Cuadro Mona Lisa o La Gioconda de Leonardo da Vinci (significado y análisis)


Catalina Arancibia Durán
Revisado por Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
Actualizado en

La Mona Lisa es uno de los símbolos más importantes de la cultura occidental. También conocida como La Gioconda es una obra del Renacimiento pintada por Leonardo da Vinci. El cuadro fue realizado entre los años 1503 y 1506 y se encuentra actualmente en el Museo del Louvre en París, Francia.

Mona Lisa
Leonardo da Vinci: Mona Lisa o Gioconda. Óleo sobre tabla. Medidas: 77 x 53 cm. 1503-1506.

Composición

La Mona Lisa es un retrato de medio cuerpo. Este género fue impulsado durante el Renacimiento y puede considerarse una verdadera revolución, pues expresa abiertamente el interés antropocéntrico de ese período.

Una de las cosas que más atraen de este cuadro es la serenidad que transmite la figura. De igual manera, la mirada de soslayo, pero directa hacia el espectador, muestra el dominio de los sentimientos, cosa que normalmente no se atribuía a una mujer en aquel entonces.

mona lisa
1. Composición triangular. 2. Detalle de las manos. 3. Detalle del velo sobre el rostro y paisaje al fondo.

La postura de la mujer deriva de la “pirámide” usada para representar a las madonnas sentadas, es decir, se trata de una geometrización triangular. Así, sus manos cruzadas forman la base de la estructura piramidal y la posición de sus brazos transmite distancia entre ella y el espectador.

Por otro lado, la cabeza está cubierta por un velo que simboliza la castidad, frecuente en los retratos de esposa. También se atribuye el uso de este tipo de velo a las mujeres embarazadas o en período post-parto. Además, no presenta joyas ni signos particulares de ostentación económica o de poder.

El paisaje en segundo plano está pintado con una perspectiva aérea. El azul humoso y la perspectiva poco clara y difusa da a la composición una mayor profundidad.

Técnica

El cuadroestá realizado en pintura al óleo sobre madera. Leonardo da Vinci aplicó en él la técnica del sfumato. Esta consiste en superponer varias capas de pintura delicadas para así suavizar o diluir los contornos de la figura. Con ello, se logra la sensación de naturalidad y volumen, lo que permite percibir que las figuras se integran al resto de la composición.

Gracias al sfumato, el artista consiguió perfeccionar la percepción de tridimensionalidad. Además, la explicación sobre el misterio de la sonrisa y la mirada de la Mona Lisa deriva precisamente de esta técnica y a la naturaleza de la visión humana.

En efecto, la visión directa del ser humano se enfoca en los detalles, pero no en las sombras. En cambio, la visión periférica distingue más las sombras que los detalles. Al mirar a la Mona Lisa desde diferentes perspectivas, las capas finas y difuminadas de la técnica del sfumato hacen que de frente se vea una sonrisa casi inadvertida en comparación con la misteriosa sonrisa que aparece cuando se la ve de lado. Esto sucede porque de lado se proyecta más volumen a causa de las sombras creadas por las capas.

La identidad de la modelo

La expresión "Mona Lisa" significa 'señora Lisa'. Mona es un diminutivo del italiano madonna, y Lisa sería el nombre de la modelo identificada por Giorgio Vasari. Este pintor, arquitecto y escritor del renacimiento publicó el libro Vida de los mejores arquitectos, pintores y escultores italianos, donde dio testimonio del cuadro.

Existen varias discusiones sobre la identidad de la modelo y la teoría más aceptada es la del historiador Vasari, quien dice que la mujer representada es Lisa Gherardini. Esta mujer era la esposa de un mercader de sedas llamado Francesco del Giocondo. De hecho, el nombre alternativo La Gioconda, que significa "alegre" en español, hace referencia a su famosa sonrisa y al nombre de su esposo.

Otra tesis plantea que la retratada sería una "cierta dama florentina", según palabras de Leonardo, y que la pieza habría sido encargada por Juliano de Medicis. En ese caso, podría tratarse de una dama de renombre social.

La cosa se complica si se toma en cuenta que los documentos contemporáneos que describen el cuadro pudieron referirse a versiones diferentes de La Gioconda. Es justamente la existencia de tales versiones uno de los factores que confiere a la pieza un contexto misterioso.

Las versiones de La Gioconda

mona lisa el prado
Taller de Leonardo: Mona Lisa o Gioconda. 1503-1519. Óleo sobre tabla. 76,3 × 57 cm. Museo del Prado, Madrid.

De la época de Leonardo existen dos versiones más del cuadro, llamadas Mona Lisa de Ilseworth y Mona Lisa del Museo del Prado. De esta última, se sabe que es una copia elaborada en el taller de da Vinci por uno de sus discípulos, probablemente Andrea Salai. Fue elaborada entre 1503 y 1519 aplicando la misma técnica y condiciones materiales. Así, se utilizó óleo sobre tabla de madera (de nogal), con unas medidas de 76,3 x 57 cm. Son visibles algunas diferencias de calidad, como la dificultad del sfumato.

En cuanto a la Mona Lisa de Ilseworth, por mucho tiempo se creyó que se trataba de una falsificación, entre otras cosas porque está hecha sobre lienzo, a diferencia de la del Louvre y la del Prado. Sin embargo, estudios científicos recientes revelan que los pigmentos y materiales son de la misma época.

mona lisa ilseworth
Atribuido a Leonardo: Mona Lisa de Ilseworth. 1503-1516. Óleo sobre lienzo. 84,5 cm × 64,5 cm. Colección privada, Suiza.

Las diferencias más evidentes con la clásica Gioconda son tres:

  • la mujer, cuyo rostro tiene cejas más definidas, luce más joven
  • se encuentra claramente enmarcada entre dos columnas
  • el paisaje de fondo está inconcluso

En caso de que haya sido hecha por Leonardo, podría tener sentido que fuera una primera versión, si consideramos la juventud de la modelo en comparación con la Gioconda del Louvre y en relación a los años que le tomó a Leonardo desarrollar el cuadro. La modelo parece ser la misma.

Historia del cuadro

La Gioconda fue elaborada por Leonardo entre 1503 y 1519. La tesis más aceptada sugiere que se trata de un encargo del mercader de telas Francesco del Giocondo. Como era común en da Vinci, nunca dio por concluido el cuadro, de manera que se negó a entregarlo y estuvo en su posesión hasta el final de sus días.

Solo después de su muerte, o quizá poco antes de morir, el cuadro fue adquirido por el rey Francisco I de Francia en pleno siglo XVI, quien llegó a pagar doce mil francos por ella. Tras la muerte de Francisco I, la obra fue destinada a Fontainebleau, luego a París y, por último, a Versalles. Después de la Revolución francesa, al considerarla parte del tesoro del Estado francés, fue entregada a la custodia del Museo del Louvre en 1797.

Ha permanecido en el museo del Louvre hasta hoy, excepto por tres interrupciones. La primera, cuando Napoleón la llevó a su alcoba (desde el año 1800 hasta 1804). La segunda, cuando fue robada del museo por Vicenzo Peruggia (desde 1911 hasta su devolución en 1914). Y la tercera, cuando se puso a resguardo en el castillo de Amboise durante la Segunda Guerra Mundial y, luego, en la abadía de Loc-Dieu.

Importancia de la Gioconda y su influencia en el arte

El género del retrato pictórico de personalidades tuvo lugar en el temprano Renacimiento, hacia el siglo XIV. Esto quiere decir que para el momento en que Leonardo pintó La Gioconda, ya existía una tradición retratista más o menos consolidada y adecuada a unas ciertas convenciones.

El modelo más común antes de la Mona Lisa centraba su atención en la representación del personaje hasta la mitad del torso. De este modo, el rostro, la cabeza y los hombros abarcaran toda la composición.

botticelli
Sandro Botticelli: Retrato póstumo de Simonetta Vespucci. Óleo sobre tela. c. 1476-80.

Aunque la Mona Lisa pertenece al género del retrato renacentista, la forma en que Leonardo da Vinci lo pintó difiere de la manera en que eran confeccionados los retratos de mujeres en esa época.

En primera instancia, la mujer mira directamente al espectador y le sonríe con seguridad, dos actitudes atribuidas a los hombres aristocráticos.

Además, no sólo se muestra la cara, la cabeza y los hombros, sino también el torso hasta debajo de la cintura, lo que deja al descubierto brazos y manos. Con ello, se generan mayores posibilidades expresivas y se revela mucho del personaje, cosa que no se hubiera logrado de seguir el modelo anterior.

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Rafael: Estudio de la Mona Lisa de Leonardo. 1504.

Sin embargo, este no fue el único retrato elaborado por da Vinci. Además, es importante tomar en cuenta que lo conservó hasta el final de sus días, por lo que su influencia en aquellos días estuvo limitada al pequeño círculo de personas que lograron verlo.

De cualquier modo, no se puede negar el impacto en ese círculo, al punto de que dejaron testimonio escrito. De hecho, el pintor Rafael la estudió y tomó como referencia para elaborar el retrato de Maddalena Doni.

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Rafael: Retrato de Maddalena Doni o Maddalena Strozzi. 1506. Óleo sobre tabla. 65 × 45,8 cm. Palacio Pitti, Florencia.

¿Cómo se hizo tan famoso el cuadro?

La popularidad de la Mona Lisa es relativamente reciente y fue catapultada por el robo que cometió el italiano Vincenzo Peruggia, antiguo empleado del Museo del Louvre, el 21 de agosto de 1911. El hurto sólo fue notado 24 horas después, lo que implica que la pieza no recibía una atención especial en aquel entonces.

De todas maneras, resultó verdaderamente escandaloso, tanto por lo sorpresivo como por el tratamiento de la investigación. En ella se puso bajo sospecha a dos grandes figuras públicas del momento: los jóvenes Guillaume Apollinaire y Pablo Picasso.

Tras dos años de investigaciones, las autoridades dieron con el paradero de Peruggia, cuando trató de venderlo a Alfredo Geri, entonces director de la Galería Uffizi de Florencia.

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Marcel Duchamp: L.H.O.O.Q. 1919. Ready made. 19.7 x 12.4 cm. Philadelphia Museum of Art, Philadelphia, PA, EE.UU.

El robo de la Mona Lisa puso a la pieza en la mira del mundo, ya que apareció en todos los medios de la época y cuando fue recuperdada, todos querían verla en persona.

Pocos años después del regreso de la pieza, el dadaísta Marcel Duchamp y el surrealista Salvador Dalí darían el golpe definitivo para consagrar su fama al hacer cada uno de ellos una versión irreverente.

Constantes ataques

Debido a que es considerada la pintura más famosa del mundo, es una de las que ha recibido más ataques. En 1956 un hombre le lanzó una piedra, rompiendo la protección y desprendiendo pintura del codo. Debido a los daños, se decidió protegerla con vidrio blindado.

Más tarde, en 1974, durante una gira en Tokio, una mujer en silla de ruedas le derramó pintura roja para demostrar su molestia ante la falta de rampas. El 2009 una mujer rusa le tiró una taza debido a su descontento, ya que le habían negado la ciudadanía.

El último ataque fue en mayo del 2022, cuando un hombre disfrazado de anciana y en una silla de ruedas, le arrojó un pastel para protestar por el cambio climático.

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Catalina Arancibia Durán
Revisado por Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.
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