La historia me absolverá de Fidel Castro


“La historia me absolverá” es la frase con el que Fidel Castro (1926-2016) cierra su alegato de autodefensa ante el juicio en su contra en 1953 por el asalto de los cuarteles de Moncada en Santiago de Cuba y de Carlos Manuel Céspedes en Bayamo.

“La historia me absolverá” se convirtió en el título de su discurso cuyo documento se transformaría posteriormente en un manifiesto que dictaría las bases del programa político de la nueva etapa de lucha contra la dictadura de Fulgencia Batista (1901-1973) en Cuba.

Fidel Castro, como licenciado en Derecho civil, le fue permitido presentar su defensa donde se destaca la denuncia de crímenes contra los asaltantes, los problemas sociales que presentaba el país y las soluciones concretas para solucionarlos.

La exposición de las ideas contenidas en La historia me absolverá publicada en 1958 tiene una gran influencia del pensamiento de José Julián Martí Pérez (1853-1895) considerado héroe nacional de Cuba.

En la obra, se expone los seis problemas fundamentales que según Fidel Castro, Cuba presentaba en aquel momento:

  • Problema de la tierra: 85% de los pequeños agricultores pagaban renta y sufrían la amenaza de desalojo,
  • Problema de la industrialización: la población urbana llegaba a los dos millones y medio de personas que debían pagar altos alquileres por las casas que ocupaban,
  • Problemas de desempleo: más de un millón de desempleados,
  • Problemas de vivienda: las familias vivían hacinados,
  • Problemas de educación: gran parte de la población era analfabeta,
  • Problemas de salud: 90% de los niños del campo eran devorados por parásitos.

Frente a estos problemas, La historia me absolverá propune cinco soluciones que fijaría la estructura inicial de la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro:

  • Devolver al pueblo la soberanía con una nueva Constitución,
  • Conceder a los arrendatarios la propiedad de la tierra,
  • Ofrecer a los obreros la participación en el 30% de las utilidades de las grandes empresas,
  • Conceder a los colonos el 55% de los rendimientos provenientes de la caña de azúcar,
  • Confiscar los bienes de los gobernantes para las cajas de jubilación, hospitales y asilos.

Los 102 acusados en el juicio de 1953 fueron sentenciados entre siete meses a trece años de prisión, mientras que Fidel Castro condenado a 15 años de privación de libertad. Cumplió veintidós meses de prisión antes de salir en libertad.

A continuación se encuentra el último párrafo de su discurso, donde se encuentra la frase con la que se conocería su alegato:

En cuanto a mí, sé que la cárcel será dura como no la ha sido nunca para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo, como no temo la furia del tirano miserable que arrancó la vida a setenta hermanos míos. Condenadme, no importa, la historia me absolverá.