15 leyendas cortas apasionantes


Andrea Imaginario
Andrea Imaginario
Especialista en artes, literatura e historia cultural

Las leyendas son relatos que se inspiran en la realidad y se intervienen con elementos fantásticos, extraños o misteriosos. Con frecuencia, las leyendas son una forma de explicar fenómenos naturales, principios y normas. También ofrecen entretenimiento basado en los usos y costumbres. Estos relatos contienen un gran valor literario y son una reserva cultural de la humanidad. Conozcamos en este artículo algunas de las leyendas cortas más apasionantes del mundo.

1. La leyenda de Ono no Komachi y Fukakusa no Shosho, Japón

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Nishimura Shigenobu: Komachi (detalle)

Ono no Komachi fue una poeta y dama de la corte japonesa en el siglo IX. Su gran belleza atraía muchos pretendientes, pero ella los rechazó a todos y vivió en claustro tras su amor frustrado con otro miembro de la corte. Komachi fue muy reconocida, al punto de ser la única mujer mencionada en Antología Imperial Waka durante el Período Heian. Por ello, se atribuyeron muchas leyendas a su nombre. Entre ellas, la que presentamos aquí.

Cuenta la leyenda que Ono no Komachi era una joven hermosa, pero cruel con sus pretendientes. Un día, le prometió a Fukakusa no Shosho que lo aceptaría si la visitaba por cien noches seguidas. Fukakusa no Shosho aceptó. Noche tras noche visitó a su amada; pero en la noche noventa y nueve desesperó, cayó enfermo y murió. Entonces, Komachi se entristeció para siempre.

2. Don Pedro y Doña Inés de Castro, Portugal

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Coronación post morten de Inés de Castro.

Esta leyenda está basada en la real historia de amor entre el infante don Pedro de Portugal y la cortesana Doña Inés de Castro en el siglo XIV. Si bien parte de los acontecimientos fueron reales, los hechos narrados después de la venganza de don Pedro son leyenda.

Don Pedro de Portugal ardía de amor por Inés de Castro, la dama de compañía de su esposa legítima, Constanza Manuel. Al enviudar, Pedro e Inés se retiraron a vivir con sus hijos en la ciudad de Coímbra. Pero la unión era desaprobada por la corte y el rey Alfonso IV, quien mandó a asesinar a Inés. Ciego del dolor, don Pedro decidió vengarse y liderar una revolución contra el monarca. Más tarde, al subir al trono, asesinó a los dos consejeros del rey arrancándoles el corazón.

Cuenta la leyenda que, en un acto de desesperación, el ahora rey Don Pedro hizo desenterrar el cuerpo de Inés de Castro, se casó con ella post morten y la coronó como reina de Portugal. Luego, hizo que los súbditos besaran la mano de la difunta. Desde entonces, Pedro no volvió a separarse de Inés. Sus cuerpos yacen actualmente en el Monasterio de Alcobaça.

3. San Jorge y el dragón

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No se sabe exactamente si san Jorge existió, pero se cree que fue un soldado romano al servicio de Diocleciano en la región de Capadocia, actual Turquía. Se le atribuye la liberación de una ciudad llamada Silca en Libia, pero no se sabe con exactitud. La historia de este personaje no tardó en adquirir tonos legendarios y muchos países y ciudades se la apropian. Pero sin dudas se puede decir que es una leyenda con raíces profundas en la cultura europea.

En una antigua ciudad existía un insaciable dragón que aterrorizaba a todos. Los pobladores debían darle dos corderos diarios para saciar su apetito. Pero un día los corderos se acabaron, y los habitantes tuvieron que echar a suertes a quién se comería. La suerte señaló a la princesa del reino. Justo antes de que el dragón pudiera engullirla, apareció San Jorge en un caballo e hirió a la bestia con su espada. Luego lo amarró y lo llevó hasta el poblado, y pidió a los habitantes que se bautizaran antes de darle la estocada final. Hecho esto, san Jorge dio muerte al dragón y liberó al pueblo.

4. La princesa de las alas de mariposa, México

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Esta hermosa leyenda mexicana, extraída del libro Leyendas de nuestra América de Ute Bergdolt Walschburger, conmueve nuestro corazón. Ella simboliza el amor y la fidelidad más allá de toda circunstancia. Veamos esta adaptación que hemos hecho.

El rey azteca Acamapichtli tenía una hija de belleza sin par llamada Mirra. Un día llegó la sequía en el reino y los dioses pidieron que les consagraran veinticuatro jóvenes vírgenes, pero tan pronto desaparecía su belleza y lozanía, los dioses las ocultaban. Ya sin jóvenes que entregar, el pueblo exigió al rey que entregara a Mirra, quien se consagró y hacía las danzas más hermosas que se hubieran visto.

Un día, un rico hacendado llamado Yariz, acudió al templo para pedir por sus cultivos marchitos. Durante sus oraciones, divisó a Mirra y se enamoró perdidamente. Increpado por la familia real, pidió la mano de Mirra, pero esto no era posible. Desesperado, Yariz le confesó sus sentimientos a Mirra, quien aceptó huir con él. Tuvieron un hijo y vivieron felices.

Pero entre tanto los dioses castigaron al pueblo con más sequía. Así que el rey mandó a buscarlos, dieron muerte a Yariz y separaron al hijo de su madre. Acamapichtli hizo encerrar a Mirra en una torre y la ocultó del Sol, dejando apenas una pequeña ventana. Sumida en la depresión, Mirra no comía.

Pero un día, algo extraordinario ocurrió: cuando fueron a buscar a Mirra, solo encontraron la habitación vacía y una hermosa mariposa azul con bordes dorados. No pudieron atraparla, pero se dejaba ver cada noche, traída por la brisa del mar, cuando se aproximaba a contemplar los rostros de los niños desde las ventanas. Desde entonces, cuando una mariposa azul es traída por la brisa, se oye decir: «Mirra está buscando a su hijito».

5. La leyenda de las islas de Pachacamac, Perú

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Existen diferentes versiones de esta historia. Cualquiera de ellas cuenta el origen de las islas de Pachacamac. En esta versión, extraída y adaptada del libro Mitos, leyendas y cuentos peruanos , editado por José María Arguedas y Francisco Izquierdo Ríos, todo comenzó por una historia de amor.

Cuenta la leyenda que los hijos de dos curacas (caciques) enemigos estaban enamorados. El padre de la jovencita decidió encerrarla en el palacio. Deseando estar con su amada, el muchacho se transformó en un pájaro hermoso para entrar en el palacio. Un día, se posó en el jardín donde se encontraba la princesa. Con ayuda de sus doncellas, la joven lo atrapó y lo puso en una jaula en su cuarto. A los pocos días, el ave volvió a su forma humana.

Pasados los meses, su padre notó que la joven iba a tener un hijo y le preguntó cómo había ocurrido, Esta le contó que en un sueño el pájaro se transformaba en hombre. Viéndose engañado, ordena matar a la joven. Esta huye, pero al volvetarse, ve que le sigue el mismo pájaro pero transformando un un semblante terrible. La mujer se arroja al mar con su hijo para no ser alcanzada. Desde entonces, el niño se convirtió en la isla pequeña y la madre en la isla grande, las islas Pachacamac.

6. La planta de Guaraná, Brasil

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Esta hermosa leyenda explica el origen de una de las frutas más peculiares del Amazonas brasileño: la planta de guaraná. Se trata de un relato cargado de hermosas imágenes sobre el combate entre el bien y el mal.

Cuenta la leyenda que en el Amazonas brasilero había una bondadosa pareja de la tribu Maués que ansiaban tener un hijo. El dios Tupa les concedió su deseo, Tuvieron un hermoso e inteligente niño, que pronto ganó fama entre los suyos por su bondad, talento y destreza. Pero el dios de las tinieblas, Jurupari, estaba celoso del pequeño.

Un día en que el niño fue a buscar frutas a la selva, Jurupari tomó forma de serpiente venenosa y lo mordió causándole la muerte. La noticia llegó rápidamente a la aldea, y todos se entristecieron. Mientras la madre lloraba desconsolada, un rayo atravesó la aldea y se escuchó un escandaloso trueno. Era la voz de Tupá, quien le pedía a la madre sembrar los ojos del niño, para que brindara frutos hermosos. Y así nació la fruta del guaraná.

7. El fruto que da olvido a amores, Paraguay

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Paraguay nos obsequia esta leyenda de amor crecida en el contexto de la lucha contra los españoles. Cuenta sobre el amor que una joven indígena le profesaba a un español cautivo que no le correspondía, y cómo se las arregló para obtener su amor. La leyenda ha sido tomada del libro Mitología americana, editado por Samuel Feijoó.

En lucha contra los españoles, los guaraníes hicieron un prisionero. El cacique vencedor, Yaguatí, lo entregó a su hija Apicú. La joven y bella india no ocultó su alegría. Pero el apuesto prisionero no correspondía a sus sentimientos. Ella hizo mantas, adornos, y todo lo posible para alegrarlo. Hasta lloró y le suplicó amor en vano. ¿Amaría él a otra, en tierras lejanas? Desesperada, recurrió a la violencia, mandando que lo ataran a una hoguera, sólo para convencerlo. Ante la muerte, él todavía mostraba indiferencia y audacia. Ella cayó a sus pies, llorando avergonzada. Él le confesó que no podía amarla, porque, en verdad, ya estaba comprometido.

Silenciosa, a la medianoche, Apicú partió en búsqueda de la cuñá-payé (hechicera). Le narró sus penas, le pidió algo contra el amor de su cautivo por la blanca española. La hechicera le dijo que fuera al día siguiente con el cristiano, a la falda del primer cerro elevado que encontrara. Allí le hablaría un ayarú (papagayo), preguntándole qué deseaba. Ella debería contestarle que quería coger frutos del guavirá. El papagayo la conduciría a donde crecen esos árboles y ella tendría que dar a su amado muchos frutos de aquéllos. Al comerlos, el cristiano olvidaría sus recuerdos. Y desde entonces sólo pensaría en Apicú. Así sucedió. Cuenta la tradición que a toda niña que se halle enamorada de un extranjero, bríndale el guavirá, a fin de que la peligrosa nostalgia no impulse al amante a su patria, dejando sin cumplimiento promesas y juramentos.

Ver más en: Leyendas para niños.

8. La Huega, Perú

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Antonino Espinoza Saldaña: La huega, 1938, óleo sobre lienzo.

Esta leyenda cuenta el origen mítico de la famosa laguna de la Huega, en Perú, que lamentablemente ya no existe. De ella solo nos quedan las leyendas que la literatura ha recogido. Aquí presentamos la leyenda de La Huega, disponible en el libro Mitos, leyendas y cuentos peruanos compilado y editado por José María Arguedas y Francisco Izquierdo Ríos.

A pocos kilómetros de la ciudad de lea se encontraba sentada una mujer rubia; con los cabellos hasta la cintura y mirándose en un espejo, siempre permanecía allí.

Cierta vez, un caminante se perdió de su ruta y fue a dar a ese lugar. Fue bajando los cerros hasta llegar a las palmeras donde se quedó contemplando a la mujer; entonces el caminante quiso ir adonde ella estaba, para preguntarle el motivo por el cual se encontraba tan sola en esos lugares.

Al intentarlo, ella se dio cuenta, y como nunca había visto a ninguna persona se asustó y empezó a correr, tal fue el miedo que sintió que se le cayó el espejo que tenía, y del espejo se formó la laguna de la Huega.

9. La lucha entre el águila y la serpiente, México

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Esta leyenda es una historia azteca que nos narra la batalla entre un águila y una serpiente, lo que explica el origen del respeto a esta ave cazadora. Hemos hecho un resumen a partir de la versión del libro Leyendas de nuestra América, de Ute Bergdolt Walschburger.

El príncipe Narija intentaba cazar un águila para hacer un adorno con sus plumas y honrar la Fiesta del Sol. De pronto, vio al ave caer a sus pies, pero era una serpiente que la estaba ahogando. Narija separó a los dos animales. Enfurecida por perder a su presa, la serpiente lo atacó, pero Nariza la mató de una pedrada. El águila, por su parte, sacudiéndose, se alzó sobre el cielo.

Mientras regresaba a su pueblo, el cielo se tenía de rojo como la sangre de la serpiente, y Narija pensaba que el dios le agradecía por haber salvado al águila. Al llegar, vio que sobre el muro del templo unas manos invisibles habían grabado la batalla entre el águila y la serpiente. Desde entonces, el águila es símbolo de grandeza y la serpiente símbolo de la tierra que mata, razón por la cual nahuas y aztecas dejaron de usar plumas de adorno.

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10. La verdad del elefante, India

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Esta hermosa leyenda india intenta explicar la complejidad de un concepto abstracto: la sabiduría. ¿Puede acaso el ser humano llegar a poseer la sabiduría total?

Cuenta la leyenda que, en un lugar de la India, gobernaba el sabio Rajá Amannipan, quien tenía un hijo llamado Ramani. Curioso, le preguntó a su padre: «¿Qué es la verdad?». El rajá quedó en silencio brevemente y le pidió tiempo para resolver su pregunta.

Un día, el Rajá llevó a Ramani cerca de un elefante y cuatro ciegos de nacimiento, a quienes les pidió que describieran al animal. El más pequeño, al tocar una pata, dijo que el elefante era una columna revestida de piel. El más alto replicó que era un cuerpo ancho inabarcable. El anciano, al tocar su cola dijo que era como una nariz larga y fina que terminaba en pelos. Por último, la mujer dijo que era una serpiente con grandes cuernos para cazar.

Los ciegos discutían sin llegar a un acuerdo. Entones Ramani sentenció: «Ninguno sabe lo que es un elefante, así que ninguno conoció la verdad». Su padre le replicó: «Tienes razón en que ninguno sabe la verdad, pero todos conocen la verdad, pues ¿no es verdad que el elefante tiene patas, su cuerpo es inabarcable, su cola es peluda y larga, y tiene trompa y colmillos?». Entonces, como ninguno y todos han dado con la verdad, seguirán discutiendo hasta que la noche los arrope.

11. Los amantes de Teruel, España

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Antonio Muñoz Degrain: Los amantes de Teruel.

España trae a nosotros esta romántica y apasionada leyenda del siglo XIII, que ha quedado inmortalizada en la literatura y las artes. Leamos.

Isabel segura era hija de un mercader muy rico del siglo XIII. Se había enamorado de un joven pobre, llamado Diego de Marcilla, quien le hizo prometer que lo esperaría por cinco años mientras hacía alguna fortuna para desposarla. Pero al cumplirse los cinco años, Diego no daba señales de vida, así que, presionada por su padre, Isabel contrajo matrimonio.

Esa misma noche, mientras su esposo dormía, Isabel fue despertada por Diego, quien había sufrido toda clase de contratiempos para llegar. Diego le decía: «Bésame, que me muero», pero ella no quiso faltan a sus votos matrimoniales. Inútilmente, Diego insistió: «Bésame, que me muero», y cayó muerto.

Isabel despertó a su marido y contó lo sucedido. Temiendo ser acusado falsamente, lo llevaron a casa del mercader. Cuando fueron a darle sepultura, Isabel no resistió la culpa de haberle negado el beso que lo salvaría. Entonces, se acercó a él y lo besó con tal intensidad que murió. Tras semejante prueba de amor, fueron enterrados juntos.

12. Los viajeros pachangarinos, Perú

Del compendio de Arguedas e Izquierdo Ríos sobre leyendas y mitos peruanos, citamos esta leyenda limeña que advierte de los peligros de traspasar los límites de lo sagrado.

Hace muchos años dos mozos viajaban de Pachangara a Cajatambo, arreando un burro en el cual llevaban sus cargas. Serían más o menos las doce del día, cuando se acercaron a calmar su sed en la laguna de Lacshacocha, pero grande fue su sorpresa al encontrar allí a una bella joven que se lavaba los pies. Los mozos se aproximaron a contemplar la belleza de la joven, y como ella no se diera cuenta, resolvieron tocarla... pero ambos, al momento, se convirtieron en piedras. Los parientes de los jóvenes salieron a buscarlos, y solo encontraron al burro con la carga junto a dos piedras grandes, al borde de la laguna de Lacshacocha.

13. El huancahui, Perú

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También del libro Mitos, leyendas y cuentos peruanos, editado por José María Arguedas y Francisco Izquierdo Ríos, nos llega esta leyenda sobre el ave huancahui del Perú, la cual transcribimos literalmente dada su brevedad.

Cuentan que junto al lago Cusimayo habitaba un pueblo que desapareció a raíz de un cataclismo. Alrededor del lago se oían los gritos de los náufragos, que pedían auxilio diciendo «¡Soga! ¡Soga!». Un indio que en ese momento pasaba por allí oyó los gritos y pensó que algo extraño había sucedido en su ausencia. Al instante una voz misteriosa lo enteró de todo lo acontecido; y los náufragos fueron saliendo uno a uno en forma de pájaros, que comían las hojas de los renacos que crecen en las orillas del lago. Al ver esto el indio, que estaba muerto de hambre, comió los frutos de los renacos y se convirtió en huancahui, pájaro grande de alas plomas y de ojos rojos que parecen dos carbones encendidos. Desde entonces los moradores que habitan en los alrededores de dicho lago temen el canto de esta ave, porque dicen que el canto de este pájaro anuncia la muerte.

14. El Cristo de la Vega, España

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Cristo de la Vega, Toledo.

El Cristo de la Vega es una leyenda de Toledo que se asocia a dos temas cruciales: el amor y la fe. Es muy conocida y tiene muchas versiones. Llegó a las tablas en la obra de José Zorilla titulada A buen juez, mejor testigo.

En la ciudad de Toledo había dos amantes: Diego Martínez e Inés de Vargas. Este le hizo prometer a Diego que se casaría con ella. Diego, enamorado, juró frente al Cristo de la Vega casarse al regresar de Flandes. Pasaron tres años y Diego no llegaba, hasta que un día Inés lo reconoció junto a otros caballeros a las puertas de la ciudad. Pero Diego, dada su actual condición social, desconoció su promesa.

Inés solicitó la intermediación del gobernador, don Pedro Ruiz de Alarcón, quien le pidió testigos. Al no tenerlos, Inés dijo que presentaría uno: el Cristo de la Vega. El juicio despertó gran curiosidad en la ciudad. Cuando en pleno tribunal le preguntaron a la imagen si había sido testigo, la imagen entreabrió los labios y respondió: «Sí, juro», y desclavó y extendió su mano derecha. Los antiguos amantes, conmocionados, se retiraron a la vida monacal.

15. Robin Hood, Inglaterra

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Una de las leyendas más famosas de la cultura occidental es la leyenda de Robin Hood, que siempre llega a nosotros en nuevas y frescas versiones.

Cuenta la leyenda que el buen y justo Robin Hood, que era estupendo arquero, estaba pronto a desposarse con la hija del barón de Arlongford, Marian Gilewater. De repente, la ceremonia fue interrumpida por el príncipe Juan, quien lo declaró como hombre fuera de ley.

Robin se ocultó en el bosque de Sherwood con sus amigos, desde donde se dispuso a defender a los pobres de los abusos de los poderosos. Para ello, les robaba a los pasantes las riquezas obtenidas de la extorsión para devolverlas al pueblo. Un día, el arquero Robin Hood y sus amigos se encontraron al rey Ricardo. Gracias a su intervención, el arquero recuperó sus título y desposó a Marian.

Bibliografía

  • Arguedas, José María y y Francisco Izquierdo Ríos (2009): Mitos, leyendas y cuentos peruanos, Perú: Punto de Lectura.
  • Feijoó, Samuel, edit. (1968): Mitología americana. Madrid: Ediciones Siruela.
  • Krickeberg, Walter (1971): Mitos y leyendas de los aztecas, mayas, incas y muiscas. México: Fondo de Cultura Económica.
  • Masaharu Anesaki (2015): Mitología Japonesa. Leyendas, mitos y folclore del Japón antiguo. Trad.: Miguel Mancera. Amazonia Editorial.
  • Ute Bergdolt Walschburger (1989): Leyendas de nuestra América, Colección Torre de Papel, Grupo Editorial Norma.

Ver también:

Andrea Imaginario
Andrea Imaginario
Profesora universitaria, cantante, licenciada en Artes (mención Promoción Cultural), con maestría en Literatura Comparada por la Universidad Central de Venezuela, y doctoranda en Historia en la Universidad Autónoma de Lisboa.