Los 16 mitos y leyendas más asombrosos de Argentina


Marián Ortiz
Marián Ortiz
Especialista en Medios Audiovisuales

El folclor argentino tiene sorprendentes narraciones que se han transmitido de generación en generación en cada punto del país. Mitos y leyendas que han pasado de padres a hijos y que forman parte de la tradición oral. Historias que combinan sucesos reales e imaginarios y que han dado lugar, incluso, a diferentes versiones de las mismas.

Si quieres conocer las narraciones propias del folclore argentino, aquí te presentamos una selección de 16 mitos y leyendas de diferentes lugares de Argentina comentados. Una recopilación de narraciones cortas que te sorprenderán.

1. Leyenda del Gauchito Gil

Existe una imagen religiosa muy popular en Argentina, que cada año es venerada por miles de devotos: Gauchito Gil. Sobre la figura de Antonio Plutarco Cruz Mamerto Gil Núñez, alias Gauchito Gil, han tenido lugar diferentes narraciones. Aunque poco se sabe de su historia, se conoce que nació en Mercedes en torno al 1840, y que fue ejecutado en el mismo punto en enero de 1878.

Esta es una versión de la leyenda, en la cual se trata de dar una explicación a quién era y, también, al motivo del culto hacia este santo popular en el país.

Cuenta la leyenda que, Antonio Mamerto Gil Nuñez, era un gaucho con un inmejorable dominio del falcón. Su mirada imponía a sus adversarios.

Era un peón rural que participó en la Guerra de la Triple Alianza, y sufrió las consecuencias de la lucha entre hermanos. Luego batalló contra los federales, cuando fue alistado como integrante de las milicias.

Un buen día, el dios guaraní Ñandeyara se manifestó en sus sueños y le advirtió:

—No quieras derramar sangre de tus semejantes.

Desde ese momento, el Gauchito abandonó el ejército. Su deserción lo condujo hacia su sentencia de muerte. También, fue perseguido por conquistar a una mujer que había sido cotejada por un comisario local previamente.

Gauchito Gil fue capturado y colgado a un árbol de espino. Se cuenta que, antes de su ejecución, Gauchito Gil le dijo a su ejecutor:

—Reza en mi nombre por la vida de tu hijo.

Cuando el verdugo regresó a su casa, descubrió que su hijo estaba muy enfermo. Entonces, hizo caso a las palabras de Gil, y rezó en su nombre. De repente, su retoño se curó.

Después de este suceso milagroso, el homicida de Gil rindió culto a su cuerpo. Entonces, se construyó un santuario que es visitado por muchos de sus devotos.

2. Difunta Correa

En Vallecito, una localidad de la provincia de San Juan, existe un lugar de culto llamado Santuario de la Difunta Correa, un sitio de devoción, donde acuden cada año las personas para venerarlo.

Aunque se desconoce la existencia de Dalinda Antonia Correa, aun hoy, se cuenta una historia legendaria sobre quién fue y cuál fue el origen de su santuario.

Cuenta la leyenda que, en la provincia de San Juan (Argentina), al inicio del siglo XIX, vivía una muchacha llamada Deolinda. La joven estaba casada con Clemente Bustos, a quién reclutaron a la fuerza para participar en las guerras civiles desatadas.

Entonces, Deolinda se quedó con su hijo lactante. Una madrugada, la mujer decidió huir hacia La Rioja junto a su pequeño para buscar a su esposo.

La muchacha anduvo por valles y quebradas, atravesó arenales con escasas provisiones de agua y comida. Tras la larga caminata, Deolinda quedó sin suministros que tomar y acercó a su hijo al pecho para amamantarlo. La joven se tendió en el suelo de un valle, donde falleció.

Al día siguiente, encontraron su cuerpo junto al bebé que, gracias a la leche materna, seguía con vida. En aquel lugar, conocido como Vallecito, enterraron su cuerpo que a día de hoy es un Santuario.

3. El Futre

En torno a las ruinas abandonadas por las que circulaba un antiguo tren que unía Mendoza con la ciudad de Los Andes, ha pasado de generación en generación una misteriosa historia.

En 1887 una empresa inglesa fue la encargada de iniciar las obras de este ferrocarril. En ella, sparticipó un trabajador que fue apodado como “el Futre” por los paisanos, por su forma elegante de vestir. Era inglés y llamó la atención de los habitantes y que, según esta leyenda, se convirtió en un espíritu errante.

Dice la leyenda que, en Mendoza, a principios del siglo XX, y durante la construcción del Ferrocarril Trasandino, ocurrió un hecho insólito.

Allí se pudo ver durante días a un hombre muy elegante que vestía de negro, de procedencia inglesa, encargado de hacer los pagos a los obreros. Una noche, fue asaltado y asesinado por unos maleantes de la zona.

Cuenta la narración que, desde entonces, su espíritu transita por las montañas de Mendoza y aparece en las noches preguntando por el dinero que le robaron. Después, desaparece en la oscuridad.

4. Leyenda del Cerro de los Siete Colores

Hay lugares extraordinarios que han sido formados durante millones de años por procesos naturales, y que tienen una explicación geológica. En cambio, hay narraciones que han surgido para explicar su origen. El aspecto del Cerro de los Siete Colores, en Purmamarca, tiene también su justificación fantástica, una leyenda que ha permanecido a lo largo del tiempo entre sus pobladores.

Dice la narración que en un pueblo llamado Purmamarca, de la provincia de Jujuy, los paisajes siempre se veían apagados y tediosos.

Un día, unos niños del lugar le preguntaron a sus padres qué podrían hacer ellos para alegrar el paisaje. Aunque ellos no supieron qué responder, los jóvenes decidieron darle una solución al asunto. Para ello, reunieron toda la pintura de color que iban encontrando y, durante las noches, subían al cerro y lo pintaban. Así hicieron durante siete noches consecutivas.

La séptima noche, sus padres se despertaron y, al ver que sus hijos no estaban en la casa, salieron en su búsqueda. Junto a ellos, iba un grupo de vecinos de la localidad, quienes también buscaban a sus retoños. Pronto, miraron todos al cerro y, para su sorpresa, vieron como el insulso cerro se había convertido en un hermoso lugar pintado de siete alegres colores.

Desde entonces, el cerro da vida y alegra a todos los habitantes de Purmamarca.

5. Leyenda de la nativa Mariana

Esta narración se cuenta en el departamento de Pocito, en la provincia de San Juan. Aunque no se sabe con certeza su origen, es un relato que pudo haberse forjado durante el siglo XVII, en torno a una mujer nativa de la zona llamada Mariana.

Esta narración pretende dar una explicación a cómo surgió el nombre de esta villa. Mariana es un personaje que, incluso, tiene su propia escultura en una de las plazas de Pocito.

Cuenta la leyenda que, en lo que hoy se conoce como Pocito, vivió hace mucho tiempo una mujer llamada Mariana. Ella, siempre que iba a comprar, pagaba con unas pequeñas piedras de oro, y los pobladores le preguntaban de dónde las había sacado. Ella siempre respondía que las conseguía de un “pocito”.

Mariana siempre iba acompañada de su perro protector. Un día, unos malhechores quisieron perseguirla para robarle las piedras y descubrir en dónde quedaba ese “pocito”. Para la sorpresa de los ladrones, el perro de Mariana les mostró sus colmillos y huyeron atemorizados. Cuentan que escucharon la carcajada de la mujer, a la cual jamás volvieron a ver por allí. Tampoco descubrieron el origen de esas misteriosas piedras.

6. Leyenda de las cataratas del Iguazú

En la provincia de Misiones se encuentra en maravilloso paraje de las Cataratas del Iguazú. Sobre su origen se han formado historias como esta, donde la trágica relación de amor entre dos jóvenes da lugar a un hermoso salto de agua.

Dice la narración que hace mucho tiempo, los guaraníes habitaban en las orillas del río Iguazú. Allí también moraba el dios Boi, quien se encargaba de proteger a la tribu.

Un buen día, la deidad conoció a Naipí, la hija del señor de la aldea. Pronto, se obsesionó con la joven y pidió su mano al padre de esta. El cacique aceptó sin consultarlo con Naipí.

La muchacha estaba enamorada de Tarobá, un joven de relativo a otra tribu del sur. Así, el día de la boda, planearon escapar juntos.

En la ceremonia, mientras los invitados estaban distraídos, la muchacha consiguió escapar en busca de su amado, quien la esperaba en una canoa. En cambio, Boi la persiguió y, furioso, alzó la tierra haciendo que una parte del río se elevara sobre la otra. Así formó una gran catarata que separó a Naipí y a Tarobá. No conforme con esto, Boi convirtió al muchacho en un árbol y a la joven en una piedra, situada en el centro del río.

Después, el dios se guardó en una cueva para vigilarlos eternamente e impedir su unión.

Cuentan que, desde entonces, en días de lluvia y sol intenso, sale el arcoíris que une por un instante el árbol y la piedra. De esa forma, los jóvenes se unen.

7. Luz mala

El folclor argentino también tiene grandes historias de terror. Este mito es uno de los más extendidos, especialmente por el noroeste del país, y cuenta con diferentes versiones.

No se sabe con exactitud cuál puede ser el origen de esta narración, aunque se ha asociado a manifestaciones como los fuegos fatuos. Estos fenómenos, de acuerdo con la ciencia moderna, provocan la emisión de fotones y surgen como resultado de la putrefacción de cuerpos orgánicos. Este hecho inexplicable en el pasado, pudo haber sido el origen de historia como esta:

Narra la historia que existe una luz que puede aparecer en el campo en las noches muy oscuras. Este intenso resplandor emerge desde el suelo y puede permanecer en el mismo lugar o desplazarse. Cuentan que, incluso, puede perseguir a quien la percibe.

En ocasiones, se identifica como un “alma en pena”, la de alguien que no fue sepultado.

En otras versiones de la leyenda, se cuenta que esta luz tiene la misión de proteger objetos metálicos y tesoros de oro y plata enterrados. En cualquier caso, nadie nunca se atreve a excavar en el sitio de donde sale la luz.

8. El Lobisón

Esta narración tiene como protagonista a uno de los seres más conocidos de la mitología guaraní. Es una historia muy extendida en Argentina y Paraguay, y que recuerda, en parte, al ser legendario del hombre lobo, popular en Europa.

Cuenta esta historia guaraní que Lobisón, el séptimo hijo de Tau y Karana, fue el damnificado de una maldición caída sobre sus padres. Pues, en las noches de viernes de luna llena, Lobisón se convierte en una criatura con aspecto mitad perro y mitad hombre.

Durante su cambio, la criatura comienza sintiendo mucho dolor. Entonces, se aparta a un lugar del monte donde no sea visto por nadie. Después, se levanta del suelo transformado en un perro enorme, oscuro y de ojos rojos. Entonces, se pone a caminar en la oscuridad hasta que amanece.

Su presencia atemoriza a los perros, quienes no paran de ladrar y aullar. Suele dirigirse al campo santo, donde se alimenta de restos de difuntos. El hechizo del Lobisón desaparece con su propia sangre, cuando sufre un corte.

9. La Telesita

Existen leyendas forjadas alrededor de misteriosas figuras, de incierta existencia.

En este caso, esta narración, extendida en Santiago del Estero, se basa en el personaje real de Telésfora Castillo, una muchacha dedicada a la danza que pudo haber vivido hacia el siglo XIX. A día de hoy, su persona se ha convertido en una especie de “alma milagrosa” que tiene el poder de “devolver” las cosas extraviadas.

Dice la leyenda que Telésfora Castillo o Telésfora Santillán era una muchacha originaria de Santiago del Estero. La joven adoraba la danza y tuvo una trágica muerte, cuando murió abrasada por las llamas.

Una de las versiones, cuenta que la muchacha que, fascinada por el sonido de una caja, se puso a bailar alrededor de una fogata. Tuvo la mala suerte de que su vestido se prendió y ella quedó carbonizada.

Cuentan que su alma es milagrosa y, entre otros dones, tiene la capacidad de hacer aparecer lo extraviado. Esto sucederá si el interesado hace una especie de ritual denominado como telesiada, en el que predomina el baile.

10. Uritorco y Calabalumba

En la provincia de Córdoba existe un cerro llamado Uritorco. Al lado de este, transcurre el río Calabalumba, dando lugar a un hermoso paraje.

Este mito argentino trata de dar una explicación a cómo se formaron ambos. En él se esconde una historia de amor imposible que se funde con la naturaleza.

Cuenta la narración que, hace muchos años, en un lugar situado en lo que hoy se conoce como la provincia de Córdoba, vivió un joven indio que se enamoró de una joven a primera vista. La muchacha le correspondía, pero prefirió huir, ya que su padre era un hechicero que no aceptaría su relación.

El muchacho la buscó sin descanso hasta que, por fin, consiguió citarse con ella para escapar juntos. Sin embargo, el padre de la joven se convirtió en una figura demoníaca que los perseguía sin cesar.

Finalmente, los jóvenes enamorados no lograron esquivar la maldición. Ambos se transformaron: él en el cerro Uritorco; ella en el río Calabalumba,

De esta forma, su amor perduró por siempre, dando lugar a un hermoso paisaje natural.

11. El Nahuelito

En la Patagonia argentina se ubica el lago Nahuel Huapi. Desde tiempos anteriores a la conquista de América se extiende un relato en torno a la posible existencia de una figura que habita allí, como Nessie en el lago Ness.

Dice la narración que, en el lago Nauel Huapi (Bariloche), vive un misterioso ser acuático. Esta figura se ha descrito por algunos pobladores como una enorme criatura que sale del agua por las noches y cuyas pisadas son como las de un pato grande.

El Nahuelito, así ha sido apodado, se alimenta de la carne de la vaca, ya que es carnívoro.

12. Leyenda de la ciudad de Esteco

En la provincia de Salta existe una leyenda sobre una ciudad desaparecida llamada Esteco. Una urbe rica y próspera, cuya existencia ha sido investigada durante años por historiadores y arqueólogos.

Esta narración tiene un carácter aleccionador, puesto que pone de manifiesto las consecuencias de la soberbia, la holgazanería y la mezquindad.

Cuenta la leyenda que, hace muchos años, existió una ciudad ubicada en la zona de Salta. Los habitantes del lugar poseían muchas riquezas, hasta las herraduras de los caballos eran de plata. En cambio, sus habitantes se pasaban los días vagueando y faltando a los más desfavorecidos.

Un buen día, el Sacerdote de turno les advirtió que, de no cambiar sus rutinas, la ciudad de Esteco sufriría las consecuencias de un terremoto. Así, como sus pobladores seguían con sus hábitos, la ciudad terminó destruida por un brusco seísmo.

13. Leyenda del volcán Lanín

Al sur de Argentina, en la provincia de Neuquén, se alza el imponente Volcán Lanín. Durante años, ha sido considerado un lugar sagrado para los mapuches. Por eso, en torno a él han surgido mitos como este, donde un dios es el encargado de protegerlo. Esta narración pretende dar explicación a por qué ha permanecido apagado durante años.

Dice la narración que, hace mucho tiempo, la cumbre del volcán Lanín estaba protegida por un pillán, un espíritu encargado de defender la naturaleza de los desastres provocados por el ser humano.

Un buen día, algunos integrantes de la tribu Huaiquimil fueron a cazar por la zona. El pillán los estaba observando y, al ver que cazaban animales, enfureció tanto que el volcán entró en erupción.

Los habitantes de lugar, atemorizados, acudieron al hechicero de la tribu, quien averiguó cuál sería la solución para tranquilizar al pillán: ofrecer la vida de la hija menor del cacique de la tribu. La joven se llamaba Huilefún, era una muchacha muy querida por todos.

El joven Quechuán, el más valiente de la tribu, debía llevarla hasta la cima. La muchacha, resignada, aceptó dar su vida para salvar a su pueblo.

Quechuán acercó a la joven al lugar cargándola sobre sus hombros. Pronto, un cóndor agarró a la Huilefún con sus garras y la elevó hasta lanzarla al interior del cráter. Finalmente, una nevada copiosa apagó el volcán.

Cuentan que, desde ese momento, Lanín permanece callado, ocultando a la bella muchacha en su interior.

14. Leyenda de la Piedra movediza de Tandil

En la ciudad de Tandil, en la provincia de Buenos Aires, se situó durante años una gran roca de granito. Esta se encontraba al borde de un cerro, logrando permanecer en equilibrio hasta el 29 de febrero de 1912, cuando se precipitó al vacío. Esta historia trata de dar una explicación a cómo llegó la piedra a ubicarse allí.

Cuenta la narración que, en tiempos muy lejanos, los habitantes del Sistema de Tandilia creían que el Sol y la Luna habían creado la Tierra y, más tarde, al hombre.

Desde entonces, el Sol y la Luna eran adorados como dioses.

Un día, los pobladores notaron que el Sol se iba apagando y apenas daba luz. Pronto, se percataron que en el firmamento había un Puma que, celoso por la adoración que los hombres mostraban a su dios, estaba apresando al Sol.

Al enterarse de esta situación, los pobladores se alertaron y prepararon flechas que lanzaron sin cesar al cielo. Finalmente, una flecha alcanzó al Puma, que se desplomó al suelo agonizando. La Luna quiso aminorar su dolor y le arrojó piedras para cubrirlo. De esta manera, se formaron las Sierras del Tandil. También, el Sol volvió a recuperar su brillo.

Dice la leyenda que, en la punta de la flecha que traspasó el cuerpo del Puma, cayó una enorme piedra de granito que se posó por años en equilibrio en lo alto del cerro. Desde entonces, cada vez que salía el Sol el Puma se enojaba tanto que la piedra se movía.

15. La leyenda del Hornero

El Hornero es un ave que se extiende por diferentes hábitats de América del Sur.
En Argentina se ha divulgado un conocido mito, de origen guaraní, en el que el surgimiento de este reconocido pájaro se debe a una historia de amor.

Cuenta la historia que, un cazador llamado Yahé se acostó a dormir tras una dura jornada. Reposó durante un rato a la orilla del río.

Al despertar, ya por la noche, se encontró con la hija del cacique de la tribu. Ambos jóvenes se miraron y, al instante, se enamoraron.

Al ser la hija del cacique, había una antigua tradición para quienes desearan obtener su mano: participar en una competencia durante las fiestas de la cosecha.

Yahé no dudó en participar, pero había muchos contrincantes.

Tras dos pruebas muy duras, Yahé y otro muchacho llamado Aguará competían en la prueba final. En ella, el cacique y los ancianos del pueblo los enrollaron en cueros de yaguareté mojados y los ataron a cuatro estacas. Los aspirantes tenían que permanecer quietos durante nueve días, sin apenas alimento.

Aguará aguantó tres días y se rindió. Al llegar el noveno día, quitaron los cueros que cubrían el cuerpo de Yahé, el ganador. En cambio, todos quedaron atónitos al descubrir que su cuerpo estaba encogiendo hasta que se convirtió en un hornero. De repente, el pájaro voló hasta posarse en un árbol, donde construyó un nido.

Al enterarse de la noticia, la joven le pidió al dios Tupa, que la convirtiera en pájaro. Así fue como los amantes se encontraron, convertidos en una nueva especie de ave: los horneros.

16. Leyenda del Ceibo

El ceibo está considerada la flor nacional argentina. Existe un hermoso mito que da explicación al origen de este árbol autóctono de Sudamérica. Anahí es la protagonista de esta narración, una muchacha que fue quemada y que dio lugar a este árbol tan conocido.

Dice la leyenda que, la joven Anahí, la menor de sus hermanos, formaba parte de la tribu de los guayaquí. Vivía a las orillas del río Paraná.

Anahí era una muchacha poco agraciada, pero tenía una voz preciosa con la que alegraba a su gente cantando. Hasta los pájaros cesaban su canto para escucharla y el río calmaba sus bravas aguas.

A la llegada de la primavera, una tribu peligrosa llegó al lugar para combatir con los pobladores. En la disputa, Anahí vio morir a sus hermanos y a su padre. Entonces, la muchacha peleó con valentía. Cuentan que los enemigos no podían apresarla con facilidad y decidieron utilizar tiras de cuero para amarrarla.

Anahí pasó días y días llorando. Hasta que, una noche sin luna, la muchacha aprovechó que un guardián dormía para escapar. Atravesó la selva, pero, pronto, el vigilante despertó y la encontró.

La joven y el centinela lucharon hasta que Anahí le clavó un puñal. La muchacha no logró escapar de otros guardias, que la ataron a un árbol y la sentenciaron a morir. Prendieron una hoguera alrededor del árbol, y Anahí comenzó a cantar. Su dulce melodía hacía que el fuego la protegiera.

Al amanecer, se encontraron con un nuevo árbol con flores de color rojo y con ramas de espinas. Así es como surgió el Ceibo.

Referencias bibliográficas:

  • Ediciones Colihue. (1995). Cuentos Regionales Argentinos. Ediciones Colihue.
  • Luchetti, E. (2021). Bien nuestras, leyendas regionales argentinas. Planetalector Argentina.
  • Pulido, R. (2000). Mitos y leyendas de Chile y América. Editorial Don Bosco.
  • Volberg, E. J. (2007). Leyendas del Nordeste. Editorial Dunken.

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Marián Ortiz
Marián Ortiz
Graduada en Comunicación Audiovisual (2016) por la Universidad de Granada, con máster en Guion, Narrativa y Creatividad Audiovisual (2017) de la Universidad de Sevilla.