11 poemas de Nezahualcóyotl, el Rey Poeta


Andrea Imaginario
Andrea Imaginario
Especialista en artes, literatura e historia cultural

Nezahualcóyotl es el nombre de un rey apodado "el Rey Poeta", que gobernó largo tiempo sobre la región de Texcoco, en el México precolombino, algunas décadas antes de la conquista. Es considerado un insigne exponente de la poesía prehispánica, particularmente la escrita en lengua náhuatl, cuyo conocimiento nos llega gracias a las recopilaciones hechas en algunos manuscritos antiguos.

Para algunos autores, es difícil convenir si el Rey Poeta es el más destacado o no de los poetas de su tiempo. Esto se debe a que, para el pensamiento moderno, se juzga a un autor por su originalidad. Pero la originalidad no siempre ha sido un criterio para evaluar el desempeño de un artista. En efecto, antes de la modernidad, el genio se juzgaba a partir de la excelencia demostrada en el manejo de la tradición.

El rey Nezahualcóyotl responde, como es de esperarse, a los patrones estilísticos y temáticos de su tiempo, y destaca en la medida en que acrisola esa tradición.

Poemas de Nezahualcóyotl

En la poesía de Nezahualcóyotl podemos identificar tres líneas temáticas o géneros poéticos que se insertan dentro de la tradición lírica náhuatl: los cantos a la angustia, denominados icnocuícatl; las composiciones dedicadas a la poesía, conocidos como xoxicuícatl, y los poemas que le cantan a lo divino, llamados tamnbién teocuícatl. A continuación, una selección de los 11 mejores poemas del Rey Poeta de los nahuas.

Icnocuícatl o cantos a la angustia

Los poemas que siguen a continuación podrían clasificarse como icnocuícatl o cantos a la angustia, un género poético propio de la literatura náhuatl, de acuerdo a lo expuesto por la estudiosa Zora Rohousová en el artículo llamado "Debajo del árbol florido".

En estos poemas que citaremos a continuación, el poeta es consciente del terrible e inexorable destino de la muerte. La muerte no se representa como la amenaza al individuo, sino como afrenta al sentido de la existencia humana. Nadie ha de vivir para siempre. El Rey Poeta sabe que su condición de rey no lo salvará, ni a él ni a nadie. El Rey Poeta es, frente a la palabra, hombre desnudo que se mira igualmente condenado, y, en esta condición, se hermana con todo lo humano.

El Rey Poeta usa una de las más hermosas imágenes de la lengua náhuatl: “Como una pintura/ nos iremos borrando”. Imagen, fantasmagoría, ausencia anunciada. Así se representa la vida y la muerte, la fugacidad de la existencia, la nostalgia del rastro. “¿A dónde iremos?”, se pregunta. “Al lugar de los descarnados”, responde.

Otros poemas redundarán en torno a estas cuestiones. Es solo asomar la mirada a su palabra para comprender la densidad humana de Nezahualcóyotl.

1. Percibo lo secreto

Percibo lo secreto, lo oculto:
¡Oh vosotros señores!
Así somos, somos mortales,
de cuatro en cuatro nosotros los hombres,
todos habremos de irnos,
todos habremos de morir en la tierra.

Nadie en jade,
nadie en oro se convertirá:
En la tierra quedará guardado.
Todos nos iremos
allá, de igual modo.
Nadie quedará,
conjuntamente habrá que perecer,
nosotros iremos así a su casa.

Como una pintura
nos iremos borrando.
Como una flor,
nos iremos secando
aquí sobre la tierra.
Como vestidura de plumaje de ave zacuán,
de la preciosa ave de cuello de hule,
nos iremos acabando
nos vamos a su casa.

Se acercó aquí.
Hace giros la tristeza
de los que en su interior viven.
Meditadlo, señores,
águilas y tigres,
aunque fuerais de jade,
aunque fuerais de oro,
también allá iréis,
al lugar de los descarnados.
Tendremos que desaparecer,
nadie habrá de quedar.

2. Estoy triste

Estoy triste, me aflijo,
yo, el señor Nezahualcóyotl.
Con flores y con cantos
recuerdo a los príncipes,
a los que se fueron,
a Tezozomoctzin, a Quaquauhtzin.

En verdad viven
allá en donde de algún modo se existe.
¡Ojalá pudiera yo seguir a los príncipes,
llevarles nuestras flores!
¡Si pudiera yo hacer míos
los hermosos cantos de Tezozomoctzin!
Jamás perecerá tu nombre,
¡oh mi señor, tú, Tezozomoctzin!

Así, echando de menos tus cantos,
me he venido a afligir,
sólo he venido a quedar triste,
yo a mí mismo me desgarro.

He venido a estar triste, me aflijo.
Ya no estás aquí, ya no,
en la región donde de algún modo se existe,
nos dejaste sin provisión en la tierra,
por ésto, a mí mismo me desgarro.

3. ¿A dónde iremos?

¿A dónde iremos
donde la muerte no exista?
Más, ¿por ésto viviré llorando?
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.

Aún los príncipes a morir vinieron,
los bultos funerarios se queman.
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.

4. Yo lo pregunto

Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.

Xoxicuícatl o cantos a la poesía

La siguiente selección de poemas puede clasificarse como Xoxicuícatl o cantos a la poesía. En ellos, la voz poética reflexiona sobre el propio hacer poético.

A pesar de que todo parece fútil, de que todo está condenado a la extinción, Nezahualcóyotl sabe que la palabra es eterna. En estos poemas, la referencia a la poesía es central. La poesía misma es el tema en cuestión. Es esto lo que muchos críticos llaman la “autorreflexibilidad” estética.

La palabra se presenta como lo único eterno, como aquello capaz de soportar el paso del tiempo. Es la palabra escrita la presencia tras la ausencia.

5. No se acabarán las flores

No acabarán mis flores,
No cesarán mis cantos.
Yo cantor los elevo,
Se reparten, se esparcen.
Aun cuando las flores
Se marchitan y amarillecen,
Serán llevadas allá,
Al interior de la casa
Del ave de plumas de oro.

6. He llegado


He llegado aquí,
soy Yoyontzin.
Sólo busco las flores,
sobre la tierra he venido a cortarlas.
Aquí corto ya las flores preciosas,
para mí corto aquellas de la amistad:
son ellas tu ser, ¡oh príncipe!,
yo soy Nezahualcóyotl, el señor Yoyontzin.

Ya busco presuroso
mi canto verdadero,
y así también busco
a ti, amigo nuestro.
Existe la reunión:
es ejemplo de amistad.

Por poco tiempo me alegro,
por breve lapso vive feliz
mi corazón en la tierra.
En tanto yo exista, yo, Yoyontzin,
anhelo las flores,
una a una las recojo,
aquí donde vivimos.

Con ansia yo quiero, anhelo
la amistad, la nobleza,
la comunidad.
Con cantos floridos yo vivo.

Como si fuera de oro,
como un collar fino,
como ancho plumaje de quetzal,
así aprecio
tu canto verdadero:
con él yo me alegro.

¿Quién es el que baila aquí,
en el lugar de la música,
en la casa de la primavera?
¡Soy yo, Yoyontzin!,
ojalá lo disfrute mi corazón.

7. Lo comprende mi corazón

Por fin lo comprende mi corazón:
escucho un canto,
contemplo una flor...
¡Ojalá no se marchiten!

8. ¡Alegráos!

Alegraos con las flores que embriagan,
las que están en nuestras manos.
Que sean puestos ya
los collares de flores.
Nuestras flores del tiempo de lluvia,
fragantes flores,
abren ya sus corolas.
Por allí anda el ave,
parlotea y canta,
viene a conocer la casa del dios.
Sólo con nuestras flores
nos alegramos.
Sólo con nuestros cantos
perece vuestra tristeza.
Oh señores, con esto,
vuestro disgusto de disipa.
Las inventa el dador de la vida,
las ha hecho descender
el inventor de sí mismo,
flores placenteras,
con ellas vuestro disgusto se disipa.

Teocuícatl o cantos a lo divino

Parte de las preocupaciones esenciales del mundo antiguo tiene que ver con los dioses. Por eso, aparecen también poemas del género Teocuícatl o cantos a lo divino.

Nezahualcóyotl, en muchos aspectos, era un digno representante de su cultura. Sin embargo, algo lo distingue: no cree en la multiplicidad de dioses prehispánicos, sino que se aproxima a la creencia en un dios único, invisible, inmaterial o, en cierta forma, abstracto. Es, en cierto sentido, un monoteísta.

El Rey Poeta tiene sed de dios, a quien percibe como un ser único, principio rector del orden del universo y dador de vida. Este Dios, que se ha creado a sí mismo, no es tampoco semejante al Jesús Redentor. Es, más bien, un dios arbitrario, que apenas da la vida, pero que no interfiere en el mundo.

9. No en parte alguna

nezal

No en parte alguna puede estar
la casa del inventor de sí mismo.
Dios, el señor nuestro,
por todas partes es invocado,
por todas partes es también venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.
Él es quien inventa las cosas,
él es quien se inventa a sí mismo: dios.
Por todas partes es invocado,
por todas partes es también venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.

Nadie puede aquí,
nadie puede ser amigo
del dador de la vida:
sólo es invocado,
a su lado,
junto a él,
se puede vivir en la tierra.

El que lo encuentra,
tan sólo sabe bien ésto: él es invocado,
a su lado, junto a él,
se puede vivir en la tierra.

Nadie en verdad es tu amigo,
¡oh dador de la vida!
sólo como si entre las flores
buscáramos a alguien,
así te buscamos,
nosotros que vivimos en la tierra,
mientras estamos a tu lado.

Se hastiará tu corazón.
Sólo por poco tiempo
estaremos junto a ti y a tu lado.

Nos enloquece el dador de la vida,
nos embriaga aquí.
¿Nadie puede estar acaso a su lado,
tener éxito, reinar en la tierra?

Sólo tú alteras las cosas,
como lo sabe nuestro corazón:
¿nadie puede estar acaso a su lado,
tener éxito, reinar en la tierra?

10. En el interior del cielo

Sólo allá en el interior del cielo
tú inventas tu palabra,
dador de la vida.
¿Qué determinarás?
¿Tendrás fastidio aquí?
¿Ocultarás tu fama y tu gloria en la tierra?
¿Qué determinarás?

Nadie puede ser amigo
del dador de la vida.
Amigos, águilas, tigres,
¿a dónde en verdad iremos?

Mal hacemos las cosas, oh amigo.
Por ello no así te aflijas,
eso nos enferma, nos causa la muerte.
Esforzaos, todos tendremos que ir
a la región del misterio.

11. Con flores escribes

El Dador de Vida es el principio de sí mismo, de la vida del orbe, pero también es el principio de la palabra. Dios es verbo, es palabra creadora, es poesía.

Con flores escribes, Dador de la Vida,
con cantos das color,
con cantos sombreas
a los que han de vivir en la tierra.
Después destruirás a águilas y tigres,
sólo en tu libro de pinturas vivimos,
aquí sobre la tierra.
Con tinta negra borrarás
lo que fue la hermandad,
la comunidad, la nobleza.
Tú sombreas a los que han de vivir en la tierra.

Nezahualcóyotl y la tradición poética náhuatl

La poesía escrita no era entonces una práctica extendida. Apenas era cultivada por un pequeño círculo de intelectuales que, juntos, reflexionaban sobre las condiciones de la existencia humana a través de los poemas, los cuales eran cantados o acompañados con música.

En el libro La literatura en el México Antiguo, editado por la Biblioteca Ayacucho, se sostiene que a los poetas de la generación de Nezahualcóyotl les preocupaban temas como el carácter inexorable de la muerte; la fugacidad de la existencia; la relación entre la vida, el dolor y la angustia; la pregunta sobre el más allá y, finalmente, el enigma de la existencia del hombre frente al “dador de Vida”. Pero, además, les interesaba la reflexión sobre la propia naturaleza de la poesía, a la que relacionaban con lo divino.

Clasificación de la poesía náhuatl

Estos temas se reflejan, de algún modo, en los géneros literarios, o mejor dicho, géneros poéticos que practicaban. Dice Zora Rohousová que la poesía prehispánica puede clasificarse en:

  • Teocuícatl: el canto a los dioses.
  • Xoxicuícatl: cantos a la poesía (en realidad, xoxi significa 'flor', pero en este contexto, la "flor" se hace imagen metafórica de la poesía).
  • Yaocuícatl: cantos de guerra.
  • Icnocuícatl: cantos a la angustia (icnotl significa huérfano, y, por lo tanto, se usa como imagen de la angustia).

Características de la poesía náhuatl

Además de escribir alrededor de estos géneros que, en realidad, son al mismo tiempo temas de interés, los poetas de lengua náhuatl compartían varios recursos y se prestaban entre ellos imágenes y metáforas. Entre las características de estilo más utilizadas, Rohousová menciona las siguientes:

  • Repetitividad.
  • Estribillos.
  • Paralelismos, que consisten en el uso de ideas repetidas expresadas de formas diferentes.
  • Difrasismo, es decir, el uso de dos palabras diferentes para referir al mismo concepto.
  • Palabras broche, o sea, conceptos importantes que se repiten con frecuencia.
  • Palabras interjectivas, que son voces sin significado, cuyo propósito es crear efectos rítmicos.

Nezahualcóyotl

Biografía de Nezahualcóyotl

Nezahualcóyotl

Nacido en el año 1402 y fallecido en 1472, Nezahualcóyotl fue rey, militar, poeta, arquitecto e ingeniero. Su nombre se traduce como “el coyote hambriento” o “el coyote que ayuna”.

Hijo del rey Ixtlilxóchitl y de Matlalcihuatzin, princesa azteca, recibió la más alta educación en Palacio, tal como correspondía a su jerarquía. De la educación que recibió, aprendió la doctrina, sabiduría y tradición chichimeca-tolteca.

Tras el asesinato de su padre cuando Nezahualcóyotl apenas tenía 16 años, la familia real pierde los dominios de Texcoco. Pero finalmente, luego de campañas y de su alianza estratégica con los mexica-tenochtitlan, Nezahualcóyotl logra recuperarlos y desde allí expande su poder.

El rey Nezahualcóyotl fue conocido por sus obras como arquitecto e ingeniero. Hizo construir jardines zoológicos, acueductos, palacios y templos. Además, fue un legislador férreo.

Se mostró contrario a los rituales sacrificiales, pero aunque no pudo acabar con ellos por el carácter dominante de la religión de su cultura, sí logró restringirlo a que fueran aplicados solo en prisioneros de guerra.

Si te gustó este artículo, también te puede interesar Poemas en náhuatl

Andrea Imaginario
Andrea Imaginario
Profesora universitaria, cantante, licenciada en Artes (mención Promoción Cultural), con maestría en Literatura Comparada por la Universidad Central de Venezuela, y doctoranda en Historia en la Universidad Autónoma de Lisboa.