La persistencia de la memoria, de Salvador Dalí


Andrea Imaginario
Revisado por Andrea Imaginario
Especialista en artes, literatura e historia cultural

La persistencia de la memoria es un cuadro del pintor surrealista Salvador Dalí, que fue ejecutado en el año 1931 en menos de cinco horas. La obra tiene unas dimensiones pequeñas, de 24 x 33 cm.

Este cuadro fue realizado un día en que Dalí se encontraba indispuesto para ir al cine con su mujer y sus amigos. Mientras estaba solo en casa, el artista pintó el que sería uno de los cuadros más famosos de la historia del arte. En efecto, la obra se exhibe en el Museo de Arte Moderno (MoMa) de Nueva York desde 1934.

Salvador Dalí: La persistencia de la memoria, 1931, óleo sobre lienzo, 24 x 33 cm, Museo de Arte Moderno de Nueva York
Salvador Dalí: La persistencia de la memoria, 1931, óleo sobre lienzo, 24 x 33 cm, Museo de Arte Moderno de Nueva York. Kumachenkova/Shutterstock.com

El surrealismo es una escuela artística que nace de la literatura y que pregona una gran libertad creativa. Se aleja del formalismo y busca en el inconsciente, en aquello que huye de la realidad, su materia prima.

El término fue acuñado por André Breton en el Manifiesto Surrealista de 1924 y se encuentra en el contexto de las vanguardias artísticas europeas, aunque no de las primeras, sino aquellas del período de entreguerras. Con fuerte influencia de las teorías psicoanalíticas de Freud, el surrealismo intenta alejarse de la lógica racional en las producciones artísticas, con miras a develar el subconsciente de los individuos.

El resultado es un arte simbólico, lleno de elementos que salen de la racionalidad y lo evidente. Esto se logra al desnudar los objetos cotidianos de la lógica que los envuelve. Ejemplo por excelencia de este movimiento es la obra de Salvador Dalí, específicamente La persistencia de la memoria.

Análisis de La persistencia de la memoria, de Dalí

Las obras del estilo surrealista dan pie a diferentes interpretaciones, ya que están cargadas de gran simbolismo y poseen pocas representaciones convencionales de la realidad. La persistencia de la memoria aborda la noción de la temporalidad y de la memoria. Lo hace a través de un lenguaje plástico particular que exalta los objetos, cargados de gran simbolismo, como los relojes que se derriten, las hormigas que caminan sobre un reloj firme que oculta la marca del tiempo, el autorretrato del pintor y el paisaje.

Los relojes derretidos

Detalle reloj derretido

Los relojes que se derriten representan el tiempo que transcurre de manera diferente. Al contrario de los relojes comunes, que marcan con precisión el paso de los segundos, estos relojes de Dalí poseen marcas diferentes, pues sus punteros están derretidos y sugieren una noción distorsionada de los segundos.

En tanto objeto, los relojes pueden reconocerse sin problema, pero al estar desposeídos de su forma y uso convencionales provocan extrañeza en el espectador, de la que deriva la reflexión sobre el propio objeto y su función.

Las hormigas en el reloj

Detalle rejoj con hormigas

El único reloj que no está deformado es el que está volteado hacia abajo y tiene hormigas sobre él. A Salvador Dalí no le gustaban mucho las hormigas y solía usarlas como símbolo de putrefacción en sus obras. Esto muestra cómo este objeto cotidiano es despreciado por el pintor bajo la mirada surrealista.

Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX muchos creían que la fotografía tomaría el lugar de la pintura, que se concebía como imitación de la naturaleza, por lo que consideraban que la disciplina estaba en decadencia. Las vanguardias artísticas surgieron, entre otras cosas, como una forma de superar este reto y darle un nuevo sentido a las artes plásticas.

Una de las salidas encontradas por la vanguardia fue descontextualizar los objetos, deformarlos y buscar nuevos modos de representación. Este recurso específico, además de constituir un aporte creativo estéticamente hablando, promovió la reflexión sobre las cosas que pasan desapercibidas cotidianamente.

El reloj es un objeto común que todos han visto o han usado. Generalmente no se le presta mucha atención, a pesar de ser el responsable de marcar las horas y orientar la agenda de cada quien. Cuando Dalí desfigura el reloj, hace percibir la importancia de este pequeño objeto en la vida.

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El tiempo real es el tiempo del inconsciente

La memoria es una forma de marcar el paso del tiempo, una forma interna y subjetiva. El tiempo de la memoria no es el mismo que el de un reloj común: un momento que ha sucedido hace mucho puede ser recordado como algo reciente, mientras que el día anterior puede dar la impresión de haber ocurrido mucho tiempo atrás.

Retrato del pintor

Detalle rasgos del pintor

Esta noción subjetiva del tiempo es explorada por Dalí en este cuadro. La propia figura del pintor aparece en la escena durmiendo debajo de un reloj derretido. El lugar del sueño es también el lugar donde la temporalidad asume otras realidades.

El tiempo del cuadro La persistencia de la memoria no es el tiempo real. Es, más bien, el tiempo del inconsciente. Se sabe que Dalí estuvo influenciado por algunas teorías de Freud, según quien “El sueño es el camino que conduce al inconsciente”.

La búsqueda de Dalí por el inconsciente está reflejada en el cuadro por su autorrepresentación. La temporalidad está en otro plano.

El paisaje

Paisaje detalle

En medio de todas las figuraciones y representaciones surreales, el cuadro de Salvador Dalí nos presenta al fondo un paisaje que corresponde a unos acantilados costeros de Cataluña, una vista cercana a su casa. Es el camino de lo real, lo que queda o perdura de realidad en esta escena onírica.

Significado de La persistencia de la memoria, de Dalí

La persistencia de la memoria es una visión subjetiva de la temporalidad y de sus implicaciones, sea en la propia obra de arte o en los recuerdos. Es también un homenaje al tiempo interior del inconsciente, que tiene su propia forma de contarse y que huye de la racionalidad superficial.

El inconsciente es materia esencial para Dalí y su atemporalidad se representa en sus obras de muchas formas. Por ello, en este cuadro reluce el uso de los relojes que se derriten al ser expuestos a la persistencia de la memoria.

La obra también lleva al cuestionamiento metalingüístico. ¿Cómo el arte puede ser parte de la memoria y no olvidarse? Es la razón que lleva al sujeto que produce la obra a buscar la inmortalidad en sus cuadros.

* Traducido y adaptado por Andrea Imaginario

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Andrea Imaginario
Revisado por técnica Andrea Imaginario
Profesora universitaria, cantante, licenciada en Artes (mención Promoción Cultural), con maestría en Literatura Comparada por la Universidad Central de Venezuela, y doctoranda en Historia en la Universidad Autónoma de Lisboa.
Sónia Cunha
Editado por Sónia Cunha
Licenciada en Historia del Arte por la Facultad de Letras de la Universidad de Oporto en 2003, y en Conservación y Restauración por el Instituto Politécnico de Tomar en 2006.