Los amantes de Teruel: una trágica historia de amor

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
Tiempo de lectura: 7 min.

La leyenda de los amantes de Teruel es una de las narraciones románticas más representativas del imaginario español.

Se trata de un relato fundacional que ha dado forma a la identidad turolense y que ha perdurado a lo largo de los siglos gracias a su poder emotivo.

Su permanencia en la memoria popular, sus representaciones artísticas y su revitalización anual mediante las fiestas hacen de esta historia un fenómeno cultural vivo. Así, sigue conmoviendo y uniendo a quienes creen en la fuerza del amor más allá de la muerte.

La leyenda

Su argumento gira en torno a un amor imposible entre dos jóvenes turolenses del siglo XIII: Isabel de Segura y Juan Diego de Marcilla.

Según la tradición, ambos se enamoraron desde la infancia, pero su relación se vio obstaculizada por las diferencias sociales y económicas. Juan provenía de una familia noble, aunque empobrecida, mientras que Isabel era hija de un acaudalado comerciante.

Al pedir la mano de Isabel, Juan fue rechazado por el padre de ella, quien exigía una posición económica acorde al nivel social de la familia. Por ello, solicitó un plazo de cinco años para obtener fortuna. El padre aceptó e Isabel prometió esperarlo.

Entonces el joven partió a la guerra para ganar honor y riquezas, como era común en la época medieval, donde el ascenso social a menudo se lograba combatiendo en las fronteras del reino cristiano.

Pasaron los cinco años, y sin noticias de Juan, el padre de Isabel la presionó para casarse con otro hombre, el noble Pedro de Azagra, de Albarracín.

Los amantes de Teruel
Los amantes de Teruel (1857) - Juan García Martínez
Museo del Prado, Madrid, España

Sin embargo, el mismo día de la boda, Juan regresó a Teruel, ya rico y dispuesto a reclamar su promesa. Cuando se enteró de lo sucedido, acudió a la casa de Isabel durante la noche, rogándole un solo beso.

Fiel a su matrimonio recién contraído, Isabel se lo negó. Entonces, Juan, consumido por el dolor y la desesperanza, cayó muerto a sus pies.

La tragedia no acabó allí. Al día siguiente, en el funeral, Isabel acudió vestida de luto, se acercó al cuerpo y le dio el beso que antes había negado. En ese instante, murió también.

Los cuerpos fueron enterrados juntos en la iglesia de San Pedro, sellando así una historia de amor eterno marcada por la fatalidad y el cumplimiento del deber por encima del deseo.

Este relato no solo cautivó la imaginación popular, sino que también fue transmitido durante siglos a través de la tradición oral y posteriormente recogido en obras escritas.

El mausoleo

Un hito fundamental ocurrió en el año 1555. Mientras hacían arreglos en la iglesia de San Pedro de Teruel, se hallaron dos cuerpos momificados enterrados juntos.

La comunidad los identificó inmediatamente con Isabel y Diego. A partir de entonces, los restos fueron conservados con devoción y su descubrimiento dio un respaldo simbólico a la leyenda, elevándola a un nuevo nivel de sacralidad romántica.

Mausoleo Los amantes de Teruel
Mausoleo de Diego de Marcilla e Isabel de Segura
Teruel, Aragón

En 1955, con motivo del cuarto centenario del hallazgo, los cuerpos fueron depositados en un sepulcro monumental diseñado por el escultor Juan de Ávalos, en un mausoleo anexo a la iglesia.

Las esculturas de los amantes muestran a ambos yacentes, extendiendo sus manos sin llegar a tocarse. Un gesto que resume visualmente el carácter imposible y trágico de su relación.

Orígenes

La primera versión literaria conocida apareció en 1555, en la Historia de los amantes de Teruel de Juan de Timoneda, aunque se considera que la leyenda ya circulaba desde mucho antes en la tradición popular.

En los siglos siguientes, dramaturgos como Tirso de Molina y Juan Pérez de Montalbán adaptaron la historia al teatro, reforzando su difusión y convirtiéndola en parte del repertorio del Siglo de Oro.

Relación con Romeo y Julieta

A lo largo del tiempo, la leyenda de los amantes de Teruel ha sido objeto de múltiples comparaciones con la tragedia Romeo y Julieta, escrita por William Shakespeare hacia 1597.

Estas comparaciones surgen debido a las similitudes estructurales entre ambas historias. Un amor frustrado, la intervención de la familia o de las convenciones sociales, la imposibilidad del encuentro y, finalmente, la muerte como consumación final del sentimiento amoroso.

Sin embargo, es necesario señalar que la leyenda turolense es anterior a la obra del dramaturgo inglés. La primera aparición escrita de la historia de Isabel y Diego se remonta a mediados del siglo XVI (1555), cuando Juan de Timoneda recogió una versión ya ampliamente difundida en la tradición oral.

Esto significa que la historia de los amantes circulaba en el ámbito ibérico antes de que Shakespeare escribiera su obra. Con ello, se desmonta cualquier afirmación de que se trate de una copia o versión española de Romeo y Julieta.

En todo caso, ambas obras beben de una fuente común: la tradición del amor cortés medieval, que valoraba el sacrificio sentimental y el conflicto entre pasión y deber.

Algunos estudiosos han señalado que tanto Shakespeare como los transmisores de la leyenda de Teruel podrían haberse inspirado en relatos similares que circulaban desde el siglo XIV en Europa.

En este sentido, se ha mencionado una posible conexión con un relato contenido en el Decamerón de Giovanni Boccaccio, la célebre colección de cuentos italianos escrita hacia 1350.

En particular, se ha comparado con el cuento del cuarto día del Decamerón. Aunque no reproduce exactamente el esquema de los amantes de Teruel, sí contiene elementos que permiten establecer paralelismos temáticos y estructurales: el amor imposible, la fidelidad, el beso negado o postergado y la muerte como castigo o redención.

Lo más probable es que ambas historias formen parte de un corpus narrativo común a la Europa medieval y renacentista. En aquel periodo abundaban los relatos de amores imposibles, duelos caballerescos, lealtades eternas y tragedias causadas por la intransigencia de las normas sociales.

La historia de los amantes de Teruel, lejos de ser una mera imitación, representa una expresión autóctona y singular de esa sensibilidad, profundamente arraigada en la tradición cultural aragonesa y española.

Su transmisión oral durante siglos y su posterior fijación literaria dan cuenta de una historia viva. De este modo, se ha adaptado y mantenido vigente no por ser réplica de otra, sino por su potencia simbólica y emocional propia.

Bodas de sangre de Isabel Segura en Teruel
Celebración Las Bodas de Isabel de Segura en Teruel

¿Qué representa la leyenda?

En el plano simbólico, la leyenda representa temas universales como la fidelidad, el honor, el sacrificio por amor y la confrontación entre las normas sociales y los deseos individuales.

En un contexto histórico en el que el matrimonio era considerado una transacción, la historia de Isabel y Diego ofrece una poderosa crítica al determinismo social que sofocaba los verdaderos sentimientos. Por esta razón, ha sido leída también como un acto de resistencia romántica frente a la razón impuesta por las estructuras de poder y tradición.

Impacto cultural

El impacto de esta leyenda ha sido especialmente significativo en Teruel. Cada año, en el mes de febrero, se celebra una fiesta conocida como Las Bodas de Isabel de Segura. La celebración fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Toda la ciudad se transforma en una villa medieval para recrear los episodios principales. Durante varios días, las personas se visten con trajes de época, participan en mercados artesanales, desfiles y representaciones teatrales callejeras que dramatizan los momentos culminantes de la historia.

El mausoleo de los amantes, junto con la iglesia de San Pedro, forma parte de un importante complejo turístico que atrae a miles de visitantes cada año.

A través de exposiciones, visitas guiadas y experiencias interactivas, se ofrece una reconstrucción detallada del contexto histórico de la leyenda, así como de su legado cultural.

Además, la historia ha inspirado obras literarias, esculturas, adaptaciones cinematográficas, óperas y hasta coreografías de danza contemporánea, ampliando su alcance más allá de las fronteras españolas.

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Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.