Película El abrazo de la serpiente de Ciro Guerra


Andrea Imaginario
Andrea Imaginario
Especialista en artes, literatura e historia cultural

La película El abrazo de la serpiente, dirigida por Ciro Guerra, fue presentada al público en el año 2015 y estuvo nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa. Se trata de una coproducción colombiana, venezolana y argentina, rodada totalmente en blanco y negro.

El filme toca abiertamente un tema sensible para Latinoamérica, solo que desde un punto de vista pocas veces abordado: el encuentro entre culturas desde la mirada del nativo no occidentalizado.

Pero no se trata de la colonización del siglo XVI esta vez, sino del siglo XX, tiempo que coincide con la invención de la etnografía.

Política y económicamente, el período abarcado en el filme corresponde a la fiebre del caucho, que tuvo su punto álgido entre 1879 y 1912, con un breve repunte en los 40 como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial.

La película se inspira en los relatos de viaje del etnógrafo alemán Theodor (Theo) Koch-Grünberg y del botánico norteamericano Richard Evans (Evan) Schultes.

Resumen de El abrazo de la serpiente

El abrazo de la serpiente

El abrazo de la serpiente se articula a partir de dos relatos paralelos filmados en blanco y negro. Estas historias suceden en la selva amazónica colombiana, una en 1909 y otra en la década de 1940.

Ambos relatos tienen al mismo protagonista: el chamán Karamakate, un hombre nativo y nómada que vive solo en la selva.

La primera historia es coprotagonizada por el científico Theodor (Theo) Koch-Grünberg y la segunda por Richard Evans (Evan) Schultes.

Historia de Karamakate, Theo y Manduca

El abrazo de la serpiente
Manduka encuentra a Karamakate y le presenta a Theo, gravemente enfermo.

Transcurre el año 1909. Karamakate es el último sobreviviente de la tribu nómada de los cohiuanos. Ha heredado de su etnia el conocimiento de la yakruna, una planta sagrada poderosa que se usa con propósitos rituales y medicinales.

Llegan a su encuentro Theo y Manduca. Theo es un etnógrafo alemán que padece de una extraña enfermedad tropical y necesita yakruna para curarse. Manduca es un nativo ex esclavo de las caucheras del Perú, a quien Theo ha acogido como su compañero de viaje.

Karamakate tiene prejuicios contra los "hombres blancos", pero como chamán, ve en Theo la oportunidad de traspasar su conocimiento. Por ello, accede a ayudarlo.

Debido a que la cultura cohiuana establece que la yakruna no puede ser cultivada para evitar su uso recreativo, los tres emprenden un viaje en busca de brotes espontáneos de la planta.

Primera parada: el esclavo mutilado y la escopeta

El abrazo de la serpiente
Karamakate, Theo y Manduka traviesan el río.

Manduca encuentra un campo cauchero con vestigios de trabajo en proceso. La memoria de su trauma lo hace arremeter en contra de estos objetos y tirarlos. Rápidamente sale a su encuentro un nativo esclavo mutilado por sus explotadores.

Al ver el desastre hecho por Manduca, le suplica que lo mate. Theo viaja con sus objetos. Entre ellos destacan una escopeta y una la brújula. Manduca toma la escopeta e intenta matar al hombre, pero no puede.

Aunque Theo es un hombre pacífico y solo lleva la escopeta como autodefensa, Karamakate revive las razones de su desconfianza contra los blancos. Él ve su conocimiento como un conocimiento para la muerte.

Por ello, el chamán es exageradamente duro con Theo, cuya enfermedad poco a poco empeora. También desconfía de Manduca, a quien ve como un nativo "occidentalizado".

Segunda parada: la brújula robada

En la siguiente parada, los viajeros son recibidos por una etnia que les da abrigo por una noche. Al marcharse, Theo nota que le han robado la brújula.

Debido a que los intentos por recuperarla son infructuosos, Theo solo puede retirarse, pero no duda en manifestar su molestia y desaprobación sobre lo ocurrido.

Tercera parada: Misión de La Chorrera

El abrazo de la serpiente
Gaspar, religioso a cargo de la Misión Católica La Chorrera.

Como tercera parada, los tres hombres llegan a La Chorrera, una misión dirigida por un monje capuchino español llamado Gaspar. Los viajeros se detienen en busca de provisiones.

Gaspar rescata a niños huérfanos de las explotaciones caucheras y los cristianiza. Por ello, cuando ve a los niños escuchar los relatos "paganos" de Karamakate, el monje los castiga violentamente.

Manduca, una vez más, interfiere y derriba al monje. Como consecuencia, deben marcharse de inmediato de la misión.

Cuarta parada: los cohiuanos y la plantación de yakruna

En la siguiente etapa de su camino, los viajeros encuentran lo que parecen los últimos sobrevivientes de la etnia de los cohiuanos reunidos en un puesto fronterizo desocupado.

Salta a la vista que los cohiuanos han olvidado su cultura y cultivan yakruna para su consumo cotidiano. Karamakate se indigna ante la escena.

Justo en ese momento, se aproxima el ejército colombiano y todos comienzan a escapar para salvarse de un posible ataque. Esta vez le toca ahora a Karamakate revivir el trauma del genocidio de su pueblo años atrás.

En un solo instante, toma dos decisiones: negarle la yakruna a Theo y quemar todos los cultivos de la planta sagrada.

Con la desaparición de Theo, desaparece el último testigo de su cultura. Karamakate ha fracasado y deberá cargar con la culpa de haberlo dejado morir y de no haber cumplido su misión.

Historia de Karamakate y Evan

Unas tres décadas después, hacia 1940, el botánico Evan busca a Karamakate movido por los relatos de Theo y la yakruna.

Karamakate tiene la oportunidad de cumplir su misión y saldar la culpa que lo ha abrazado. Así, ve en Evan el verdadero testigo a quien debe dejar su conocimiento.

Emprenden el viaje y pasan por los mismos lugares. Pero cuando llegan a misión de La Chorrera, la realidad es totalmente diferente.

Un brasileño autoproclamado mesías se ha apoderado del lugar y ha establecido una secta de culto alrededor de su personalidad, en la que los creyentes son víctimas de crucifixiones y suicidios inducidos.

El abrazo de la serpiente
Karamakate da a Evan la Yakruna.

Ante tal fanatismo, a Evan y a Karamakate solo les queda hacerse pasar por los reyes magos Baltasar y Melchor para ser bien recibidos. Inicia entre ellos una complicidad.

Al final de su viaje, los viajeros encuentran la última planta silvestre de yakruna. En ese momento Evan confiesa sus verdaderas intenciones: hallar buen caucho para el ejército norteamericano.

A pesar de la confesión, Karamakate está convencido de que Evan es el elegido para transmitir su cultura. Depositando su fe en él, le exhorta a consumir la yakruna, la cual le induce un estado de revelaciones simbólicas y coloridas, único momento de color en el filme.

Al salir del éxtasis, Karamakate ya no está, pero tampoco Evan es el mismo. El final queda abierto para la interpretación del espectador.

Análisis de El abrazo de la serpiente

La película aborda cuatro formas diferentes de "neocolonización", cuyos mecanismos y condiciones difieren de los del pasado: la explotación cauchera en el Amazonas, la religión y las sectas, la violencia del Estado nacional y, por último, pero no menos importante, el discurso científico a través de la etnografía de principios de siglo.

Pero el director Ciro Guerra no establece una mirada de victimización del nativo del Amazonas. Al contrario, Guerra ofrece una perspectiva compleja en la que se muestran los prejuicios desde todas las miradas participantes.

Así, Karamakate es representado como un hombre complejo, lleno de sabiduría ancestral, pero también afectado por los límites que le imponen sus prejuicios.

El abrazo de la serpiente
Los cohiuanos escapan del ejército colombiano.
En el lado izquierdo, puede verse a Manduka cargando a Theo, ya moribundo.

La explotación cauchera

No vemos a los explotadores, no vemos sus máquinas. Apenas vemos algunos vestigios, pero toda la película está atravesada por las huellas de la explotación de la selva amazónica: el más terrible de todos los ataques occidentales contra las etnias nativas.

La presencia de la explotación cauchera está en las marcas de maltrato que lleva Manduca en la piel, en el trauma psicológico que este mismo personaje revive cuando observa situaciones semejantes.

También se puede reconocer en el cuerpo del hombre torturado y mutilado, en los niños huérfanos y esclavos de la misión católica que fueron rescatados y, por último, en la ambición de Evan, que representa la vigencia de los intereses de explotación occidental.

Cuatro aspectos se pueden destacar de este fenómeno: la supervivencia de la esclavitud, el genocidio cultural, la destrucción ambiental y la codicia.

Transformaciones religiosas en el siglo XX

Las dos historias desarrolladas en la misión La Chorrera, muestras dos aspectos diferentes de la religiosidad.

En la primera, vemos la expresión de una religiosidad tradicionalista representada por el misionero Gaspar.

La mentalidad de la religión tradicional es confrontada a principios de siglo por dos fenómenos, como lo son la diversidad religiosa representada por Karamakate y el discurso científico representado por el etnógrafo.

Sin embargo, será el fanatismo de las sectas religiosas el que dé la estocada final en el Amazonas, una forma muy particular de dominación y alienación cultural, tal como se representa en el filme.

La perspectiva etnográfica puesta en tela de juicio

El abrazo de la serpiente
Theo compartiendo con los indígenas antes del arrebato de la brújula.

De manera muy astuta, la película invierte la dialéctica entre el occidental (esta vez un científico "civilizado"), y el nativo no occidentalizado. Será el nativo quien debe "educar" al "hombre blanco".

A pesar de que la mirada científica del etnógrafo supone un reconocimiento de las culturas estudiadas, estos estudios no han logrado transformar enteramente a Theo, que aún se aferra a sus objetos.

Una secuencia es particularmente importante para identificar esta crítica: la de la brújula robada.

Después del robo de la brújula, el etnógrafo le explica a Karamakate que él necesita el objeto y que, además, si la tribu se lo queda, perderá su conocimiento sobre las estrellas y los vientos.

La respuesta de Karamakate revela por contraste la perspectiva terrible de la mirada etnográfica: "No puedes impedirles que aprendan... el conocimiento es de todos —dice el chamán—. No lo entiendes porque eres blanco".

La película desnuda de este modo el andamiaje de la etnología que, para aquel entonces, observaba a las tribus como "objetos" de estudio que no debían ser intervenidos, a fin de mantenerlos intactos como reserva cultural.

La violencia: ¿es Occidente una cultura de la muerte?

El chamán sabe que los occidentales poseen enormes conocimientos en ciencia. Pero cree también que esos conocimientos son usados solo para la muerte, y de allí vienen sus prejuicios contra Theo.

A pesar de que Theo le advierte que no es así, que el conocimiento occidental también trae bien y virtud, Karamakate no logra desprenderse de su prejuicio. Solo lo entiende después de sufrir la culpa de dejar morir a Theo, cuyo único propósito era encontrar la curación a su enfermedad tropical.

El abrazo de la serpiente
Evan mostrando a Karamakate uno de sus objetos: un gramófono portátil.

Lo cierto es que la violencia de Occidente está representada a diferentes niveles a lo largo de la película, y si bien no es visible, ella es agente de movilización de decisiones y transforma el relato.

Además de la violencia de la explotación cauchera, otro tipo de violencia aparece: la violencia del Estado nacional y su ejército, y la Segunda Guerra Mundial que, indirectamente, fue una de las causas de violencia en el Amazonas.

Para el chamán, Occidente sigue usando el conocimiento para matar. No se trata de tomar postura política sobre aquel conflicto de mediados de siglo, sino de una mirada crítica sobre el principio del conocimiento: ¿para qué sirve el conocimiento? ¿De qué vale el conocimiento si se usa para la muerte? ¿En qué puede hacer superior a una cultura un conocimiento así?

El abrazo final: la fe en lo humano

Después de lo aprendido con Theo y después de lo vivido con Evan, Karamakate solo puede hacer un acto de fe. La confesión de Evan es la clave de que este científico se ha dejado tocar por la relación de Karamakate.

Así, la planta yakruna es el elemento que consagra finalmente en la película la relación entre estos dos extraños, estas dos "otredades" que nunca se habían reconocido ni aceptado mutuamente.

Datos curiosos sobre El abrazo de la serpiente

  • Para la elaboración de los trajes tuvieron que pedir la asistencia de mujeres de diferentes etnias indígenas.
  • El abrazo de la serpiente es la primera película colombiana en ser nominada a los premios Oscar.
  • Se usan diez idiomas a lo largo de la película: cubeo, uitoto, tikuna, guanano, inglés, español, portugués, alemán, catalán y latín.
  • Al principio del rodaje fue necesaria la utilización de señas ya que Jan Bijovet no sabía hablar castellano.
  • Antes de iniciar el rodaje todo el equipo realizó rituales de protección con las tribus.

Sobre Ciro Guerra

Ciro Guerra DirectorCiro Guerra es un cineasta colombiano nacido en el departamento César en el año 1981.

Estudió cine y televisión en la Universidad Nacional de Colombia. Ha realizado diferentes películas y cortometrajes desde el inicio de su carrera.

Además de El abrazo de la serpiente, ha dirigido las películas: La sombra del caminante (2004), Los viajes del viento (2009), Edificio Royal (2013) y Pájaros de verano (2018).

Sus películas han participado en festivales de todo el mundo, como Cannes, Tribeca, Seúl, Bangkok, Seattle, Río de Janeiro y Guadalajara.

Puedes ver el tráiler en el siguiente enlace:

Andrea Imaginario
Andrea Imaginario
Profesora universitaria, cantante, licenciada en Artes (mención Promoción Cultural), con maestría en Literatura Comparada por la Universidad Central de Venezuela, y doctoranda en Historia en la Universidad Autónoma de Lisboa.