Las mejores fábulas de Esopo (explicadas y analizadas)
¿Quién no escuchó, en su infancia, algunas de estas fábulas antes de dormir? Estas historias breves, seguidas de una moraleja, hacen parte del imaginario colectivo y han perdurado en el tiempo hasta el día de hoy.
Vamos a conocer ahora al más conocido contador de fábulas, Esopo, y algunos de sus más célebres relatos, en la traducción de Pedro Bádenas de la Peña y Javier López Faca.
La liebre y la tortuga
La historia a continuación es un clásico de Esopo recopilado por La Fontaine, otro gran promotor de este género literario. "La liebre y la tortuga" es una fábula típica: no se sabe dónde ni cuándo ocurrieron los hechos, y los personajes principales son animales humanizados, es decir, que poseen consciencia, lenguaje y sentimientos humanos.
Una tortuga y una liebre discutían sobre quién era más rápida. Así, fijaron una fecha y un lugar y se separaron. La liebre, por su natural rapidez, descuidó el ponerse a la carrera, se tiró al borde del camino y se durmió. Pero la tortuga, consciente de su propia lentitud, no cesó de correr, y de este modo tomó la delantera a la liebre dormida y se llevó el premio del triunfo.
La fábula muestra que muchas veces el esfuerzo vence a la naturaleza descuidada.
La cigarra y la hormiga
La historia "La cigarra y la hormiga" tal vez sea la más famosa y difundida fábula de Esopo. El relato es breve, de apenas dos párrafos, y presenta a dos animales antagónicos como personajes principales: la hormiga, símbolo de trabajo y empeño, y la cigarra, símbolo de la pereza y el descuido. Mientras que la hormiga trabajó arduamente durante todo el verano para abastecerse en invierno, la cigarra, inmediatista, pasó el tiempo cantando sin pensar en el invierno que estaba por venir.
En el invierno una hormiga sacaba a airear de su hormiguero el grano que había amontonado durante el verano. Una cigarra hambrienta le suplicaba que le diese algo de comida para seguir viviendo. «¿Qué hacías tú el verano pasado?», preguntó la hormiga. «No estuve haraganeando —dijo la cigarra—, sino ocupada todo el tiempo en cantar.» Riéndose la hormiga y guardando el grano dijo: «Pues baila en invierno ya que en verano tocaste la flauta.»
Aquí puedes ver un video con la adaptación de esta historia:
El león y el ratón
La fábula de "El león y el ratón" enseña al lector sobre el ciclo de la generosidad y del valor de la vida en comunidad. Cuando el ratón necesitó ayuda, el león lo ayudó. Tiempo después, cuando el león se encontró en apuros, el ratón estuvo dispuesto a ampararlo. La fábula exhorta a practicar el bien y enseña que un día podemos ayudar y otro podemos necesitar ayuda.
Mientras dormía un león, un ratón se puso a corretear por encima de su cuerpo. El león se despertó y estaba ya a punto de devorar al ratón. Éste pidió que le soltara, diciendo que si le salvaba, se lo agradecería. El león sonriendo le dejó escapar. Pero poco después sucedió que el león se salvó gracias al ratón. Pues unos cazadores que lo habían apresado le ataron con una cuerda a un árbol, el ratón, al oír sus lamentos, acudió, royó la cuerda y cuando lo libró dijo: «Tú antes te reíste de mí porque no esperabas que yo te devolviera el favor; pero ahora sabes ya bien que entre los ratones hay agradecimiento.»
La fábula muestra que en los cambios de fortuna los muy poderosos llegan a estar necesitados de los más débiles.
El lobo y el cordero
En el caso de la fábula "El lobo y el cordero", estos animales ocupan posiciones opuestas. Mientras que el cordero representa la inocencia y la humildad, siempre intentando justificar y resolver los problemas que se le presentan, el lobo es símbolo de la crueldad y la maldad.
Un lobo que vio a un cordero en un río quiso comérselo con un pretexto verosímil. Por eso, aunque estaba río arriba, le acusó de revolver el agua y no dejarle beber. El cordero contestó que estaba bebiendo con la punta de los labios y que, además, era imposible que él, que estaba más abajo, agitara el agua río arriba. El lobo, como fracasó con su acusación, dijo: «Pero el año pasado tú insultaste a mi padre.» El cordero replicó que hace un año aún no había nacido. El lobo entonces le dijo: «Pues aunque te salgan bien tus justificaciones no voy a dejar de comerte.»
La fábula muestra que para los que tienen el propósito de hacer daño no vale ningún argumento justo.
La zorra y el cuervo
Los zorros son uno de los animales más recurrentes en las fábulas de Esopo. Caracterizado por su astucia sin par, el zorro frecuentemente encuentra soluciones nada convencionales para conseguir sus objetivos. En el caso de la historia "La zorra y el cuervo", la zorra le roba al cuervo un pedazo de comida que este había robado primero. La historia enseña los peligros de la vanidad y la soberbia.
Un cuervo que había robado un trozo de carne, se posó en un árbol. Y una zorra, que lo vio, quiso adueñarse de la carne, se detuvo y empezó a exaltar sus proporciones y belleza, le dijo además que le sobraban méritos para ser el rey de las aves y, sin duda, podría serlo si tuviera voz. Pero al querer demostrar a la zorra que tenía voz, dejó caer la carne y se puso a dar grandes graznidos. Aquélla se lanzó y después que arrebató la carne, dijo: «Cuervo, si también tuvieras juicio, nada te faltaría para ser el rey de las aves.»
La fábula vale para el insensato.
Mira esta adaptación en video:
Las fábulas más conocidas de Esopo
Es difícil garantizar cuáles han sido las fábulas efectivamente contadas por Esopo en la Antigua Grecia, ya que buena parte de lo que fue escrito se perdió o no fue firmado. Por ello, muchas de las fábulas han sido, en realidad, atribuidas a él por los expertos conocedores del tema.
Aquí reunimos una lista con algunas de las fábulas más conocidas atribuidas a este autor, el más grande contador de fábulas de la historia:
- El zorro y las uvas
- La tortuga y la liebre
- El lobo y el cordero
- La hormiga y el escarabajo
- El asno y la carga de sal
- El lobo y las ovejas
- El ciervo y el león
- El perro y la sombra
- El lobo y el perro
- El ciervo, el lobo y la oveja
- El lobo y la cigüeña
- La golondrina y las otras aves
- El lobo y la garza
- La zorra y el cuervo
- El león, la vaca, la cabra y la oveja
- El asno y el león
- La rana y el toro
- El caballo y el león
- La tuerca y el lobo
- El zorro y el león
- El ratón y la rana
- El gallo y el zorro
- El perro y la oveja
- Las liebres y las ranas
- La puerca y la loba
- El lobo y el cabrito
- El perro y la sombra
- El león y el ratón
- El grajo y el pavo
Ver también: Cuentos para dormir.
¿Quién fue Esopo?
Poco se sabe de Esopo e, incluso, hay quien ponga en duda su existencia. La primera referencia al escritor fue hecha por Heródoto, quien relata que este contador de fábulas había sido esclavo.
Nacido supuestamente entre los siglos VII o VI a. de C. en Asia Menor, Esopo fue un narrador de inmensa cultura, capturado y llevado a Grecia para servir como esclavo.
Su influencia en Grecia llegó a ser tal que el escultor Lisipo erigió una estatua en su honor. El fabulador tuvo un final trágico al ser condenado a muerte por un crimen que no cometió.
Heráclides Póntico, sabio de la época alejandrina, relató el proceso de condena y pena de muerte de Esopo. Se le acusaba de haber robado un objeto sagrado, delito que conllevaba una pena fatal.
Aristófanes también confirmó esta historia contada por Heráclides y dio más detalles de lo ocurrido: Esopo, al visitar Delfos, provocó a sus habitantes al declarar que estos no trabajaban y vivían solo de las ofrendas dedicadas al dios Apolo. Furiosos, los habitantes implantaron en la maleta de Esopo una copa sagrada para incriminarlo. Cuando el "robo" fue descubierto, Esopo fue condenado fatalmente a ser arrojado desde un despeñadero.
Conocemos el trabajo de Esopo gracias al griego Demetrio de Falero (280 a. de C.), quien recopiló las historias contadas. El monje bizantino Planudio también recopiló otras historias atribuidas a él.
¿Qué son las fábulas?
La fábula es un género literario narrativo que deriva del cuento, pero se diferencia de este en que el narrador da una lección moral a través de la historia contada.
Las fábulas también poseen frecuentemente animales personificados, a los que se les atribuyen características humanas.
Las fábulas fueron creadas en el Oriente y se esparcieron alrededor del globo. Se cree que su curso habrá sido de la India a China, de allí al Tíbet, y finalmente a Persia.
Sin embargo, suele decirse que las fábulas se originaron en Grecia, ya que es allí donde alcanzaron la forma y las características que hoy conocemos.
Las primeras fábulas registradas datan del siglo VIII a. de C. El primer volumen encontrado, Pantchatantra, fue escrito en sánscrito y después se tradujo al árabe.
Esopo fue uno de los más famosos fabulistas, a pesar de que no haber inventado el género. Por ello, hoy es recordado como su gran divulgador.
No sabemos a ciencia cierta cuántas historias llegó a crear. Se han encontrado una serie de manuscritos a lo largo del tiempo, aun cuando sea imposible garantizar su autoría. El mayor especialista en la producción de Esopo fue el francés Émille Chambry (1864-1938).
(Texto traducido por Andrea Imaginario).
Ver también: