9 leyendas de Guatemala: un viaje a lo sobrenatural

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
Tiempo de lectura: 9 min.

Las leyendas de Guatemala forman parte esencial de la rica tradición oral del país. Transmitidas de generación en generación son pilares fundamentales para mantener viva la cosmovisión, los valores y las tradiciones de las comunidades.

Cada historia contiene enseñanzas, advertencias sobre el respeto a la naturaleza, lecciones de justicia, relatos de amor y tragedia, así como la eterna lucha entre el bien y el mal.

Así, las leyendas guatemaltecas no son simples narraciones, son vehículos de memoria y sabiduría colectiva que reflejan la identidad y el espíritu de un pueblo diverso.

1. La Siguanaba

La Siguanaba aparece como una mujer de gran belleza, de largo cabello negro y vestida de blanco. Su aspecto encantador hace que los hombres, especialmente los infieles o borrachos, la sigan embelesados durante la noche.

No obstante, cuando están solos con ella y logran ver su rostro, descubren con horror que tiene cara de caballo.

Según la leyenda, fue una mujer que deshonró a su familia o engañó a su esposo. Por ello, fue condenada a vagar eternamente como castigo.

Así, su figura representa la advertencia contra los vicios y el deseo descontrolado. Se dice que suele aparecer en barrancos, caminos solitarios y ríos, especialmente durante la Semana Santa.

Esta leyenda guatemalteca es una de las más conocidas en Mesoamérica y presenta a una figura femenina tan seductora como peligrosa. Su nombre proviene del náhuatl cihuatl-nahualli, que significa "mujer espíritu" o "mujer con apariencia cambiante".

La historia tiene una función moralizante.Se trata de castigar al hombre que se deja llevar por los placeres carnales y advertir del peligro de lo desconocido, bajo la forma de una belleza engañosa.

2. El Sombrerón

Se le describe como un hombrecito vestido de negro, con espuelas de plata y una guitarra a la espalda. Su nombre proviene de su característica principal: un enorme sombrero negro que cubre su diminuta estatura.

Aparece montado en una mula, seguido de perros encadenados. Tiene la habilidad de encantar a las jóvenes cantándoles serenatas y trenzándoles el cabello por las noches hasta dejarlas enfermas y sin poder dormir ni comer.

Según la leyenda, cuando una chica ha sido encantada por el Sombrerón, la única forma de romper el hechizo es cortándole el cabello. Este acto representa el desprendimiento de la vanidad y la liberación del influjo del ser mágico.

El Sombrerón es una figura icónica del folclore guatemalteco,pero también está presente en México y Colmia. Es especialmente temida por las mujeres jóvenes de cabello largo.

Su figura es vista como un símbolo del amor obsesivo y controlador, que no busca el bien de la amada sino su sometimiento. También sirve como advertencia sobre los peligros de dejarse llevar por los halagos de desconocidos.

Explora El Sombrerón: descubre la fascinante leyenda colombiana

3. La Tatuana

Según la versión más popular, fue una mujer hermosa, culta y rebelde que fue acusada de practicar magia negra y enviada a prisión.

Estando encerrada, pidió como último deseo un trozo de carbón y un poco de madera. Así, dibujó un barco con gran detalle. Esa misma noche, pronunció un hechizo. El transporte cobró vida y la llevó volando hasta su libertad.

La Tatuana es una de las leyendas más misteriosas de Guatemala y está vinculada a temas de brujería, libertad y poder femenino.

Ha sido vista como una figura de resistencia, astucia e independencia. Para algunos fue una esclava liberada, mientras que otros la ven como una bruja sabia que usaba su conocimiento para desafiar el orden opresor.

Su historia representa la lucha por la libertad del alma frente a las ataduras sociales.

4. El Cadejo

El Cadejo es un ser sobrenatural que adopta la forma de un perro grande, peludo y con ojos rojos brillantes. En Guatemala existen dos versiones: el cadejo blanco, protector de los caminantes y bebedores, y el cadejo negro, maligno y destructor.

Se dice que si una persona se cruza con el cadejo negro y sobrevive, quedará trastornada de por vida. Algunos relatos cuentan que ambos pelean entre sí cuando una persona está en peligro y que el resultado determina su destino.

El relato tiene raíces indígenas y fue posteriormente influenciado por la tradición española. El cadejo blanco acompaña silenciosamente a los viajeros por caminos solitarios durante la noche, evitando que caigan en trampas o sean atacados por bandidos.

En contraste, el cadejo negro se aparece a quienes llevan una vida de excesos o maldad. Su presencia provoca terror, enfermedades mentales e incluso la muerte.

Esta criatura representa la dualidad entre el bien y el mal, el equilibrio espiritual y los caminos que tomamos en la vida.

5. La leyenda del Xocomil

Según la tradición, el Xocomil nace de una historia de amor trágico. Se cuenta que una princesa indígena, prometida a un poderoso cacique, se enamoró de un joven forastero.

Al ser descubiertos, ambos fueron condenados a la muerte. Desde entonces, sus almas se encuentran cada tarde sobre el lago, provocando el viento como señal de su eterno lamento.

Otra versión más antigua señala que el Xocomil es el viento que “recoge los pecados” de los habitantes del lago. Su nombre viene del cakchiquel y significa “el viento que se lleva los pecados”.

Por eso, cuando sopla con fuerza, se dice que purifica el entorno y equilibra las energías de los pueblos ribereños.

El Xocomil es un viento característico que se forma sobre el Lago de Atitlán cada día por la tarde. Para los pueblos originarios, no es sólo un fenómeno meteorológico, se trata también de una leyenda ancestral.

Esta historia como muchas otras del altiplano guatemalteco, funde lo poético con lo espiritual y transforma un evento natural en un acto sagrado.

6. El Wiin

Según la leyenda, el Wiin es un ser que alguna vez fue humano, pero que por pecar de soberbia y avaricia fue transformado en una criatura deforme que vive entre los árboles o montañas.

Se le describe como una criatura encorvada, cubierta de pelo, con voz extraña y comportamiento errático, que aparece en las noches o en lugares solitarios.

Muchos relatos coinciden en que se manifiesta para castigar a quienes dañan el entorno natural o no respetan las antiguas costumbres.

Puede engañar a los caminantes, provocar extravíos o hacer que las personas pierdan la razón temporalmente.

El Wiin es una figura arraigada en el imaginario maya-quiché. Su nombre proviene del término wiinäk, que en algunas lenguas mayas significa “ser humano” o “persona”.

De este modo, tiene una función muy clara en la cosmovisión indígena. Busca recordar el vínculo entre el ser humano y la naturaleza, así como castigar a quienes rompen el equilibrio.

7. La leyenda del Lago de Atitlán

Según una antigua leyenda maya, el lago no siempre existió: fue creado por el llanto de los dioses.

Se cuenta que, en tiempos antiguos, el lugar era un valle fértil habitado por pueblos en armonía. Sin embargo, el equilibrio se rompió cuando los hombres comenzaron a codiciar las tierras y a enfrentarse entre ellos.

Viendo esto, los dioses se entristecieron profundamente y sus lágrimas formaron un enorme caudal de agua que inundó el valle y creó el Lago de Atitlán.

Algunas versiones añaden que, bajo el lago, todavía se conservan las ruinas de una ciudad perdida, y que ciertas noches, cuando la neblina cubre las aguas, se pueden oír campanas sumergidas o ver luces que emergen del fondo.

Este lago es uno de los lugares más bellos de Guatemala, rodeado de volcanes y pueblos indígenas.

La historia simboliza la tristeza divina por la pérdida de la armonía y convierte al lago en un lugar sagrado. Asimismo, es un recordatorio de que la naturaleza no es solo paisaje, sino también espíritu y juicio.

8. Cabracán y los volcanes

Cabracán recorría el mundo con su padre Vucub-Caquix, destruyendo cuanto encontraba a su paso.

Su poder era tan grande que causaba terremotos y formaciones volcánicas, desestabilizando el orden del mundo. Se enorgullecía de su fuerza y desafiaba constantemente a los dioses.

Para detenerlo, los gemelos heroicos Hunahpú e Ixbalanqué lo engañaron. Lo convencieron de que había una montaña muy difícil de derribar y lo invitaron a comer un ave que habían envenenado.

Cabracán cayó enfermo, perdió su fuerza y fue enterrado bajo tierra, donde permanece hasta hoy, causando los temblores con sus movimientos.

Esta leyenda proviene directamente del Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas quichés. Cabracán es un gigante, hijo de los señores del inframundo, que poseía la fuerza para derribar montañas.

La historia sirve para explicar el origen sísmico de la región y el comportamiento de los volcanes como manifestaciones de la lucha entre los dioses y los gigantes primigenios.

Con ello, Cabracán representa la fuerza descontrolada, el ego y la violencia que deben ser vencidos para restablecer la armonía del mundo.

9. La gitana Vanushka

Vanushka fue una joven gitana nacida en Europa del Este, traída a Guatemala en el siglo XIX por un circo ambulante. Durante una de las giras del espectáculo, llegó a Quetzaltenango, donde cautivó a todos con su belleza, su aire enigmático y su manera de bailar.

Un joven militar se enamoró perdidamente de ella, pero el romance fue rápidamente prohibido por la familia del muchacho, que no aceptaba la unión con una extranjera y gitana.

Cuentan que el chico fue enviado lejos y Vanushka murió poco después de pena. Fue enterrada en el Cementerio General de Quetzaltenango.

La leyenda de Vanushka demuestra cómo un personaje real puede ser transformado por la imaginación colectiva en relato popular.

Con los años, la tumba de la chica se convirtió en un lugar de peregrinación para los enamorados y los corazones rotos. Miles de personas visitan su sepultura, dejando cartas, flores y peticiones amorosas.

Su figura ha trascendido como símbolo de amor imposible y dolor romántico.

Ver tamién:

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.