Himno a la alegría de Ludwig van Beethoven


Andrea Imaginario
Andrea Imaginario
Especialista en artes, literatura e historia cultural

Con el nombre de Himno a la alegría se conoce al cuarto movimiento de la Novena sinfonía de Ludwig van Beethoven (1770-1827), en el que musicaliza el poema de Friedrich Schiller (1759-1805) llamado Oda a la alegría (Ode an die Freude).

El Himno a la alegría se ha convertido en una referencia universal de la música y es valorado como un cántico a la fraternidad universal. De hecho, su influencia ha sido tan grande que ha pasado de la música académica a la música pop. Por ejemplo, la versión que hizo el cantante español Miguel Ríos.

El impacto que ha tenido el Himno a la alegría desde su origen se debe, en primer lugar, a ser el primer movimiento coral inserto dentro de una sinfonía, gracias a que Beethoven decidió tomarse la libertad de “hacer hablar” a la que fue su última obra sinfónica. En segundo lugar, se debe también a los valores expresados en el poema de Schiller. Conozcamos cuál es su historia, significado y trascendencia.

Oda a la alegría de Friedrich Schiller (letra en alemán)

himno a la alegria

Nota: La sección en cursivas ha sido añadida por Ludwig van Beethoven

O Freunde, nicht diese Töne!
Sondern laßt uns angenehmere anstimmen,
und freudenvollere.
Freude! Freude!

Freude, schöner Götterfunken
Tochter aus Elysium,
Wir betreten feuertrunken,
Himmlische, dein Heiligtum.
Deine Zauber binden wieder,
Was die Mode streng geteilt;
Alle Menschen werden Brüder,
Wo dein sanfter Flügel weilt.

Wem der große Wurf gelungen,
Eines Freundes Freund zu sein;
Wer ein holdes Weib errungen,
Mische seinen Jubel ein!
Ja, wer auch nur eine Seele
Sein nennt auf dem Erdenrund!
Und wer's nie gekonnt, der stehle
Weinend sich aus diesem Bund!

Freude trinken alle Wesen
An den Brüsten der Natur;
Alle Guten, alle Bösen
Folgen ihrer Rosenspur.
Küße gab sie uns und Reben,
Einen Freund, geprüft im Tod;
Wollust ward dem Wurm gegeben,
Und der Cherub steht vor Gott.
Vor Gott!

Froh, wie seine Sonnen fliegen
Durch des Himmels prächt'gen Plan,
Laufet, Brüder, eure Bahn,
Freudig, wie ein Held zum Siegen.
Seid umschlungen, Millionen!
Diesen Kuß der ganzen Welt!
Brüder, über'm Sternenzelt
Muss ein lieber Vater wohnen.
Ihr stürzt nieder, Millionen?
Ahnest du den Schöpfer, Welt?
Such' ihn über'm Sternenzelt!
Über Sternen muss er wohnen.

Traducción

Nota: La sección en cursivas ha sido añadida por Ludwig van Beethoven

¡Oh amigos, dejemos esos tonos!
¡Entonemos cantos más agradables y llenos de alegría!
¡Alegría! Alegría!

¡Alegría, hermoso destello de los dioses,
hija del Elíseo!
Ebrios de entusiasmo entramos,
diosa celestial, en tu santuario.
Tu hechizo une de nuevo
lo que la acerba costumbre había separado;
todos los hombres vuelven a ser hermanos
allí donde tu suave ala se posa.

Aquel a que la suerte ha concedido
una amistad verdadera,
quien haya conquistado a una hermosa mujer,
¡una su júbilo al nuestro!
Aun aquel que pueda llamar suya
siquiera a un alma sobre la tierra.
Mas quien ni siquiera esto haya logrado,
¡que se aleje llorando de esta hermandad!

Todos beben de alegría
en el seno de la Naturaleza.
Los buenos, los malos,
siguen su camino de rosas.
Nos dio besos y vino,
y un amigo fiel hasta la muerte;
lujuria por la vida le fue concedida al gusano
y al querubín la contemplación de Dios.
¡Ante Dios!

Gozosos como vuelan sus soles
a través del formidable espacio celeste,
corred así, hermanos, por vuestro camino alegres
como el héroe hacia la victoria.

¡Abrazaos millones de criaturas!
¡Que un beso una al mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
debe habitar un Padre amoroso.
¿Os postráis, millones de criaturas?
¿No presientes, oh mundo, a tu Creador?
Búscalo más arriba de la bóveda celeste
¡Sobre las estrellas ha de habitar!

Historia y análisis del Himno a la alegría

De todos es conocido que Beethoven ha sido considerado como el último de los compositores neoclásicos y el primero de los compositores románticos. Fue, sin duda alguna, el artífice de una gran transformación estilística en la historia de la música.

La sensibilidad neoclásica había tenido su origen hacia la mitad del siglo XVIII, y alcanzó su cenit gracias al espíritu revolucionario que imprimió a la cultura la consigna de la Revolución francesa “igualdad, libertad y fraternidad” y la proclamación de los derechos universales del hombre en 1789.

El anhelo de igualdad, fraternidad y libertad en la cultura germana se había expresado tres años antes de la revolución, en 1786, cuando Friedrich Schiller publicó Oda a la alegría. Schiller formaba parte de la generación del Sturm und Drang (‘tormenta e ímpetu’), un movimiento prerromántico que reclamaba aquellos valores por medio de las artes.

Beethoven no estaba lejos de ello. El investigador Rivas Vergara insiste en que:

...la experiencia creadora del arte jugaba un papel fundamental al momento de entender el ideal de libertad que tenían Beethoven y los artistas del Sturm und Drang, ya que el acto mismo de crear significaba liberarse.

Diversas fuentes aseguran que Beethoven conocía el poema de Schiller en 1793, y que desde entonces le seducía la idea de musicalizarlo, si bien no fue sino hasta 1817 cuando esto comenzó a tomar una forma concreta.

En su último período como compositor, Beethoven escribe la Novena totalmente sordo, pero esto no le impide concretar aquella idea remota que había tenido en 1793: musicalizar el poema de Schiller, como expresión de aquellos valores que conmovieron al compositor a lo largo de su vida.

La palabra y la música

En la fecha en que Beethoven hizo la Novena sinfonía, el romanticismo estaba en auge. En este momento de la historia, las relaciones entre música y palabra habían alcanzado un punto álgido. Los compositores no se proponían apenas "musicalizar", sino convertir sus composiciones en auténticas imágenes de los textos que recreaban. Por ello, el siglo XIX vio el desarrollo estupendo de géneros como el lied (canción alemana). La ópera, que existía desde el siglo XVI, encontró un nuevo aire.

Sin embargo, la forma de la sinfonía estaba ajena a esto. La decisión de Beethoven de incluir la Oda a la alegría en la Novena sinfonía fue, a todas luces, una decisión arriesgada, pero por lo mismo, fue una proclama de libertad creadora. Nada podía ser más romántico que eso.

Para Rivas Vergara, la decisión incoporar el poema de Schiller en la obra sinfónica puede interpretarse de la siguiente manera:

Beethoven necesitó incluir la palabra para que la música se liberara un poco de esa «pesadez metafísica» que pudo haberse hecho insostenible para el público. Así pues, la inclusión de la palabra no afecta la expresividad del anhelo de libertad, sino, al contrario, posibilita la superación y la conciliación de la estructura musical dialéctica, purgando el espíritu a través de la profunda sonoridad de la voz humana y del contenido poético de la palabra.

Beethoven agregó unas líneas introductorias para justificar el ingreso del texto dentro de la sinfonía:

¡Oh amigos, dejemos esos tonos!
¡Entonemos cantos más agradables y llenos de alegría!
¡Alegría! Alegría!

Beethoven reivindica el poder significante de la palabra musicalizada, a la vez que la voz convertida en instrumento hermoso, en vehículo para la aproximación fraterna, para el encuentro transformador. Todo lo que toca la música queda elevado, pues, a la condición de experiencia liberadora a través de la creación.

Ciertamente, la Novena sinfonía y, en ella, el Himno a la alegría, fue una auténtica liberación personal y musical que permitió la creación de un nuevo género, la sinfonía coral y la apertura de nuevas posibilidades creativas en la historia de la música. Es, sobre todo, un acto de convicción personal tanto en lo artístico como en lo político, que deja en claro el compromiso del artista con los valores que lo mueven: la igualdad, la fraternidad y la libertad.

Vea también: La Novena sinfonía de Ludwig van Beethoven: historia, análisis y significado.

Recepción y uso del Himno a la alegría

El Himno a la alegría es la sección más popular de la Novena sinfonía. Por el tema del texto, rápidamente se convirtió en un símbolo popular. La Novena sinfonía, y el cuarto movimiento en particular, se han usado como instrumento propagandístico de diferentes confesiones políticas.

En un artículo titulado La Novena de Beethoven: una sinfonía para el mundo, se nos informa que el general Otto von Bismarck (1815-1898), responsable de la unificación de Alemania en el siglo XIX, la utilizó para levantar la moral del ejército.

La usaron también los españoles en 1931 en la proclamación de la Segunda República. La usaron los nazis desde 1933 y los fascistas italianos poco después.

Los aliados también se apropiaron de ella y frecuentemente la incluían en los conciertos de la causa. Tras el suicidio de Adolfo Hitler, la pieza fue difundida en la radio alemana.

Entre los años 1956 y 1964, en pleno contexto de la Guerra Fría, el Himno a la alegría representó tanto a la República Democrática Alemana (RDA) como a la República Federal Alemana (RFA) en los Juegos Olímpicos.

La página oficial de la Unión Europea informa que, en 1972, el Himno a la alegría inspiró el himno del Consejo de Europa, adoptado en 1984 como el himno oficial de la Unión Europea, aunque fue retirada la letra como una manera de preservar el principio de “igualdad” y “libertad”.

En 1974 el cuarto movimiento de la Novena fue utilizado como motivo para componer el himno de la extinta República de Rodesia o Rhodesia, un estado no reconocido que se había instalado en la actual Zimbabue entre 1965 y 1979.

En la navidad de 1989, tras la caída del muro de Berlín, la Novena sinfonía fue interpretada bajo la dirección de Leonard Bernstein. El texto fue adaptado para celebrar el acontecimiento de la reunificación alemana. Así, donde debía decir “alegría” (Freude) se cantó “libertad” (Freiheit).

Himno a la alegría de Miguel Ríos

Más allá de las pretensiones de los políticos, ciertamente el Himno a la alegría es todo un símbolo popular. Por ello, en 1970 el cantante Miguel Ríos presentó una versión pop en su disco Despierta, de 1970.

El texto fue adaptado. Desde entonces, se ha dado a conocer a todos los países de habla hispana como símbolo de la paz, la libertad y la fraternidad.

Escucha hermano la canción de la alegría
El canto alegre del que espera un nuevo día
Ven canta, sueña cantado
Vive soñando el nuevo sol
En que los hombres
Volverán a ser hermanos

Si en tu camino solo existe la tristeza
Y el llanto amargo
De la soledad completa
Ven canta, sueña cantado
Vive soñando el nuevo sol
En que los hombres
Volverán a ser hermanos

Si es que no encuentras la alegría
En esta tierra
Búscala hermano
Más allá de las estrellas
Ven canta sueña cantado
Vive soñando el nuevo sol
En que los hombres
Volverán a ser hermanos.

Referencias

  • Himno europeo. Recuperado en https://europa.eu. s/f.
  • La Novena de Beethoven: una sinfonía para el mundo. Recuperado en lavanguardia.com
  • Pascual, Josep: Guía universal de la música clásica. Barcelona: Ediciones Robinbook. 2008.
  • Rivas Vergara, Matías: La Novena sinfonía de Beethoven: historia, ideas y estética. Recuperado en Academia.edu. 2013.
Andrea Imaginario
Andrea Imaginario
Profesora universitaria, cantante, licenciada en Artes (mención Promoción Cultural), con maestría en Literatura Comparada por la Universidad Central de Venezuela, y doctoranda en Historia en la Universidad Autónoma de Lisboa.