gato - Jorge Luis Borges
No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.
Jorge Luis Borges (Argentina, 1899 - 1986) fue uno de los escritores más reverenciados del siglo XX. En su obra, planteó la multiplicidad del tiempo y el espacio, así como la presencia de un lector activo, co-creador del texto.
En estos versos se presenta al gato como un ser enigmático, intocable y ancestral, casi metafísico. Por ello, se asocia con imágenes de silencio, distancia y misterio: los espejos, el alba, la pantera, el Ganges, el poniente. Todas evocan lo lejano e inasible.
De esta manera, el hablante retrata al gato como una criatura de otra dimensión, ajena al mundo humano, que acepta fugazmente su presencia, pero sin perder nunca su autonomía esencial.
El poema concluye con una idea muy borgiana: el gato es dueño de un ámbito cerrado como un sueño. Es decir, de un espacio íntimo, inaccesible, que solo él comprende. Esto lo convierte en una figura simbólica del misterio, la introspección y la soledad esencial del ser.
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