La cigarra y la hormiga: análisis para padres y maestros

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
Tiempo de lectura: 12 min.

“La cigarra y la hormiga” es una de las fábulas más conocidas de Esopo y una de las más útiles para introducir el valor de la responsabilidad, la previsión y el trabajo en los más pequeños.

Su brevedad y sencillez esconden una enseñanza poderosa sobre la importancia de pensar en el futuro, actuar con conciencia y equilibrar el disfrute con el deber.

Padres y docentes pueden utilizar este relato como una herramienta clave para conversar con los niños sobre la gestión del tiempo, el valor del esfuerzo y las consecuencias de las elecciones.

La cigarra y la hormiiga

La fábula

Durante todo un verano, una hormiga trabajó incansablemente para guardar comida para el invierno. Mientras tanto, la cigarra, se dedicó a cantar y a jugar sin preocuparse por nada. Observaba a su vecina trabajar y pensaba que era muy aburrida y no sabía disfrutar la vida. Yo no voy a preocuparme por nada - pensó -, por ahora tengo todo lo que necesito.

Y continuó cantando y jugando.

El invierno no tardó en llegar y la cigarra no encontraba comida por ningún lado. Fue entonces a llorar su hambre a la hormiga vecina, pidiéndole que le prestara de su grano hasta la llegada de la próxima estación.

-Te pagaré la deuda con sus intereses -le dijo- antes de la cosecha, te doy mi palabra.

-¿Qué hacías tú cuando el tiempo era cálido y bello?

-Cantaba noche y día libremente -respondió la despreocupada cigarra.

-¿Conque cantabas? ¡Me gusta tu frescura! Pues entonces ponte ahora a bailar, amiga mía

Valores que transmite a los niños

Esta fábula aborda valores fundamentales para el desarrollo integral de los niños:

  • La responsabilidad: La hormiga es un modelo de responsabilidad y previsión. Se ocupa de su bienestar futuro durante el verano, mientras la cigarra opta por la despreocupación. El relato deja claro que cada acción tiene sus consecuencias.
  • La previsión: Más allá del trabajo constante, la hormiga actúa pensando en el mañana. Este valor es crucial en la infancia, pues ayuda a entender que las decisiones deben tener en cuenta no sólo el presente inmediato.
  • La laboriosidad: La figura de la hormiga también permite hablar del valor del trabajo y del esfuerzo como medios para alcanzar seguridad, bienestar y autosuficiencia.
  • El equilibrio entre ocio y deber: Aunque no se dice explícitamente, la historia abre la puerta a una reflexión más amplia. No se trata de eliminar el juego o el canto, sino de encontrar un equilibrio sano entre disfrutar la vida y cumplir con las responsabilidades.
  • La solidaridad (y sus límites): La negativa de la hormiga a compartir puede parecer cruel, pero invita a una discusión compleja: ¿cuándo ayudar al otro?, ¿cuándo alguien debe aprender de las consecuencias de sus actos?, ¿hasta qué punto ayudar puede impedir que otro asuma su responsabilidad?

Temas principales

Algunos de los temas principales presentes en la fábula son:

La irresponsabilidad frente a la previsión

El núcleo del conflicto se establece entre dos formas de vivir el presente. Una enfocada en el gozo sin mirar hacia adelante (la cigarra) y otra que actúa hoy para asegurar el mañana (la hormiga).

La contraposición permite hablar con los niños sobre decisiones responsables y sobre cómo planificar. Esto puede aplicarse a hábitos escolares, el cuidado del propio cuerpo, del entorno o del ahorro.

La cultura del esfuerzo

“La cigarra y la hormiga” permite contrarrestar una tendencia social actual: la búsqueda de recompensas inmediatas sin esfuerzo.

De esta manera, la hormiga representa una ética del trabajo que no espera resultados instantáneos, sino que apuesta por la constancia y la preparación.

Este mensaje es vital en un mundo donde muchas veces se premia lo fácil o lo rápido.

La autonomía y la consecuencia

El relato no plantea castigo ni venganza por parte de la hormiga. Simplemente deja en evidencia que las decisiones tienen consecuencias.

Esta enseñanza es muy importante en el proceso de formación de la autonomía en los niños: aprender que sus elecciones no son neutras, sino que construyen sus experiencias.

La empatía y la compasión

La actitud final de la hormiga, que rehúsa ayudar a la cigarra, es polémica y puede ser abordada desde distintas miradas.

Algunos la interpretan como justicia, otros como frialdad. Este dilema es útil para desarrollar la empatía en los niños, promoviendo preguntas como: ¿la hormiga debió ayudar?, ¿qué sentirías tú en el lugar de la cigarra?, ¿cómo podrías ayudar a alguien sin que deje de hacerse responsable?

El tiempo como recurso valioso

La fábula también enseña que el tiempo es un recurso que se puede aprovechar o desperdiciar. La cigarra tenía los mismos días de verano que la hormiga, pero eligió usarlos de otro modo.

Este enfoque ayuda a hablar del uso del tiempo, la organización personal y el desarrollo de hábitos.

Posibles discusiones que puede generar en casa o en el aula

Este cuento brinda una excelente base para actividades reflexivas y conversaciones significativas. Algunas preguntas útiles pueden ser:

  • ¿Por qué crees que la cigarra no trabajó durante el verano?
  • ¿Te parece justo que la hormiga no la ayudara? ¿Tú qué habrías hecho?
  • ¿Qué pasa cuando dejamos todo para último momento?
  • ¿Qué cosas disfrutas hacer y cuáles son tus responsabilidades? ¿Cómo podrías equilibrarlas?
  • ¿Alguna vez te arrepentiste de no haber hecho algo a tiempo?

Y algunas propuestas de actividad:

  • Hacer una lista entre “juegos” y “tareas” y organizar un horario semanal que incluya ambos de forma equilibrada.
  • Dibujar el verano de la hormiga y el de la cigarra. ¿Qué hacía cada una? ¿Qué cara tenían al llegar el invierno?
  • Escribir un final alternativo: ¿qué pasaría si la hormiga decide ayudar? ¿Y si la cigarra aprende y cambia?

Enfoque de desarrollo emocional en “La cigarra y la hormiga

Si bien esta fábula es tradicionalmente leída como una lección sobre la responsabilidad y la previsión, también ofrece una oportunidad para abordar emociones complejas que los niños comienzan a experimentar a temprana edad.

De esta manera, se puede trabajar la frustración, el arrepentimiento, la vergüenza, el orgullo y la compasión.

El arrepentimiento y la frustración de la cigarra

Cuando llega el invierno, la cigarra experimenta una consecuencia directa de sus decisiones: se siente desamparada, con hambre y probablemente también avergonzada al tener que acudir con la hormiga a pedir ayuda.

Esto otorga una oportunidad pedagógica para hablar con los niños sobre lo que sienten cuando no hacen a tiempo lo que deberían haber hecho.

De este modo, se pueden plantear las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo nos sentimos cuando olvidamos estudiar y nos va mal?
  • ¿Qué emociones aparecen cuando dependemos de alguien por no haber cumplido con lo nuestro?
  • ¿Es fácil pedir ayuda cuando nos equivocamos?

Esta reflexión les permite a los niños identificar el arrepentimiento como una emoción válida y transformadora, no como un castigo.

También se puede trabajar el concepto de autocompasión: equivocarse no nos vuelve malos, pero sí nos invita a aprender.

La vergüenza y la vulnerabilidad al pedir ayuda

La cigarra, al pedir comida, se muestra vulnerable. Exponer la necesidad no es fácil y mucho menos cuando se ha sido despreocupado o se ha actuado mal.

En este momento la cigarra enfrenta una doble emoción: su necesidad física y su sensación de fracaso o inferioridad.

Esto abre la puerta para que los niños puedan hablar de momentos en los que se han sentido avergonzados o cuando han necesitado ayuda y no sabían cómo pedirla.

Puede ser útil formular preguntas como:

  • ¿Alguna vez necesitaste ayuda y no sabías si pedirla?
  • ¿Te dio miedo que te dijeran que no o se burlaran de ti?
  • ¿Cómo crees que se sintió la cigarra al tener que pedir algo que no previó?

Estas preguntas no sólo ayudan al desarrollo de la empatía, sino también a normalizar la vulnerabilidad como parte de la experiencia humana.

El juicio y la dureza emocional de la hormiga

La hormiga representa un modelo de trabajo, pero también de rigidez emocional. Su respuesta es fría, sin compasión ni apertura al diálogo.

Esto permite hablar con los niños de la dificultad de conectar con el dolor del otro cuando creemos tener la razón y cómo el juicio moral a veces puede cerrar las puertas al entendimiento.

Así, se pueden elaborar las siguientes preguntas:

  • ¿La hormiga podría haber ayudado y explicado su decisión?
  • ¿Cómo podemos corregir o enseñar sin ser crueles?
  • ¿Te ha pasado que sabías que tenías razón, pero igual te sentiste mal por no ayudar a alguien?

Aquí se introduce el valor de la inteligencia emocional relacional. Se trata de reconocer el estado emocional del otro y responder con humanidad, sin justificar la irresponsabilidad, pero sin caer en el desprecio.

El miedo y la inseguridad ante el futuro

La historia también permite hablar de una emoción más silenciosa pero central en el relato: el miedo al futuro. La hormiga trabaja por miedo a pasar hambre, la cigarra no lo hace porque vive en el presente.

Con los niños, esto puede abrir el debate sobre el futuro:

  • ¿Qué piensas que pasará si no haces tus tareas?
  • ¿Qué sientes cuando algo importante se acerca (como una prueba, una competencia, un cambio)?
  • ¿Crees que el miedo nos puede ayudar o paralizar?

Este aspecto permite abordar la ansiedad anticipatoria y la importancia de canalizar el miedo en acciones constructivas.

Objetivos emocionales posibles al trabajar esta fábula

  • Reconocer y nombrar emociones: frustración, vergüenza, tristeza, compasión, orgullo, juicio, arrepentimiento.
  • Desarrollar empatía: ponerse en el lugar de ambos personajes y entender por qué actúan como actúan.
  • Fomentar la autorreflexión: invitar a recordar momentos en que el niño ha actuado como la cigarra o como la hormiga.
  • Aprender a pedir ayuda de manera adecuada y a ofrecerla sin juzgar.
  • Aceptar el error como oportunidad de aprendizaje emocional, no como castigo.

Actividades emocionales sugeridas

  • Rueda de emociones: crear con los niños una “rueda” donde dibujen o identifiquen cómo se sintió la cigarra en distintas partes del cuento. Pueden usar emojis, colores o palabras clave.

  • Diálogo imaginario: escribir o dramatizar una versión alternativa donde la cigarra y la hormiga conversen más a fondo. ¿Qué le diría la cigarra si tuviera más tiempo? ¿La hormiga podría haber dicho algo diferente?

  • Cartas desde el invierno: pedir a los niños que escriban una carta como si fueran la cigarra, pidiendo ayuda con sinceridad. Luego, otra como si fueran la hormiga, respondiendo con compasión, pero sin quitar responsabilidad.

  • Escala del arrepentimiento: dibujar una escala del 1 al 5 donde cada niño identifique una situación personal en la que se haya arrepentido de no haber hecho algo y qué aprendió de ello.

¿Qué es una fábula?

La fábula es una narración breve, en prosa o en verso, protagonizada generalmente por animales que actúan como seres humanos (hablan, piensan, sienten), y que transmite una enseñanza o moraleja al final.

Se trata de un género de tradición oral que sirve para educar en valores, advertir sobre conductas negativas y reforzar el pensamiento ético desde la infancia.

Su estructura suele ser simple: presentación de personajes, conflicto o dilema moral, resolución y enseñanza.

Revisa ¿Qué es una fábula?: definición, características, historia y ejemplos

¿Quién fue Esopo?

Esopo fue un narrador y fabulista griego que vivió aproximadamente entre los siglos VII y VI a.C. Aunque no se sabe con certeza si existió como personaje histórico o si es una figura legendaria que reúne relatos de tradición oral anteriores, su nombre ha quedado asociado a una de las colecciones de fábulas más importantes del mundo occidental.

De origen posiblemente esclavo, se dice que recorrió diversas ciudades griegas contando historias con una aguda mirada sobre la condición humana. Sus relatos tenían una intención moralizante y eran accesibles para todos, desde campesinos hasta gobernantes.

Ver también:

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.