La casada infiel de García Lorca: análisis del poema

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
Tiempo de lectura: 9 min.

"La casada infiel" es un poema del famoso escritor Federico García Lorca, publicado en su libro Romancero gitano (1928). Se trata de un texto en el que prima la narración, donde se explora la sensualidad y lo sensorial.

Además, se toman elementos típicos de la Andalucía natal del autor, siguiendo la métrica del romance español y resaltando la cultura popular de la zona.

El poema

Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.

Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.

*

Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver.
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena
yo me la llevé del río.
Con el aire se batían
las espadas de los lirios.

Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
Le regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.

Estructura

El poema está compuesto por tres grandes bloques de versos sin estrofas marcadas visualmente, pero con pausas (representadas por asteriscos o espacios) que dividen el relato en episodios.

Así, cada bloque funciona como una secuencia narrativa: el encuentro, el acto amoroso y la conclusión reflexiva.

Los versos son octosílabos, una métrica típica del romance español tradicional. La rima es asonante en los versos pares, lo que refuerza su aire popular y musical. Por su parte, los versos impares quedan sueltos, siguiendo la forma del romance.

Este ritmo ligero y narrativo se combina con un lenguaje lírico y sensorial, creando un tono íntimo, sugestivo y popular a la vez.

Temas

Algunos de los temas principales que trabaja el poema son:

El erotismo y el deseo carnal

El tema central es el deseo físico vivido de forma intensa y directa, pero también con una cierta ingenuidad del hablante.

De este modo, la sensualidad atraviesa todo el poema, expresada con imágenes táctiles, visuales y sonoras: “sus muslos se me escapaban / como peces sorprendidos”.

La relación amorosa no está idealizada ni espiritualizada. Se muestra como un acto físico, cargado de pasión y curiosidad juvenil. La tensión entre el deseo y lo prohibido (ella es casada) añade un matiz provocador.

La mentira y el desengaño

Un tema clave es el engaño de la mujer, quien dice ser “mozuela” (virgen o soltera), pero luego se revela casada. Esto produce un giro irónico en el poema, subrayado en los últimos versos.

Así, el hablante expresa una mezcla de orgullo (por haber vivido la experiencia) y desdén (por no haberse enamorado).

La cultura gitana y la identidad masculina

Lorca enmarca la experiencia dentro del mundo gitano, con la afirmación final del hablante: “Me porté como quien soy. / Como un gitano legítimo”.

Aquí se mezcla una autoafirmación identitaria con una noción viril de honor, que se traduce en no enamorarse de una mujer engañosa y en regalarle un costurero como despedida.

La tensión entre el impulso y la moral

Aunque el poema se presenta desde una óptica vitalista y hasta despreocupada, hay una tensión moral de fondo. El acto ocurre en una noche de fiesta (la de Santiago), casi como un rito social más que por amor.

El hablante evita profundizar en los aspectos emocionales o morales (“No quiero decir, por hombre, / las cosas que ella me dijo”).

Símbolos

Aunque el texto es de carácter narrativo, hay varios elementos que funcionan de manera simbólica.

El río

El río representa la pasión, lo oculto y lo instintivo. Es el lugar donde se consuma el acto amoroso, fuera de la vigilancia social, pero también sugiere una transgresión.

La potra de nácar

Cuando el hablante dice que corrió “el mejor de los caminos / montado en potra de nácar / sin bridas y sin estribos”, está usando una poderosa metáfora sexual.

La potra simboliza el cuerpo de la mujer y el nácar sugiere blancura, pureza aparente. La ausencia de bridas y estribos indica libertad, descontrol, entrega pasional.

Los lirios

Al final, “se batían las espadas de los lirios”. Esta imagen sugiere una mezcla de violencia y belleza. El lirio, flor blanca y asociada tradicionalmente a la virginidad, aparece como un símbolo que se agita violentamente, indicando la pérdida de la inocencia y el conflicto entre lo sensual y lo puro.

La noche de Santiago

La alusión a la “noche de Santiago” sitúa la acción en una festividad popular, donde los límites morales suelen relajarse.

Es un contexto propicio para el rito de iniciación erótica, pero también introduce una contradicción entre el impulso carnal y la religiosidad de la fecha.

Figuras retóricas

Algunas de las figuras principales son:

Metáforas

La metáfora es una figura retórica que consiste en identificar un término real con otro imaginario, estableciendo entre ambos una relación de semejanza implícita, sin usar nexos comparativos.

Es una forma de expresar una idea mediante la sustitución de un elemento por otro que comparte con él alguna cualidad, enriqueciendo el significado con carga simbólica o emocional.

“Sus muslos se me escapaban / como peces sorprendidos”

Aquí se usa una metáfora visual y táctil, cargada de movimiento, para expresar la vivencia del cuerpo femenino con naturalidad, sorpresa y deseo.

“Montado en potra de nácar / sin bridas y sin estribos”

Esta es una metáfora central dentro del poema, de gran riqueza simbólica. Sugiere el acto sexual como un viaje intenso, espontáneo, fuera del control racional.

Hipérbaton

Se trata de alterar el orden lógico o habitual de las palabras en una oración, con el fin de resaltar ciertos elementos, crear un efecto rítmico o enfatizar el tono poético del texto.

Esta inversión sintáctica es frecuente en la poesía y contribuye a dotar al lenguaje de mayor expresividad y belleza.

“Y que yo me la llevé al río / creyendo que era mozuela”

Este giro sintáctico (alteración del orden lógico) refuerza el tono narrativo tradicional del romance oral, otorgándole un aire popular y antiguo.

Sinestesia

Consiste en mezclar o intercambiar sensaciones de distintos sentidos (vista, oído, gusto, tacto, olfato) o en atribuir sensaciones a conceptos abstractos.

Esta figura intensifica la expresividad del lenguaje al asociar, por ejemplo, colores con sonidos o sabores con texturas.

“El almidón de su enagua / me sonaba en el oído”

Aquí el tacto y el oído se cruzan, evocando la sensualidad del encuentro con delicadeza poética.

Elipsis

Omite voluntariamente palabras que se sobreentienden por el contexto, sin que se altere el sentido de la frase. Su uso aporta agilidad al discurso, concentra la atención en lo esencial y puede intensificar el tono emocional o dramático del texto.

“No quiero decir, por hombre, / las cosas que ella me dijo”

Aquí el hablante calla deliberadamente partes del encuentro, lo que crea un espacio de ambigüedad que sugiere más de lo que dice, dejando al lector completar la escena.

Contexto de escritura

“La casada infiel” forma parte del libro Romancero gitano (1928), una de las obras más emblemáticas de Federico García Lorca, escrita en los años 1924 y 1927.

Este poemario representa una síntesis entre la tradición popular andaluza (especialmente la del mundo gitano) y una sensibilidad moderna, vanguardista.

Lorca toma la forma del romance tradicional para explorar temas como la sexualidad, la libertad, la muerte y el destino, dentro del marco simbólico de Andalucía.

Aunque no era gitano, el autor admiraba profundamente la cultura gitana, que veía como expresión de una libertad instintiva y una resistencia al orden social impuesto.

En particular, este poema aborda el erotismo con un tono festivo, pícaro y provocador, alejándose de la visión trágica que predomina en otros textos del libro.

Aun así, encierra una crítica implícita a la hipocresía social. Una mujer casada que se hace pasar por mozuela, un hombre que no se enamora pero sí narra con detalle su hazaña y una relación clandestina marcada por la mentira y el deseo.

Lorca escribió en una España marcada por el patriarcado, la represión sexual y los códigos de honor. Por ello, “La casada infiel” pone en escena esos conflictos con una mezcla de ternura, ironía y crudeza poética.

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Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.