La balsa de la medusa: la historia y secretos del cuadro de Géricault


Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana

"La balsa de la Medusa" es considerado el cuadro insigne del movimiento romántico francés y es una de las estrellas en el Museo del Louvre. Principalmente, se destaca por representar la tragedia de forma visceral y alejarse de los cánones de belleza clásica.

Su autor, Théodore Géricault (1791 - 1824), responde al ideal romántico de genio torturado, pues no gozó de fama en vida. Sólo llegó a exponer cuatro cuadros en el curso de su carrera y una muerte temprana impidió que pudiera desarrollar más su pintura. Sin embargo, el tiempo logró la validación que tanto deseaba.

La balsa de la Medusa - Theodore Géricault
Museo del Louvre, París, Francia

Historia del cuadro

Evento de la época

Una de las aspectos más importantes de esta obra es que fue la primera pintura que se inspiró en un suceso de la época. El acontecimiento resultó muy polémico, por lo que estuvo presente en los medios de comunicación y en la opinión pública durante bastante tiempo.

El artista se basó en el caso real de la fragata Medusa que naufragó el 2 de julio de 1816 en las costas de Senegal. El problema fue que sólo había botes para algunos de los tripulantes, por lo que el resto tuvo que construir una balsa improvisada.

Así, 147 personas se mantuvieron a la deriva durante 13 días en los que reinó el hambre, la deshidratación y la violencia. De hecho, se llegó al canibalismo. Cuando fueron rescatados, sólo quedaban 15 sobrevivientes.

Fue una misión encomendada por el gobierno en la que viajaron 400 pasajeros, entre militares, funcionarios, colonos y científicos. El objetivo era recuperar el control en las antiguas colonias francesas en África, ya que gracias a un acuerdo, Gran Bretaña había devuelto algunos territorios.

El capitán cometió múltiples errores que podrían haber sido prevenidos antes del naufragio. Además, tampoco se preocupó de las personas que quedaron a la deriva. Todo esto contribuyó a que se generara un escándalo internacional en la que Francia - regida por un nuevo gobierno - quedó muy mal parada.

Realismo

Géricault optó por utilizar un gran formato (491 x 716 cm), tamaño que estaba reservado para las grandes gestas históricas. La confección le llevó ocho meses en los que realizó numerosos estudios preparatorios. El artista buscaba recrear de la forma más realista posible la tragedia, por lo tuvo una meticulosidad casi científica.

En primera instancia, hizo estudios de anatomía a través de visitas a la morgue, en donde logró conseguirse pedazos de cadáveres que mantuvo en su taller.

Luego, construyó una maqueta de la balsa e, incluso, entrevistó a algunos sobrevivientes. Por último, buscando la máxima precisión, se trasladó a la costa para hacer una investigación en terreno sobre el oleaje y las nubes durante un temporal.

Influencias

Tras una visita a Roma, Géricault quedó impresionado con "El Juicio Final" de Miguel Ángel. La multiplicidad de figuras y el dramatismo lo cautivaron y funcionaron como inspiración para su cuadro.

Asimismo, puede notarse la influencia del barroco, particularmente de Caravaggio, pues es una imagen llena de detalles en la que predominan las sombras y la teatralidad.

De este modo, se asentó como una de las grandes muestras del romanticismo francés, en donde el realismo dio paso a lo violento y desmesurado, al retrato de otro tipo de belleza.

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Composición

El objetivo de la pintura era mostrar en toda su crudeza el dolor humano. Así, pueden notarse toda una gama de emociones, en las que fluctúan la desesperación y la posibilidad de salvación. El artista buscaba transmitir angustia e inquietar al espectador.

Se trata de una composición piramidal en la que se construye un caos intencionado para reflejar el movimiento. A la izquierda se encuentra la representación de la muerte con cuerpos abatidos y un hombre sosteniendo un cadáver. También, se puede ver cómo una nueva ola amenaza el navío y la oscuridad se cierne sobre los personajes.

Por otra parte, hacia la derecha, se hace notar la esperanza en las figuras que se levantan, agitan sus brazos y ropas al vislumbrar un pequeño barco mientras amanece.

Recepción y actualidad

La obra fue expuesta en el Salón de París en 1819 con el nombre "Escena de naufragio" y tuvo una mala acogida. Por una parte, el realismo logró impactar a tal nivel, que los espectadores se sintieron violentados por lo morboso de la escena.

De igual manera, el título no engañó a nadie y debido a lo polémico del caso, se entendió como un mensaje político. El naufragio fue una vergüenza pública que tuvo alcance internacional, en donde se destacó la incompetencia del nuevo gobierno francés.

Como nadie se interesó por su pintura, el artista decidió viajar a Inglaterra para buscar nuevas oportunidades. Unos años después, tras su muerte, fue adquirida por el museo del Louvre. Allí adquirió el nombre con el que se conoce ahora y se convirtió en una de las bases para un nuevo tipo de arte.

Bibliografía:

  • Bolaños, María. (2007). Interpretar el arte a través de las obras maestras y los artistas más universales. Contrapunto.
  • Kalifa, Dominique. (2023). "El naufragio de la Medusa. Dos semanas perdidos en el oceáno". Revista National Geographic.

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Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.