¿Qué significa la frase El hombre es bueno por naturaleza de Rousseau?


Catalina Arancibia Durán
Revisado por Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
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La frase “El hombre es bueno por naturaleza” es una afirmación de Jean-Jacques Rousseau, importante intelectual del periodo de la Ilustración. Apareció en su novela Emilio o de la educación, publicada en 1762.

En esta obra, Rousseau expuso sus teorías en torno a la educación que fueron una gran influencia en el desarrollo de la pedagogía moderna. El texto plantea que el ser humano está orientado naturalmente hacia el bien, pues el hombre nace bueno y libre.Sin embargo, la educación tradicional oprime y destruye esa naturaleza, por lo la sociedad acaba por corromperlo.

Es importante recordar que el pensador se apoyaba en la tesis del buen salvaje. Según esta visión, el ser humano en su estado primitivo, es bueno y cándido, pero la vida social, con sus males y vicios, lo pervierten, llevándolo al desorden físico y moral. De ahí que se considerara que el hombre en su estado natural era superior al civilizado.

Ideas contrarias

Los postulados de Rousseau se oponen a las ideas esgrimidas el siglo anterior por Thomas Hobbes. Para este filósofo el hombre es malo por naturaleza, pues siempre va a privilegiar su propio bien por encima del de los demás. Asimismo, en un estado salvaje, se vería obligado a cometer crueldades y actos violentos para asegurar la supervivencia.

Entonces, Hobbes sostenía que el hombre era un depredador, “un lobo para el hombre”. Por tanto, la única forma de salir de ese estado primitivo estribaba en la construcción de un Estado nacional. Este orden debía tener un poder político centralizado, de corte absolutista y monárquico, que permitiera al hombre pasar de un estilo de vida salvaje a uno superior y civilizado.

Vea también El hombre es un lobo para el hombre

¿Existe el bien o el mal por naturaleza?

Varios siglos después se ha criticado el hecho de que alguien afirme que la bondad o maldad puede ser natural. El bien y el mal corresponden a categorías morales que tienen su raíz en el pensamiento religioso judeocristiano. De este modo, los seres humanos son creados por Dios a su imagen y semejanza, siendo buenos por naturaleza, a semejanza divina. Así, establecer que el hombre es bueno o malo por naturaleza, implicaría moralizar a la naturaleza.

Más bien, se podría sostener que el ser humano no nace bueno ni malo. En sus etapas más tempranas de desarrollo, el individuo está desprovisto de referencias culturales, informaciones o experiencias que lo doten de intenciones buenas o malas.

Por otro lado, si se hiciera unainterpretación marxistade la frase de Rousseau se podría readaptar su contenido. En esta mirada, el hombre, que en esencia es un ser social, es corrompido por la sociedad capitalista. Este sistema, erigido sobre la explotación del hombre por el hombre, donde cada individuo debe luchar encarnizadamente para mantener sus privilegios y posesiones, es fundamentalmente egoísta, individualista e injusto. Por ello, contrario a la naturaleza social del ser humano.

La frase en su contexto

En conclusión, la frase “el hombre es bueno por naturaleza” se encuentra arraigada a un sistema de pensamiento propio de la Ilustración. En este contexto histórico, los europeos se encontraba en una fase de revisión moral sobre la forma de ver y entender a los demás (americanos, africanos, asiáticos, etc.).

Estos "otros" vivían en condiciones que, en comparación, resultaban primitivas. Por tanto, podían idealizar al hombre como un individuo puro que es corrompido por una sociedad que podría llegar a ser mejorable.

Vea también El hombre es social por naturaleza

Sobre Jean-Jacques Rousseau

Jean-Jacques Rousseau nació en Ginebra, en 1712. Fue un influyente escritor, filósofo, botánico, naturalista y músico de su época. Es considerado uno de los grandes pensadores de la Ilustración. Sus ideas influyeron en la Revolución Francesa, en el desarrollo de las teorías republicanas, de la pedagogía y se lo considera precursor del romanticismo.

Entre sus obras más importantes destacan El contrato social (1762), las novelas Julia o la nueva Eloísa (1761), Emilio o de la educación (1762) y de sus memorias Confesiones (1770).

Murió en Ermenonville, Francia, en 1778.

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Catalina Arancibia Durán
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Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.
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